Documento que habla de la Revolución francesa y su impacto en esos años.La Revolución Francesa fue un momento de gran cambio que empezó cuando el pueblo se cansó de las injusticias del rey y de los privilegiados. Todo explotó cuando el Tercer Estado se declaró Asamblea Nacional. La Revolució...
Documento que habla de la Revolución francesa y su impacto en esos años.La Revolución Francesa fue un momento de gran cambio que empezó cuando el pueblo se cansó de las injusticias del rey y de los privilegiados. Todo explotó cuando el Tercer Estado se declaró Asamblea Nacional. La Revolución francesa es la transformación que dio origen a los principios de libertad, igualdad y justicia que siguen siendo la base de nuestras democracias hoy.
Size: 57.74 MB
Language: es
Added: Aug 28, 2025
Slides: 10 pages
Slide Content
REVOLUCIÓN FRANCESA
Presentado por:
Ana Gabriela
Ángel López
Gianna Echeverria
Yazid Jimenez
Docente: Noriel Martinez
Nivel:10
La Revolución Francesa fue más que un grito de protesta: fue el
nacimiento doloroso de una nueva forma de entender la vida en
sociedad. En un mundo donde unos pocos gozaban de privilegios y la
mayoría sobrevivía en la miseria, empezó a crecer el deseo de justicia y
de dignidad. Las ideas que hablaban de libertad y de igualdad no se
quedaron en los libros, sino que encendieron el corazón de un pueblo
cansado de ser invisible. El hambre y la crisis no hicieron más que
acelerar un despertar que ya no podía detenerse. Recordarnos este
momento es reconocer que, detrás de cada transformación, late la
esperanza de un mundo más humano, aunque el camino para alcanzarlo
sea duro y doloroso.
INTRODUCCIÓN
PRIMERA ETAPA DE LA REVOLUCIÓN
Asamblea Nacional
La primera fase de la Revolución Francesa comenzó
con la convocatoria de los Estados Generales, un
encuentro que generó grandes expectativas en la
gente común, quienes veían la oportunidad de
cambiar la sociedad. Sin embargo, la nobleza y el
clero desconfiaban, temiendo que el rey, Luis XVI,
solo buscara la forma de imponerles impuestos. La
principal disputa en la reunión fue la forma de votar:
los privilegiados querían un voto por estamento,
mientras que el pueblo llano, mucho más numeroso,
exigía un voto por persona.
Al no ceder el rey ni los nobles, el tercer estado se
separó y se declaró como la Asamblea Nacional en
mayo de 1789. A pesar de la oposición del monarca,
que llegó a cerrarles el lugar de reunión, sus
miembros se congregaron en un salón de juego de
pelota, donde hicieron un juramento solemne de no
disolverse hasta que Francia tuviera una nueva
constitución.
Este acto de rebeldía obtuvo el respaldo popular. La
tensión se disparó cuando el rey reunió tropas en París,
lo que provocó que el pueblo parisino se levantara y
asaltara la fortaleza de La Bastilla el 14 de julio de 1789,
un símbolo del poder absoluto. Este evento no solo
significó una victoria para los revolucionarios, sino que
también demostró la pérdida de control del rey sobre la
capital. La agitación se extendió por toda Francia: los
campesinos se rebelaron contra el feudalismo y los
antiguos gobiernos fueron derrocados.
La Asamblea Nacional actuó rápidamente: eliminó los
privilegios nobiliarios y el diezmo, y redactó la
Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, un documento fundamental que sentó las
bases de la igualdad. En 1791, se proclamó la primera
Constitución, que convirtió a Francia en una monarquía
constitucional, limitando el poder del rey y dándole el
control político a la Asamblea. Cuando el monarca
intentó huir del país, fue capturado, lo que evidenció el
drástico cambio en el equilibrio de poder.
SEGUNDA ETAPA DE LA REVOLUCIÓN
Convención Nacional
Durante la segunda etapa de la Revolución Francesa, Francia enfrentó guerras contra Prusia y Austria,
lo que agudizó la crisis interna. El pueblo, armado como ejército nacional, desconfiaba de la
monarquía, sobre todo de María Antonieta por sus lazos austriacos. El veto del rey a leyes contra
nobles y clero generó una crisis constitucional, mientras la economía empeoraba.
El 10 de agosto de 1792, el pueblo obligó a convocar elecciones y nació la Convención Nacional, que
agrupó a tres fuerzas:
Girondinos: moderados, abolieron la monarquía.
La llanura: burgueses moderados, tomaron el poder tras la caída de Robespierre.
Jacobinos: radicales, con apoyo popular, liderados por Robespierre.
Los sans-culottes se unieron a los jacobinos, lo que llevó a la ejecución de Luis XVI en enero de 1793.
Los jacobinos dominaron el poder con el Consejo de Salvación Nacional, instaurando el Gran Terror
(1793-1794), en el que miles fueron ejecutados. Robespierre eliminó a rivales como Danton, pero los
excesos provocaron su caída y ejecución en 1794.
Finalmente, el poder pasó a la llanura, que instauró en 1795 un nuevo régimen: el Directorio.
La tercera etapa (1795-1799) comenzó con una nueva constitución que instauró el Directorio, un
gobierno de cinco miembros y dos cámaras legislativas. La Revolución se moderó: se eliminaron las
reformas radicales de los jacobinos y el voto volvió a ser restringido a los ricos, consolidando el
predominio burgués.
El Directorio enfrentó crisis económica, presiones militares extranjeras y pérdida de apoyo popular,
mientras que los generales, en especial Napoleón Bonaparte, ganaban prestigio con sus victorias.
Finalmente, en 1799, Napoleón dio el golpe de Estado del 18 de brumario, acabó con el Directorio e
instauró el Consulado, iniciando una etapa de reformas y consolidando su poder.
TERCERA ETAPA DE LA REVOLUCIÓN
Directorio
BIOGRAFÍA DE NAPOLEÓN
BONAPARTE
Napoleón Bonaparte (1769-1821)
Nació en la isla de Córcega. Miembro de una
familia noble de provincia.
Ingresó a la academia militar a los 10 años junto a
su hermano mayor José Bonaparte. Destacó en
matemáticas y geografía, y se graduó en 1784 para
ingresar luego en la Escuela Militar de Francia. Se
entrenó en artillería y tras la Revolución simpatizó
con las ideas jacobinas. Fue un estratega central en
las campañas francesas contra Italia y realizó en
1798 una campaña militar en Egipto. Es recordado
como uno de los mayores genios militares de la
historia y un personaje clave para la evolución de
Europa en el siglo XIX. Murió el 5 de mayo de
1821, preso en la isla de Santa Elena.
El 24 de mayo de 1804, el Senado de Francia proclamó a Napoleón
Bonaparte como Emperador de los franceses. De esta manera terminó el
Consulado y comenzó el Imperio Napoleónico.
Napoleón fue uno de los gobernantes más apoyados por el pueblo francés.
Su gran capacidad de trabajo, su memoria y su habilidad para tomar
decisiones hicieron que la gente lo respetara.
Durante su gobierno protegió la propiedad privada, permitió el regreso de
los nobles que habían huido en la Revolución y restableció la religión
católica, aunque también dio libertad a otras creencias. Además, impulsó
mejoras en la agricultura y creó medidas de apoyo social.
En 1804 presentó un Código Civil, que se convirtió en la base de las leyes
de Europa en el siglo XIX. En él se aseguraban la propiedad privada, la
igualdad de todos los ciudadanos y la regulación civil del matrimonio y del
divorcio.
Fuera de Francia, Napoleón conquistó gran parte de Europa e introdujo allí
las reformas que habían surgido durante la Revolución Francesa.
IMPERIO NAPOLEÓNICO
La Revolución Francesa fue mucho más que un simple
conflicto; fue un gran despertar que transformó la forma en
que el ser humano se veía a sí mismo y a la sociedad. De este
cambio radical surgió la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, inspirada en los ideales de libertad,
igualdad y fraternidad, que estableció la igualdad de todos ante
la ley y dio origen a la figura del ciudadano moderno. Este
legado abrió el camino a la democracia, desmantelando la
monarquía absoluta y estableciendo la división de poderes para
que las decisiones ya no recayeran en una sola persona.
Además, la necesidad de reglas claras y justas condujo a los
códigos civiles, que reemplazaron los controles religiosos y
sentaron las bases para un sistema judicial más humano. En
esencia, la Revolución, a pesar de sus luchas, sembró principios
que aún hoy nos inspiran a creer en un mundo más justo,
donde la participación y el sentido de pertenencia son
fundamentales.
CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN
ANEXOS
CONCLUSIÓN
La Revolución Francesa nos dejó una lección vital: el poder real está en la gente.
Gracias a ella, hoy damos por sentado derechos, el voto y que nadie está por encima
de la ley. Es un legado que nos inspira a buscar la justicia y a recordar que la libertad,
la igualdad y la fraternidad son ideales por los que vale la pena luchar. Nos enseña
que el cambio, por más difícil que parezca, siempre es posible si la gente se une.