expocision la deficiencia y la ecepcionalidad mental.pptx

jimenezvictormanuel6 2 views 18 slides Oct 23, 2025
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presentacion sobre la deficiencia en niños, asi tambien los dotes intelectuales que pueden desarrollar


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Universidad autónoma de Santo Domingo (UASD-CURSA) Tema: La deficiencia y la excepcionalidad mental Presentado por: Víctor Jiménez Santiago de los Caballeros, R.D.

Introducción Uno de los fenómenos donde mejor se observa la diversidad humana es en el rendimiento. La observación de un niño deficiente despierta pregunta acerca de las razones que lo convierten en una excepción a la norma, lo cual a su vez lo hace muy destacable del resto de los demás niños, ya que el crecimiento físico no va a acompañado de su paralelo, -las habilidades y capacidades mentales-. El individuo excepcional o superdotado representa, otra situación anómala en el contexto de las actitudes mentales. Tal es la anormalidad de estas dos situaciones, la deficiencia y la excepcionalidad mental, que genera un foco de estudio, más para psiquiatras que para otros profesionales del campo de la ciencia. Con esto no se afirma que se deba de tratar a estos individuos como enfermos mentales, pero si le añade un componente diferencial. La comprensión de la debilidad mental y la excepcionalidad intelectual históricamente se relacionó con factores relacionados a enfermedades mentales. La llegada de los estudios de la inteligencia, el desarrollo de los test de cociente intelectual y el desarrollo de los modelos diferenciales de la inteligencia y la personalidad, permitieron acercarse a aquellos fenómenos relacionados con la comparación de las actitudes de los sujetos “normales”. El uso de la inteligencia como eje central de la deficiencia y la excepcionalidad mental ayudó a separar a estos sujetos del grupo de los enfermos mentales y tratarlos en base sus características más distintivas: el déficit o exceso de inteligencia. En este capítulo se describirá las principales teorías y sistemas de clasificación de la deficiencia y excepcionalidad mental que se han generado en la psicología diferencial.

Inteligencia y deficiencia mental Concepto y clasificación de la deficiencia mental La observación clínica de qué algunos niños no se desarrollaban, en cuanto a sus capacidades y habilidades cognitivas, como los restantes de su edad, han sido objeto de especulación sobre el porqué de esos hechos. Las teorías que explican estos hechos es a lo que hoy llamamos deficiencia (nivel inferior) y superdotación intelectual (nivel superior). Fue en el siglo XIX que se formalizó esta clasificación o agrupación de individuos en base a su inteligencia El estudio de la deficiencia mental en la psicología es muy antiguo. En 1986 Lightner Witmer, primer psicólogo clínico de la historia, se interesó desde el principio por la deficiencia y el retraso mental, especialmente en su tratamiento. En la misma línea, los primeros trabajos de Binet para desarrollo de los test de inteligencia iban dirigidos, la mayoría, a este tipo de sujetos.

Desarrollo histórico Tres etapas: Primera etapa : desde la mitad del siglo XIX hasta los primeros años del siglo XX. Está marcada por la necesidad de identificar, clasificar y crear condiciones adecuadas de vida y tratamiento de los deficientes mentales. Hasta este momento la deficiencia mental era un enfermo mental “más”. La distinción del deficiente mental del “loco”, se dio gracias a la aportación de los test de inteligencia y su medición. En 1937, Seguin fundó la primera escuela dedicada a la educación de los débiles mentales. Seguin llamó a su método fisiológico y estaba dirigido al desarrollo de las facultades mentales más que a proporcionar conocimientos e información. Se adiestraba por separado cada sentido, se enseñaba a hacer discriminaciones visuales cada vez más finas, etc. Según sus conocimientos iban avanzando en el conocimiento de la mente, fue abandonando este método en el entrenamiento de deficientes. Aun así, continúa usándose, mas luego creó otro método basado en un tablero de piezas para adiestrar a sus discípulos con el reconocimiento y uso de formas geométricas el cual se ha convertido en uno de los clásicos tests manipulativos de inteligencia para niveles de edad mental bajos.

Segunda etapa : siglo XX, hasta la Segunda Guerra Mundial Se desarrolló un gran trabajo para catalogar las capacidades y habilidades de las personas deficientes. En este periodo se realizaron “descubrimientos” tales como que los deficientes mentales podrían aprender o memorizar informaciones más o menos complejas. Tercera etapa : desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy En esta tapa se ha iniciado una aplicación sistemática de modelos de procesamiento de información estudiados en sujetos normales a deficientes mentales para, observar las diferencias entre el rendimiento de estas tareas. También el cambio en las concepciones de la deficiencia mental de los últimos 40 años, ha estado motivada por los descubrimientos biomédicos, como, por ejemplo, el síndrome de Down.

La vieja idea, aun no descartada del todo en la actualidad, de que los deficientes mentales son algo así como <la muestra de la degeneración del ser humano>, tiene una utilidad para comprender la descripción comportamental del deficiente mental. Esta idea se ha mantenido vigente durante muchos siglos en la cultura occidental. Esta idea se propone inicialmente desde la religión, desde un punto de vista creacionista, pues considera al hombre como un modelo creado por Dios y el individuo que se aparta de este crea como resultado una degeneración moral de origen sobrenatural y con múltiples efectos. Después que esta creencia se cambia por una degeneración medica que describió Morel en el siglo XIX. Esta degeneración provenía de los estilos de vida, dieta, etc. factores que determinaron la enfermedad que producía la degeneración mental y física. Los trabajos pioneros de L. Down sobre el mongolismo se sitúan en este contexto. Goddard desarrolló su teoría sobre la deficiencia mental y acuñó un término cada vez menos utilizado que era el de “débil mental” (se caracteriza por limitadas capacidades cognitivas, por tener una conducta moral y generalmente contenida en comportamientos antisociales).

Los cambios en La concepción de la deficiencia mental, en gran parte motivados por el desarrollo y avance social, han sido muy notorio, y aún lo es, en los últimos 50 años. Se puede poner como ejemplo los cambios en algunos términos para identificar a ciertos sujetos deficientes mentales: “idiota” e “imbécil” o “débil mental” que anteriormente se utilizaba para describir o clasificar a distintos grados de deficiencia mental, en la actualidad han sido eliminados de lenguaje técnico y psicológico. Otro ejemplo más es la sustitución del término “mongólico” por el de síndrome de Down. El desarrollo de las sociedades occidentales se ha dirigido, en una parte importante de sus políticas, hacia la mejora de las condiciones de vida y salud de sus ciudadanos. Lo cual se evidencia en la atención que reciben las personas afectadas de enfermedades crónicas, incapacitantes, etc. De considerar individuos “degenerados” y otras justificaciones propias de la eutanasia de finales del siglo XIX, se ha pasado a la consideración de individuos con plenos derechos sociales y susceptibles de recibir atención comunitaria para lograr su máxima adaptación y autonomía personal en una sociedad que contempla la diversidad como una realidad positiva y no como algo a eliminar.

El concepto de deficiencia mental está estrechamente ligado a la definición de inteligencia Esquirol (1838), Concluía que el uso de lenguaje que muestra un individuo proporcionaba uno de los criterios más seguros del nivel intelectual del mismo. Binet escribió: <un idiota es una persona que no puede comunicarse con sus semejantes por medio del lenguaje. No habla en absoluto y no comprende>. De hecho, utilizamos implícitamente estas concepciones en el día de hoy ya que nuestros test de inteligencia están saturados de factores verbales. El fenómeno de la dotación insuficiente de la inteligencia se ha calificado de diversas formas: “oligofrénicos”, “débiles mentales”, “deficientes mentales”, “retrasados mentales”, “subnormales”. Durante muchos años se utilizó el término de débil mental, luego se produjo un cambio al de deficiencia mental y, finalmente, hasta la mitad de los setenta, se ha propuesto y generalizado el de retraso mental. El término de deficiencia mental lo propuso la OMS, aduciendo que eran los individuos caracterizados por un desarrollo general psicológico incompleto o insuficiente. Las ideas de que la inteligencia era un rasgo psicológico determinado genéticamente, fijo e inamovible, fueron sustituidas por otras, en la cual inteligencia se consideraba una capacidad adaptativa que se adquiría durante el desarrollo e interacción con el medio y, por lo tanto, se considera la inteligencia un rasgo directamente relacionado con la adaptación humana a su entorno.

Luego se propuso sustituir el término deficiencia mental por el de retraso mental , que hacía referencia directa a las capacidades adaptativas y también a la importancia del desarrollo individual en el que siempre se ha enmarcado este fenómeno. Retraso mental . Una de las instituciones que más ha estudiado la deficiencia mental es la Asociación Americana de la Deficiencia Mental ( AAMR ). Esta la define así: se refiere a un funcionamiento intelectual general significativamente inferior al promedio de la población, que se da conjuntamente con déficit de conducta adaptativa y se manifiesta en el periodo de desarrollo . Lo más interesante en esta definición es que el diagnóstico de retraso mental se refiere a déficit, tanto intelectuales como adaptativos. Por adaptativo entendemos la capacidad para ejercer tareas y roles sociales apropiados para cada persona en función de variables como la edad o el sexo. Indicadores de la adaptación de los niños puede ser el control de esfínteres o vestirse por sí mismos y en los adultos, podría ser la capacidad para poder desarrollar independientemente una actividad laboral normal. Podríamos encontrar individuos que presentan de manera deficiente uno de los dos tipos de funciones.

La oligofrenia (oligo=poco y fren=alma, espíritu) es un término clínico que se utiliza para designar el síndrome caracterizado por la presencia de la insuficiencia intelectual como síntoma nuclear. La OMS asocia a la insuficiencia intelectual las perturbaciones del desarrollo, el lenguaje y el ajuste social y familiar. Con el criterio del año 1971 más de un 10% de la población en base a 100 se calificaba de retrasada mental. La identificación de la deficiencia mental ha estado sometida a constante revisión, pero en la práctica los criterios más comunes son: el psicométrico, el sociológico-legal y el educativo. Psicométrico: tradicionalmente, para el diagnóstico de deterioro o retraso mental, se ha utilizado test de inteligencia y la evaluación del CI. Tradicionalmente se acostumbra a distinguir tres grados o niveles de deficiencia mental: Los idiotas: (subnormalidad ligera) sujeto que no son capaces de cuidarse de sus necesidades personales, prevenirse contra peligros físicos comunes, aprenden tareas sencillas. Imbéciles:(media) son capaces de cuidarse de sus capacidades personales, precaverse de los peligros y ejercer tareas rutinarias sencillas. Hablan, pero con gran pobreza de ideas. Los débiles:(grave) son capaces de proporcionar su sustento, carecen de juicio para manejar sus finanzas y hacer frente a sus responsabilidades, aprenden a leer y a escribir, pero sólo pueden captar los significados más literales.   Criterio legal-sociológico: este criterio hace hincapié en la inadaptación social. Se definiría como una condición de desarrollo incompleto o detenido de la mente antes de los 18 años. Criterio educativo: considera el nivel de logros educativos que puedan alcanzar cada tipo de deficiente mental.

La definición de deficiencia mental nunca alcanzado una claridad ni uniformidad satisfactoria. El retraso o deficiencia mental debemos considerarlo como un concepto que hace referencia al comportamiento y que está definido en relación a los estándares de edades y culturas diferentes. Existe existen individuos cuyo déficit son tan graves que no pueden adaptarse sin ayuda a cualquier entorno o ambiente pero estos individuos sólo constituyen una mínima fracción de los individuos que se califican o que se pueden definir como deficientes o retrasados mentales. Desde su origen, la AAMR ha propuesto nueve definiciones distintas de deficiencia mental. Entre estas, destacan las más recientes: la de Heber (1959) que ponía el punto de corte de la deficiencia mental en un CI menor de 85. La siguiente definición de Grossman disminuyó el punto de corte hasta 70 e incluyó el periodo desarrollo hasta los 18 años. En 1983 se admitió que si el sujeto tenía más de 70 pero serios problemas de comportamiento adaptativo se podía extender el criterio de deficiencia mental. En 1992 la AAMR adoptó una nueva definición de <retraso mental>: el retraso mental hace referencia a una limitación sustancial del funcionamiento actual del individuo. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior al promedio coexistente concurrentemente con limitaciones relativas a dos o más áreas de destrezas adaptativas que son: comunicativas, de autocuidado, vida doméstica, habilidades sociales, prácticas comunitarias, autonomía, salud y seguridad, escolar, tiempo libre y trabajo. El retraso mental se manifiesta antes de los 18 años.

La nueva definición diseña 10 áreas de habilidades adaptativas y propone a los psicólogos clínicos, la evaluación de ser un individuo que tiene o no déficit en dos o más áreas de destrezas. El criterio para decidir si el individuo dispone o no de las habilidades necesarias, se deja a opinión del clínico y no existe una medida o punto de corte estandarizado para la decisión. Con la nueva definición de la deficiencia mental los niveles de retraso mental se han eliminado y se han sustituido por la intensidad de apoyo que los individuos necesitan para funcionar adaptativamente en diferentes ambientes. El funcionamiento hace referencia al éxito individual en su adaptación a las exigencias cotidianas y diarias de la vida normal . Si las capacidades individuales y las habilidades adaptativas inhiben el funcionamiento del individuo en ciertas situaciones entonces este individuo puede tener una deficiencia mental. El apoyo o soporte varía en duración e intensidad y se divide en cuatro niveles: Intermitente: actúa de forma puntual (tratamientos médicos, una intervención quirúrgica). Limitado: la ayuda dura un tiempo limitado (entrenamiento en habilidades de ceo personal). Extensivo: seda con cierta frecuencia (la enseñanza de un lenguaje). Permanente: constante en el tempo, de gran intensidad y en todos los ambientes de actividad del deficiente (asear todos los días a un deficiente).

Etiologías (origen) y teorías sobre la deficiencia mental Atendiendo a la investigación biomédica, pedagógica y psicológica se puede establecer que el origen del retraso mental o de la deficiencia mental es múltiple y todavía en la actualidad se desconoce, en gran medida, su origen. Etiologías de la deficiencia mental Genético: síndrome de Down. Blastoforica: por radiaciones. Cerebropatías: prenatales (toxoplasmosis; infección parasitaria), perinatales (anoxia; privación total de oxigeno hacia el cerebro), postnatales (traumatismo). Ambiental: desnutrición. Porcentaje de casos según la etiología : Genéticas: recesivo, dominante (22%). Cromosómicas: Down y otros (15%). Ambientales: enfermedades e influencia variadas (20%). Causas desconocidas: 43%.

¿Cuál es la extensión de este fenómeno en la población? Para dar respuesta a esta incógnita al que recurrir a la epidemiologia, específicamente al concepto de prevalencia (números de casos afectados por cada mil sujetos). El cálculo de este índice es problemático, debido a que si solo se contabilizan los casos institucionalizados y se omiten todos aquellos casos que están en los hogares al cuidado de la familia, el resultado no sería muy preciso.

Actitudes y rendimiento cognitivo del deficiente menta Desde un punto de vista estrictamente psicológico han aumentado las teorías explicativas de la deficiencia mental, pero ninguna ha podido justificar de forma completa este fenómeno, pero si se han propuesto mini-modelos que hacen referencia algún aspecto nuclear de la deficiencia mental. Éstos mini-modelos nos permiten comprender algún aspecto del funcionamiento cognitivo del deficiente, así como poder prever su desarrollo futuro y proponer algunas estrategias de intervención o reeducación La mayor y más importante controversia en la deficiencia mental es la importancia relativa de la edad mental frente a la importancia del CI Sobre estas dos posturas no hay posible solución debido a que algunos autores mantienen que el CI es un indicador no válido en el caso de la deficiencia mental y que debería sustituirse por edad mental. Los que siguen esta postura defienden un enfoque <desarrollista> en el cual los individuos que tienen edades mentales similares también deben ser similares en cuanto al funcionamiento de sus procesos cognitivos y su rendimiento.

La excepcionalidad intelectual Conceptos y términos básicos Como sucede con otros conceptos propios de la psicología diferencial, desde los inicios de la cultura y ciencia occidental el concepto de genio ha ocupado a numerosos filósofos y pensadores Las primeras explicaciones del porqué de los genios se atribuyeron a causas sobrenaturales, a su excepcional rendimiento en la literatura, política, escultura. El estudio científico del “genio”; de la genialidad, se inicia sistemáticamente con los trabajos de F. Galton. Este autor se interesó por la acumulación de genios o eminencias en ciertas familias e interpretó este hecho en base a la transmisión hereditaria de las capacidades mentales. El termino genio deriva del latín <genius>, que significa disposición natural y actitud innata. El genio tiene varias peculiaridades: dotación individual (inteligencia), trabajo duro, inspiración divina (creatividad) y personalidad especial.

Para Galton el genio se compone de tres elementos: capacidad (inteligencia o actitudes especiales), celo o entusiasmo (persistencia y trabajo insistente) y afán (esfuerzo, motivación, espíritu de combate). Estos tres elementos sustentan el rendimiento excepcional y justifican la reputación que socialmente recibe el genio. No todos están de acuerdo en cuanto a considerar los términos genios y s uperdotados , debido a que hacen referencia a fenómenos distintos, el primero se relaciona con la creatividad y el segundo con la inteligencia. El estudio científico de la superdotación intelectual no se pudo llevar a cabo hasta disponer de los tests de inteligencia. Terman inició en 1921 un estudio sistemático de la superdotación intelectual a partir de la identificación de niños superdotados por medio de la medida del CI en las escuelas. Es bueno distinguir otros términos parecidos al de superdotación o excepcionalidad intelectual Superdotado: se refiere a un CI muy superior al normal (tiene un criterio cuantitativo). Talento: individuo dotado de una habilidad especial muy desarrollada (en la música, matemática). Genio: es virtualmente idéntico al de talento, pero, además, incluye un alto nivel de creatividad. Prodigio: niños talentosos o que muestran unas habilidades y destrezas extremadamente superiores a las propias de su edad. (ser un niño prodigio no determina que termine siendo un científico)

Parámetros del CI (en la escala de Stanford Binet ) por debajo de 70 (subnormales o deficientes mentales) un rango de 85 a 115 (individuos normales en inteligencia) igual o superior a 130 (superdotados) En cualquier caso, sea cual sea el criterio, los superdotados y los subnormales constituyen una minoría notable dentro de la población. Los criterios que delimitan lo normal de lo anormal son siempre arbitrarios. Dos destrezas o habilidades aparecen precozmente y destacan en los niños superdotados y son, la aparición y uso del lenguaje verbal y las destrezas en lectoescritura. Se distinguen a los niños superdotados en dos grupos: los superdotados 130 -154 de CI (pronuncian frases significativas a los 14 meses de edad) y los excepcionalmente superdotados que tienen una puntuación igual o superior a 155 (pronuncian frases significativas a los 17.5 meses).