P R Á C T I C A S L A B O R A L E S – R E G I Ó N P A M P E A N A
Página 37
Gastronomía de Chile
La gastronomía de Chile es producto de la mezcla entre la tradición indígena y el aporte colonial
español, combinando sus alimentos, costumbres y hábitos culinarios. A lo largo del tiempo, ha tenido
aportes menores de cocinas europeas por parte de inmigrantes, como la alemana e italiana; sin
embargo, en el siglo XX tuvo una importante y marcada influencia de la reconocida cocina francesa.
Estos elementos conformaron lo que se conoce actualmente como «cocina criolla chilena», la cual
destaca por sus variados sabores, ingredientes y colores, resultado de la diversidad geográfica del país,
acompañada de bebidas alcohólicas como el pisco y el vino chilenos.
Los platos más tradicionales de la cocina chilena son el ajiaco, los anticuchos, los asados, la calapurca, el
cancato, la carbonada, la cazuela, el chapalele, el charquicán, el curanto , las empanadas de pino, las
humitas, el milcao, la paila marina, la pantruca, el pastel de choclo, el pastel de papa, los porotos
granados, el pulmay y el tomaticán, entre otros.
Desde su instauración en 2009, el «Día de la Cocina chilena» se ha celebrado en el país cada 15 de abril.
Platos típicos chilenos:
Charquicán. Cuando los conquistadores españoles vieron por primera vez el charqui, miraron con
recelo esas tiras de carne deshidratada, de color grisáceo y textura semejante a la de cartón o cuero.
Para conservar la carne por períodos prolongados, los pueblos originarios de las regiones andina y
meridional de Sudamérica la secaban al sol y al viento, llamando el resultado ch’arki (quechua: cecina). Y
como los españoles consideraban que el charqui era carne cruda, ellos la rostizaban para comerla.
Así nació el charquicán, cuyo nombre puede venir de la palabra quechua charquikanka, que significa
“carne seca a la brasa”, o de la fusión del mapudungun charqui cancan, es decir, “carne seca asada”.
Hoy, el charquicán se conoce como un guiso tradicional, típico del noreste de Argentina, Perú y Chile,
si bien en cada país hay variaciones tanto en sus ingredientes como en la preparación.
Los registros más antiguos de este plato datan de los tiempos de la colonización española (siglos XVI y
XVII), y se asocian al tránsito de comerciantes entre los yacimientos mineros de Potosí y el puerto de
Arica, la antigua ruta inca del Cápac Ñan, utilizada también por los conquistadores españoles y los
arrieros locales. En esos días era común encontrar en la llamada “lonchera del arriero” diversos
alimentos deshidratados, entre ellos el charqui, los que se combinaban con otros productos que los
viajeros adquirían o recolectaban al paso.
El charquicán ha estado profundamente arraigado en la cultura de los países que lo adoptaron. En
Chile y Argentina se comparte una preparación básica similar de este plato. A la cebolla frita se
agregan ajo picado y ají de color, charqui -o carne de vacuno en las versiones modernas-, cortada en
trozos pequeños o picada gruesa. Luego vienen papas y zapallos trozados y condimentos varios. Cuando
las papas están bien cocidas, se aplastan junto con el zapallo. Hoy a la receta básica del charquicán se
han sumado otros ingredientes, como choclo desgranado, porotos verdes, carnes de diversos animales o
el reemplazo de la carne por un huevo frito, popularmente denominado
“charquicán a lo pobre”