Década moderada y bienio progresista

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EL REINADO DE ISABEL II: LA DÉCADA MODERADA Y EL BIENIO
PROGRESISTA
Fuente: http://www.slideshare.net/fortiza01/tema10-historia-espaa
Tras la caída de Espartero y para evitar una nueva regencia, se optó por la
proclamación anticipada de la mayoría de edad de Isabel. Isabel II comenzó su reinado
con sólo 13 años en 1843. Poco después contrajo matrimonio con su primo carnal
Francisco de Asís de Borbón, un marido impuesto por intereses que tuvo como consecuencia
la aversión mutua y continuas infidelidades de la reina.
Década moderada (1843-53)
Durante la mayor parte del reinado de Isabel II, los liberales moderados
lograron hacerse con el control de los gobiernos dominando la escena política. La
reina jamás confió la formación de gobierno a los progresistas. De ahí, que estos
optasen en su actuación por dos vías:
- el retraimiento en el juego político (negar su participación en las
elecciones al considerarlas amañadas por los moderados);
- el pronunciamiento militar o la insurrección militar armada.
Así, pues el partido moderado permaneció en el gobierno de manera
ininterrumpida entre 1844 y 1854 conociéndose este periodo como década
moderada.
En este periodo de aparente estabilidad la figura más destacada que
desempeñó la presidencia del gobierno en varias ocasiones fue Ramón María
Narváez.
Las actuaciones políticas más relevantes de los moderados fueron las
siguientes:
1. La creación de la Guardia Civil en 1844 como cuerpo de policía rural
dirigido por el duque de Ahumada para mantener el orden público, la defensa de las
propiedades, la lucha contra el bandolerismo y la represión de las revueltas sociales.
2. La disolución de la Milicia Nacional en 1845 por considerarla un cuerpo
armado bajo el control de los progresistas.
3. La aprobación de una nueva ley de Ayuntamientos en 1845, para
introducir el nombramiento gubernativo de todos los alcaldes entre los concejales
que habían sido previamente elegidos por los vecinos.
4. La reforma del sistema fiscal elaborada en 1845 por el ministro Alejandro
Mon y por un experto económico Ramón Santillán. Esta reforma pretendía mejorar
la eficacia del sistema de impuestos para aumentar los ingresos estatales, reducir
el déficit y realizar modernas infraestructuras. Así después de esta reforma, los
impuestos quedaron clasificados en: Impuestos directos (la contribución por
actividades industriales y comerciales, y la contribución territorial sobre las
propiedades inmobiliarias urbanas y sobre los rendimientos de las fincas rústicas
cultivadas); Impuestos indirectos (las tarifas aduaneras, el impuesto sobre la

transmisión de bienes (herencia, compraventa) y el impuesto de “consumos” (una
importante e impopular tasa en artículos de primera necesidad como jabón, carnes,
aceite, harina, bebidas, etc..).
5. La elaboración y aprobación de una Constitución en 1845 para sustituir el
texto de 1837, algo que produjo que fuese tachada por los progresistas como
revanchista a pesar de que mantenía algún elemento de continuidad.
6. La modificación de la legislación electoral, en 1846, por la cual se duplicó
la cantidad de dinero exigida para adquirir derecho al voto con la intención de reducir
el número de electores a 97 hombres (sólo un 0’8% de la población total).
7. Segunda Guerra Carlista o guerra dels matiners: Insurrección en Cataluña
en 1846 al fracasar el intento de casar a la Reina con el pretendiente carlista. El
intento insurreccional fracasa aunque durante tres años las partidas carlistas
aparecen por el territorio gracias al apoyo que recibían de la población campesina.
8. Repercusión revolución de 1848: ola de levantamientos, manifestaciones y
protestas revolucionarias en toda Europa. En el caso español más que a
motivaciones políticas se debieron a la crisis económica. Durísima represión en las
calles ordenada por Narváez. Como consecuencia de este conflicto se produce la
división entre los progresistas  una parte de ellos crea en 1849 el Partido
Demócrata (defensa de los derechos individuales, del sufragio universal y de una
apertura del sistema a las clases populares.
9. La firma del Concordato en 1851, lo cual supuso la paralización de
las ventas y subastas de bienes desamortizados, permitió el regreso de varias
órdenes religiosas, se fijó una cantidad de dinero que el Estado debía entregar el
clero por las desamortizaciones y cedió por completo al clero el control sobre la
enseñanza de niños y jóvenes conforme a valores religiosos. Por su parte, la Santa
Sede aceptó como un hecho consumado las ventas de tierras desamortizadas
realizadas años antes y que la corona interviniese en la elección de obispos
10. La reducción del déficit estatal mediante la conversión de la deuda
efectuada por Bravo Murillo en 1851. Por medio de esta operación financiera, que
fue planteada para encubrir la insolvencia y la bancarrota económica del Estado, el
gobierno rebajó unilateralmente el pago de los intereses y el valor de los títulos de la
de deuda pública (y por lo tanto rebajó así la cantidad de dinero a devolver por el
Estado en concepto de préstamo). Esto ocasionó un grave perjuicio a los
compradores de títulos de deuda, que perdieron más de la mitad de su dinero
invertido años antes.
11. El establecimiento de la enseñanza primaria pública y obligatoria en
1857 por Claudio Moyano para todos los niños de 6 a 9 años. Sin embargo, en
la práctica, la ley no se aplicó porque el Estado carecía de recursos y el 60% de la
población infantil se mantuvo sin escolarizar.

Constitución en 1845

El bienio progresista (1854-1856)
A principios de 1854, la tensión política por escándalos de corrupción y el
descontento social por el alza de precios y el desempleo provocaron la Revolución
de 1854, también conocida con el nombre de Vicalvarada -por haberse iniciado con
el enfrentamiento entre las tropas sublevadas al mando del general Leopoldo
O'Donnell y las tropas gubernamentales en las cercanías del pueblo madrileño de
Vicálvaro. Se inició con un pronunciamiento militar seguido de una insurrección
popular, organizada por los demócratas radicales. Se produjo entre el 28 de junio y
el 28 de julio de 1854. Se puso fin así a la década moderada (1844-1854) y se dio
paso al bienio progresista (1854-1856).
Así, la reina se vio obligada a entregar el gobierno nuevamente al general
Espartero.
Se expulsó de España a la reina madre María Cristina, objeto de las iras
populares porque, además de su influencia sobre Isabel, ella y su esposo habían
estado implicados en negocios fraudulentos.
Convocadas elecciones para unas Cortes constituyentes, las votaciones
tuvieron lugar en octubre dando el triunfo al nuevo partido de la Unión Liberal,
liderado por O’Donnell, que nació como una opción de centro agrupando a
progresistas y moderados.
Durante este período las tareas más destacadas de estas Cortes serán:
- La Constitución de 1856. Es conocía como non nata (no nacida) porque no
fue promulgada. Reunía el ideario progresista: la soberanía nacional, vuelta de la
Milicia Nacional, alcaldes elegidos por los vecinos, unas Cortes bicamerales
(Congreso y Senado, pero éste elegido por los votantes y no por designación de la
corona), libertad de imprenta y libertad religiosa…
- La ley de desamortización general civil y eclesiástica de 1 de mayo de
1855, llamada de Madoz por el ministro que la promovió. Afectó a los bienes de la
Iglesia, que habían quedado sin vender, a los que se sumó la venta de los bienes
municipales (los bienes de propios, que proporcionaban, por estar arrendados,
una renta al Ayuntamiento). La burguesía con dinero fue de nuevo la gran
beneficiaria, aunque la participación de los pequeños propietarios fue más elevada
que en la anterior de Mendizábal.
Como resultado de las desamortizaciones muchos conventos e iglesias de
valor artístico fueron abandonados y muchos libros y bibliotecas conventuales se
dispersaron. Sus libros fueron a parar en su mayor parte a las bibliotecas públicas
de la época.
-La ley General de Ferrocarriles de 3 de junio de 1855, que facilitó la
inversión de capital extranjero y la constitución de grandes compañías
ferroviarias para la construcción y explotación de la red ferroviaria.
- La ley de Bancos de emisión y de Sociedades de crédito, de 28 de enero
de 1856, destinadas a favorecer la movilización de los capitales para financiar la
construcción de las líneas ferroviarias.

La falta de legislación en materia laboral generó una gran conflictividad social.
El hecho más destacable fue la huelga general de Barcelona de 1855. La crisis
que acaba con el gobierno de Espartero, y con ella también con el Bienio, es una
consecuencia del clima de conflictividad social. En Barcelona, los trabajadores
venían reivindicando mejoras sociales (los obreros pedían la reducción de la
jornada laboral, la mejora de los salarios, la reducción de impuestos, etc.) en un
clima de tensión social, pero fue en tierras de Castilla (Palencia y Valladolid) donde
la carestía del pan provocó motines de subsistencias, cuya represión provocó
fuertes diferencias en el seno del mismo gobierno.
Tras presentar su dimisión el ministro de la Gobernación, Espartero decidió
hacer otro tanto. Era lo que venía deseando la reina, al igual que los moderados. La
reina, entonces, llamó a O’Donnell para formar gobierno (14 de julio de 1856).
La crisis del Bienio progresista se motivó por diversas causas:

- La conflictividad social y política.
- La hostilidad de la Corona y de los moderados.
- La falta de homogeneidad del gobierno.
- La quiebra interna del progresismo y su incapacidad para ofrecer una
alternativa al poder.

El balance del Bienio ofrece un fracaso en el plano político pero se deben
destacar dos aspectos: por un lado, la legislación económica completó
la liberalización de tierras y capitales y puso los marcos para un crecimiento; por
otra parte, aparecen nuevas formas de entender y hacer política y a partir de ahí
se tendrá que tener en cuenta “la cuestión social”.









A modo de curiosidad
Los problemas conyugales de la reina

La boda se celebró el 10 de octubre de 1846, el mismo día que Isabel cumplía 16
años. Fue una boda doble, pues al mismo tiempo su hermana, la infanta Luisa
Fernanda de Borbón, contrajo matrimonio con el príncipe Antonio de Orleans,
Duque de Montpensier e hijo menor de Luis Felipe I de Francia
Las desavenencias de la nueva pareja comenzaron inmediatamente.
Isabel iba de fiesta en fiesta. Se vestía con sus mejores galas y se marchaba al
teatro o al baile, sin que le importasen las críticas.
Mientras tanto, Francisco de Asís conocería al que sería su compañero el resto de
su vida, Antonio Ramón Meneses. La relación sentimental entre ambos parece
avalada por el hecho de que vivieron juntos .
El primer amante de la reina sería el general Serrano, a quien Isabel ya había
calificado de “general bonito”.
Luego seguirían una larga lista: el cantante Mirall, el conde de Valmaseda, el
capitán José María Arana – el Pollo Arana –, con quien tuvo a la infanta Isabel,
llamada la Araneja y también la Chata; el capitán Enrique Puig Moltó – el Pollo Real
–, a quien se le atribuye la paternidad de Alfonso XII, Miguel Tenorio, Obregón,
Carlos Marfori, Altman, etc., etc.
Francisco de Asís no tuvo ningún reparo en aceptar la paternidad de los hijos que
alumbraba su esposa, a cambio de recibir un millón de reales por hacer la
presentación en la Corte de cada uno de ellos.

Boda de Isabel II y Francisco de Asís