El Lenguaje Oral
Consiste en la utilización de sonidos articulados emanados del aparato fonador del
ser humano, este permite al individuo aprender y pronunciar todo un diccionario de letras a
su vez formando estructuras complejas que adquieren nuevas capacidades de significación
(morfemas, palabras, oraciones, párrafos, entre otros). Que pueden ser interpretados por
otras personas, tanto en conversaciones cara a cara, como en las comunicaciones
telefónicas, y decir codificadamente sus pensamientos, forma y posición que adopta para
dar una sugerencia o hablar algo. Dentro de las características de esta forma de
comunicación se tiene:
Es la primera manifestación del lenguaje humano.
La adquieren y la desarrollan todos los hablantes por el sólo hecho de convivir
con una determinada comunidad lingüística.
Se manifiesta por medio de sonidos articulados producidos por el aparato fonador.
Utiliza como canal o vía de transmisión el aire.
Hace uso de las cualidades físicas del sonido: timbre, tono, intensidad y cantidad.
Es de mayor uso, práctica y frecuencia que la lengua escrita.
Es fugaz y, por consiguiente, posee poca duración en el tiempo.
Tiene un número limitado de receptores.
Permite una modificación inmediata del mensaje
Permite una interacción continua y un proceso permanente de feed back
El mensaje se refuerza con recursos adicionales como pausas, cambios de ritmo,
de entonación, de tono, gestos, ademanes, movimientos (códigos
extralingüísticos).
Con frecuencia, su planeación y organización son simultáneas con su producción.
No demanda una esmerada organización gramatical.
Es menos refinada y más espontánea que la lengua escrita
Siempre tiene lugar en un contexto situacional, es decir, está enmarcada por un
conjunto de circunstancias de carácter social, psicológico, cultural, espacial, entre
otros. Este contexto situacional determina el acto lingüístico, y es por ello que