demanda elástica y cuando ante variaciones en los precios la demanda apenas sufre alteraciones,
hablaremos de demanda inelástica.
La demanda inelástica tiene una variante que es la llamada demanda inelástica perfecta que es
aquella en la que la demanda no sufre ningún tipo de variación pese a las variaciones en los
precios. Caso de demanda inelástica perfecta sería el agua, que por mucho que suba de precio, al
ser un bien de primerísima necesidad para el ser humano y carecer de sustituto, se seguirá
demandando con independencia del precio que alcance. Otro caso sería también el de la insulina
para las personas diabéticas cuya demanda no varía independientemente del precio que pueda
llegar a alcanzar.
ELEMENTOS DE LA DEMANDA INELÁSTICA
En primer lugar nos encontramos con la disponibilidad de los llamados productos sustitutos. En
este sentido, si el precio de un determinado bien se encarece y no existe en el mercado otro u
otros productos que sean similares y puedan sustituirle, es obvio que seguiremos consumiendo
ese bien, a pesar de su aumento de precio.
En segundo lugar, la proporción en la que el consumidor dedica sus ingresos al consumo de bienes
y servicios, de tal forma que el encarecimiento de esos bienes y servicios, está dentro del rango de
precios que consideramos asumibles para destinar al consumo.
En tercer lugar, el tiempo para adaptarse a los cambios. Es natural que los consumidores ante los
cambios de los precios necesiten acomodarse. Ese proceso de aclimatación a los nuevos precios,
no está exento de que en determinados momentos los consumidores dejen de comprar ese
producto en concreto, y busquen otros alternativos más económicos. El ejemplo más claro de ello
es el caso de la gasolina: si el precio de la gasolina sube, esto, de momento, no va a hacer que
dejemos de repostar, pero puede ocurrir que a medida que pase el tiempo vayamos buscando
otras alternativas, como por ejemplo, usar el transporte público. En este supuesto se pasaría de un
producto con demanda inelástica que a largo plazo deviene en elástica. También puede ocurrir
que haya un proceso no de aclimatación a los nuevos precios sino que directamente, los
consumidores se habitúan a ellos, y que, por tanto, decidan abonar ese precio y seguir
consumiendo el mismo bien.
Respecto a lo anterior, indicar que existe una regla general según la cual, cuando la adquisición de
un determinado producto exige invertir en el gran parte del presupuesto y, o además, tiene
muchos bienes sustitutos, posiblemente haya una alta probabilidad de que su demanda sea
elástica, lo que obligará a bajar los precios de ese bien o servicio para poder incrementar los