Sorgo
El Sorgo (Sorghum bicolor) es el cultivo de cereales más importante después del trigo, el arroz, el
maíz y la cebada. Los principales productores de sorgo son Nigeria, Sudán, Burkina Faso, Etiopía,
Mali y Egipto.
El sorgo es una grama perenne vigorosa que se da principalmente como cultivo anual. Puede crecer
hasta alcanzar 4 m de alto y muestra una tolerancia considerable a condiciones de cultivo difíciles.
El sorgo tiene la capacidad de permanecer latente durante la sequía y luego volver a activarse en el
período de lluvias. Cuenta, asimismo, con un eficaz sistema radicular que la hace más resistente a
las sequías que la mayoría de los otros cultivos de cereal (a excepción del mijo). El sorgo se cultiva
en regiones en donde los cereales no están presentes. El interés creciente del sorgo en África se
debe en gran parte a su tolerancia a la sequía.
Los residuos del sorgo después de la cosecha son, además, un valioso pienso para la alimentación
del ganado. El sorgo forrajero está considerado como uno de los mejores cultivos para el ensilaje
debido a su alto rendimiento de la cosecha y a su elevado contenido de azúcar, así como por sus
tallos jugosos. En zonas en donde no se producen heladas, el sorgo continúa brotando y produce
nuevas hojas verdes para el pasto, siempre y cuando se mantenga la humedad del suelo. En África
el sorgo es un cultivo de subsistencia de escasos rendimientos ―entre los 500 kg/ha y los 900
kg/ha―, muy por debajo del potencial del cultivo. Las escasas cosechas se deben a prácticas de
producción inadecuadas, daños provocados por insectos y enfermedades, las malas hierbas
parásitas de la striga y la sequía.
El sorgo se adapta muy bien a la agricultura de subsistencia y a los mercados locales. No obstante,
no existe un mercado internacional para el consumo humano de sorgo. Para muchos agricultores,
las posibilidades de mejora a través de medios tecnológicos son muy limitadas. Con todo, es
importante conocer los factores que limitan la producción de los cultivos y los métodos de agricultura
ecológica para lograr cultivos ecológicos con garantías de éxito.
Estrategias de diversificación
En condiciones áridas, el sorgo suele darse en cultivos intercalados más que en rotación de cultivos
debido a la escasez de agua. Cuando las lluvias son abundantes o la irrigación es posible, la
rotación del sorgo con otros cultivos está más extendida. El cultivo simultáneo de diferentes
cultivares, incluso con diferentes períodos de madurez, es también una práctica muy extendida. El
cultivo del sorgo en rotación con otros cultivos no huéspedes reduce la proliferación de pestes de
insectos, de enfermedades transmitidas por el suelo y de malas hierbas (striga). Una rotación
planificada favorece, asimismo, la fertilidad del suelo. Combinar diferentes plantas complementarias
y diferentes variedades en un solo y mismo cultivo permite asegurar un rendimiento mínimo de la
cosecha en caso de escasez de agua y aumenta las retribuciones de la tierra.
Rotación de cultivos
Cultivar el sorgo de forma reiterada en un mismo campo no es aconsejable para la mayoría de
cultivos arables con una gran demanda de nutrientes. Esta práctica aumenta el riesgo de desarrollar
plagas y enfermedades. La rotación del sorgo (con el algodón y la soja) reduce la presencia de
enfermedades transmitidas por plagas, como la del gusano doradilla y la de las larvas blancas, así
como la de algunos gusanos grises; ya que todos ellos dependen de los cultivos de gramíneas,
tienen un ciclo biológico largo y están ligados a la tierra debido a su estado larvario subterráneo.