¿Y por qué no leer?
Por Alejandro Pérez Angélica Sarahí
Se sabe que la lectura es una afición para cultivar en el tiempo libre, un hobby
para toda la vida, por un simple gusto, es una afición que puede practicarse en
cualquier tiempo, lugar, edad y situación. La lectura podría considerarse como una
fuente de distracción, de felicidad. Se ha hablado sobre de “el placer de leer”, lo
cual esta frase expresa una verdad ya que leer es una pasión, algo que envuelve
a la persona entera y le comunica un deleite porque es una actividad
auténticamente humana, que tiene como fin distraer y desarrollar la mente del
lector, de cierta forma al realizar esta actividad no solo nos entretenemos sino que
de manera subliminal se puede obtener conocimientos nuevos como lo son el
aumento del acervo personal y el léxico, al igual que el mejoramiento de la
ortografía. Muchas personas consideran que leer es una forma aburrida y tediosa
de perder el tiempo, privándose así de obtener nuevos conocimientos o incluso
descubrir el mundo lleno de letras empapadas de fantasía, ilusiones englobadas
en historias que pueden sorprenderte, sin embargo hay personas que prefieren
hacer diversas cosas como lo es estar en redes sociales, ver el televisor que leer
puesto que en nuestro país no se encuentra cimentada esta cultura.
El siguiente trabajo se enfoca en descubrir cuales son los verdaderos motivos que
hacen que los jóvenes de entre quince y veinte años no tengan un gusto por la
lectura, sin saber que esta trae como resultado el mejoramiento del léxico y la
ortografía, sino que también genera el desarrollo de crítica y de análisis de las
personas, generando así implementar que los ciudadanos obtengan una
perspectiva distinta, ya que leer es una manera de distraerse y desarrollar la
imaginación, la manera de pensar, sobre todo cuando se lee por gusto se puede
conocer un mundo de letras inmerso en tinta y papel.
Según Mario Vargas Llosa afirma: “ La literatura, en cambio, a diferencia de la
ciencia y la técnica , es, ha sido y seguirá siendo, mientras exista, uno de esos
denominadores comunes de la experiencia humana, gracias al cual los seres
vivientes se reconocen y dialogan, no importa cuán distintas sean sus