desarrollo en la primera infancia - psicologia

clase de ciclo vital 1

1. desarrollo en la primera infancia: desarrollo psicomotor: desarrollo sensorial:

2. Periodo de la primera infancia: La primera infancia generalmente se considera el período que abarca desde el nacimiento hasta los 6 años de edad. Es una etapa crucial en el desarrollo humano, donde ocurren importantes cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales.

3. Desarrollo físico: Durante la primera infancia, los niños experimentan un rápido crecimiento físico. Aprenden a controlar sus movimientos, desarrollan habilidades motoras gruesas (como gatear, caminar, correr) y habilidades motoras finas (como agarrar objetos pequeños, dibujar).

4. Desarrollo cognitivo: En esta etapa, los niños comienzan a desarrollar habilidades cognitivas fundamentales, como la atención, la memoria, el razonamiento y la resolución de problemas. También empiezan a adquirir habilidades lingüísticas, lo que les permite comunicarse y comprender el mundo que les rodea.

5. Desarrollo emocional: Durante la primera infancia, los niños comienzan a desarrollar una comprensión básica de sus propias emociones y las de los demás. Aprenden a identificar y expresar sus sentimientos, así como a regular sus emociones. Las relaciones con los cuidadores principales desempeñan un papel crucial en este proceso.  

6. Desarrollo social: Los niños en la primera infancia comienzan a interactuar más con otros niños y adultos fuera de su círculo familiar. Aprenden habilidades sociales como compartir, tomar turnos y colaborar. Estas interacciones sociales son fundamentales para su desarrollo social y emocional.

7. El desarrollo psicomotor y sensorial en la primera infancia Desarrollo Psicomotor:   El desarrollo psicomotor en la primera infancia se refiere a la progresión de habilidades motoras y cognitivas que permiten a los niños interactuar con su entorno físico y social Desarrollo Sensorial:   El desarrollo sensorial en la primera infancia se refiere a la maduración de los sistemas sensoriales, incluyendo la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto.

8. Desarrollo de la vista: Al nacer, los bebés tienen una visión borrosa y limitada, pero a medida que crecen, su agudeza visual mejora y comienzan a desarrollar la capacidad de enfocar y seguir objetos con los ojos. También empiezan a distinguir colores y formas.

9. Desarrollo del oído:   Los bebés nacen con la capacidad de escuchar, aunque su audición es menos aguda que la de los adultos. Durante la primera infancia, los niños desarrollan la habilidad de discriminar entre diferentes sonidos, localizar la fuente de un sonido y comprender el lenguaje hablado.  

10. Desarrollo del tacto: El sentido del tacto es uno de los primeros sentidos que se desarrollan en los bebés. A través del contacto físico con los cuidadores y la exploración táctil de objetos, los niños desarrollan una comprensión de texturas, temperaturas y presiones.  

11. Desarrollo del olfato y el gusto: Los bebés tienen la capacidad de oler y saborear desde el nacimiento, y estas habilidades continúan desarrollándose durante la primera infancia. Los niños exploran el mundo a través del olfato y el gusto, y aprenden a distinguir entre diferentes olores y sabores.  

12. En resumen, el desarrollo psicomotor y sensorial en la primera infancia es un proceso complejo y dinámico que involucra la adquisición de habilidades motoras y sensoriales fundamentales para interactuar con el mundo que les rodea y construir una comprensión del mismo. Estas habilidades proporcionan la base para el desarrollo cognitivo, emocional y social en etapas posteriores de la vida.

13. Conclusiones: Factores que influyen en el desarrollo en la primera infancia: El desarrollo en la primera infancia está influenciado por una variedad de factores, incluyendo el entorno familiar, la calidad de la atención infantil, la nutrición, el acceso a la atención médica, el nivel socioeconómico y la genética.   Importancia del apoyo temprano: El apoyo temprano y las experiencias positivas durante la primera infancia pueden tener un impacto duradero en el desarrollo futuro de los niños. La inversión en programas de intervención temprana, como la educación preescolar de calidad y los servicios de salud infantil, puede tener beneficios significativos a largo plazo.