Interviu 40 anos despues franco aldesnudo - 16 noviembre 2015

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About This Presentation

Una serie de fotos de Franco en sus ultimos momentos


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Presentación 3
La agonía. Habla por primera vez una de las enfermeras 4
El último parte 12
El rincón de la araña, por Juan José Millás 14
Franco y el sexo 16
L
a
derecha del general 23
L
os Franco, sin
complejos 24
Foto de familia 29
Y Miguel Blesa de asesor fiscal 30
A bordo del ‘Azor’ 35
Ni olvido ni censura. Arte y franquismo 36
Leyendo el ‘Life’ 43
E
l retrato más íntimo 44
Pazo
de Meirás: bien público, coto privado 52
Con la caña en ristre 55
La cripta de los huesos mezclados 56
E
l
gran dictador 61
C
asa
Pepe, el santuario 62
Los últimos del caudillo 64
J
unto
a un animal… vivo 67
franco yace en su féretro el 23 de noviembre de 1975. Keystone / G
ETTY
fundador: Antonio Asensio pizarro
Presidente: Antonio Asensio Mosbah
vicepresidente y presidente de la comisión
director GENERAL: Conrado Carnal
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Especial
Noviembre
de 2015
Esta publicación es miembro de la Asociación de Revistas de Información, asociada a la Fedération Internationale de Presse (FIPP). Difusión controlada por OJD Presnta
Especial
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in FRANCO
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16/11/2015 interviu.es 3
Querido lector:
Francisco Franco murió oficialmente a las 5.25 horas del 20 de noviembre del año 1975. Si comparamos los
años que transcurrieron desde que el militar se levantó en armas contra el poder legal hasta su fallecimiento y
los que lleva sin vida, concluiremos que el dictador ha pasado ya más tiempo bajo tierra que salvando patrias.
Tras cuatro décadas desde su muerte puede parecer que sabemos todo sobre el caudillo, que las decenas de
libros y reportajes escritos sobre el franquismo no dejan ni un solo resquicio a la noticia, a las imágenes inéditas o a los testimonios y visiones originales.
Pues bien, en las 68 páginas de este especial de interviú encontrará historias apasionantes como la relatada,
en exclusiva, por una de las enfermeras que atendieron al generalísimo en el Hospital
La Paz de Madrid durante
sus días de agonía o la visita que nada más morir Franco hizo el escritor Juan José Millás al Palacio de El Pardo,
residencia oficial de Francisco Franco, Carmen Polo y su hija Carmencita. Descubrirá que Franco no era muy
dado a hablar de chicas, que tuvo tres novias y que no se masturbó hasta los 30. Lejos de ser la familia idílica
que mostraba el No-Do, los descendientes se convirtieron en una rica dinastía aunque ninguno de sus nietos
destaque por una actividad intelectual o una profesión de prestigio. De hecho, un personaje tan conocido como
Miguel Blesa, el expresidente de Caja Madrid hoy investigado por corrupción, fue durante años el asesor de la
familia Franco para invertir su fortuna y socio de dos de los nietos del dictador en dos empresas.
Es cierto que 40 años es suficiente tiempo para haber superado el miedo. No es menos cierto que apenas
se oye por la calle aquel “con Franco se vivía mejor”, pero también es verdad que no hemos sido capaces de
superar ciertos tabúes a la hora de hablar de Franco, que hay instituciones privadas (con alguna subvención
pública) que siguen defendiendo el honor y la imagen del general contra viento y marea, y que hay artistas que son censurados por utilizar satíricamente la figura del caudillo. interviú no se olvida del
Franco pintor,
cazador, pescador y hasta tenista. Y por último, el suplemento repasa el álbum de fotos inédito del dictador,
las dificultades para buscar e identificar los restos enterrados en el Valle de los Caídos y quiénes son los últimos
guardianes de las esencias franquistas.
Lo dicho, Franco ha muerto… hace 40 años, y aquí lo tienen al desnudo.
Coordinación: Alberto Gayo
Archivo: Adela Sánchez y Luis Miguel Montero
Foto: detalle de la obra ‘Punching Franco’, de Eugenio Merinointiervu.
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Una de las enfermeras, en la sala de La Paz donde agonizaba el dictador Francisco Franco.
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Testimonio exclusivo
d
e una de las enfermeras
que a
tendieron a Franco
La agonía
del dictador
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6 interviu.es 16/11/2015
Una de las imágenes
en las que aparecen
un Franco agonizante y
una de las enfermeras
registrando su
actividad cerebral. “Lo
hacíamos tres o cuatro
veces al día”, recuerda
la sanitaria, para
quien “Franco no era
un mal paciente”.

Franco
n
o era mal
paciente”
L
e hice el último electro y dio muerte
cerebral. Había que hacer otro para
ratificarlo, pero les pedí marchar-
me antes de que dieran el parte de
fallecimiento. No quería estar en ese mo-
mento. Entonces hubo un dilema, porque
no me dejaban marchar. Al final, me de-
jaron salir con una escolta y por la parte
de atrás. Así llegué a casa. Con escolta. Y
así me abrió la puerta mi marido, escol-
tada. Nos dieron las buenas noches y se
fueron”. Por primera vez en 40 años, los
transcurridos desde la muerte de Franco,
Alicia –nombre figurado–, una de las en-
fermeras que atendieron al caudillo en
• Nieves Salinas
sus últimos días en el Hospital La Paz de
Madrid, rompe su silencio. Le ha costado
lo suyo. Revivir aquellos momentos toda-
vía le provoca enorme angustia.
“Lo pasé mal. Era mucho estrés”, admite
emocionada en una sala ubicada en la
explanada central del hospital que fue su
casa durante 45 años –se jubiló en 2011–
y donde accede a encontrarse con una
reportera de interviú. Es martes, 3 de
noviembre. Son las diez de la mañana.
Alicia se presenta puntual. De aquellos
días, confesará a lo largo de la extensa
entrevista, conserva recuerdos imborra-
bles. Los repasa mientras hojea las imá-
3
El pasado 3 de noviembre, a las diez de la mañana, una reportera de
Interviú se citó en el Hospital La Paz de Madrid con una de las diez
enfermeras que atendieron a Franco en su agonía en el centro sanitario.
Con mucha emoción, la enfermera habló, por primera vez, de lo ocurrido en aquellos
momentos históricos y, sobre todo, de cómo marcó su vida. Desde una sala del que fue
su hospital durante 45 años –se jubiló en 2011–, la sanitaria, hoy de 70 años y madre de
tres hijos, desgranó sus recuerdos de esos días, hojeó las páginas del ejemplar de
La
Revista, del
Grupo Zeta, que en 1984 publicó en exclusiva mundial las fotos con la agonía
del dictador, y recordó al marqués de Villaverde, yerno de Franco, dirigiendo un ejército
de médicos que entraban y salían de la habitación del caudillo ante el asedio de prensa
y curiosos. Interviú ha decidido preservar la identidad de esta profesional que vivió
acontecimientos que marcaron profundamente su vida y que ahora, pasados cuarenta
años, rompe su silencio para relatarlos.
“Yo callaba
como una
tumba”
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po de Martínez Bordiú. Alicia era una de
las cuatro restantes. Todas pertenecían
a la plantilla de La Paz:“Yo estaba dos o
tres horas al día. Siempre había dos es-
coltas en la puerta. Les llamaba «los de la
boina». Todos los que estábamos en la ha-
bitación teníamos credenciales. El depar-
tamento donde yo trabajaba estaba en la
planta baja. Intentaba ir lo menos posible,
porque aquello era un asedio de médicos y
prensa. Querían saber. Por morbo o coti-
lleo. Yo callaba como una tumba”.
tensión
Alicia recuerda aquellos días de extre-
ma tensión y el desfile de médicos por
la habitación de La Paz. “Unos veinte al
día. Cardiólogos, nefrólogos, neurofisiólo-
gos, cirujanos, hemató-
logos… Había médicos
a porrillo. A todos les
llamaban del equipo
médico habitual. Entre
los que sí lo eran estaba
Pozuelo Escudero, que,
aunque era endocrinó-
logo, era su médico de
cabecera. También iba
con frecuencia Hidalgo
Huertas”. La profesio-
nal desconoce si, como
desvelaron los médi-
cos que lo atendieron
en El Pardo, Franco
había sufrido un in-
farto antes de llegar
al hospital. “No lo sé.
Ni por qué no se nombró esa palabra…
El marqués fue el que tomó las riendas de
todo y dirigió el proceso. ¿Que si un año
antes había padecido un cáncer? –según
desveló interviú en 1980–. Si fue así, esa
información no me llegó”, asegura.
De las semanas que se sucedieron has-
ta el 20 de noviembre de 1975, en que se
hizo oficial la muerte del dictador, la en-
fermera resalta “la tensión, el sentido de
responsabilidad que tenías. Te ibas a casa
e intentabas descansar. Tenías que estar
siempre localizada. Porque en aquella épo-
ca no había móviles”.
IMPACTO MUNDIAL
Franco, matiza la enfermera, “no era
mal paciente. Cuando decía que no a
una prueba, era porque le retiraban de
la circulación y él tenía un sentido alto
del deber”. Cuando a la enfermera se le
pregunta si hubo encarnizamiento, res-
ponde: “No voy a hacer ningún comenta-
“Le hice el último
e
lectro y dio
muerte cerebral. No me dejaban
irme. Al final, me
sacaron con una
escolta y por la
parte de atrás
del hospital”
Dos enfermeras junto a la cama de Franco. La que está de espaldas se ocupaba
solo de la hemodiálisis. El equipo pasaba gran parte del día en el hospital. Las
habitaciones tenían cristaleras y había una sala de descanso.
3
genes que ilustran este reportaje. Son las
fotos de la agonía del caudillo que, en
exclusiva mundial, publicó La Revista,
del Grupo Zeta, en 1984.
Alicia –hoy con 70 años, madre de tres
hijos y abuela de cinco nietos– formaba
parte de la decena de enfermeras cuida-
dosamente elegidas para atender a Fran-
co en su larga agonía. “Era un poco una
persona de confianza de ellos”, señala en
alusión al equipo directivo del hospital.
Con 29 años entonces, madre de un bebé
de seis meses, ya tenía una dilatada expe-
riencia. Tras hacer prácticas en la Escuela
del Tórax –donde conoció a Cristóbal Mar-
tínez Bordiú, yerno de Franco y jefe del
Servicio de Cirugía Torácica y Cardiovas-
cular del Hospital de la Paz–, en La Bene-
ficencia (hoy Princesa)
o en la Clínica del Tra-
bajo, recibió más de
una oferta. Optó por
La Paz, inaugurado
en julio de 1964. “A mi
padre, que trabajase en
un hospital tan grande
no le gustaba mucho”,
recuerda.
Franco ingresó en La
Paz el 7 de noviembre
de 1975. No era la pri-
mera vez que a Alicia
le tocaba asistir al
ilustre paciente. “Ha-
bía estado en El Pardo
en un par de ocasio-
nes con anterioridad.
Le atendí, como otras veces me tocó asistir
a otros pacientes importantes. Te decían:
«Es fulano, el padre de tal ministro, no sé
cuanto… Allá te cogían, te llevaban. Como
estabas en tu horario de trabajo, decías:
«Pues vale». Sin más preámbulos. En una
de ellas, Franco no quiso que se le hiciera
nada. Salió y dijo: «Perdone, pero no»”.
Algunas de las enfermeras que atendían
al caudillo en El Pardo trabajaban con
Martínez Bordiú en reanimación de ci-
rugía cardiaca. “Para que no se quedaran
solas, hacían turnos de dos. Las llevaban
a sus casas en automóvil oficial”, explica
la enfermera.
Antes de ingresar en La Paz, Franco
ya había sido sometido a una operación
de estómago en su residencia. “Se hizo
en muy malas condiciones, tuvieron que
habilitar un quirófano tercermundista.
Él no quería salir de allí”, recuerda. En
el hospital, de la decena de enfermeras
que asistían a Franco, seis eran del equi-
3
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10 interviu.es 16/11/2015
rio. Como profesional, tienes que hacer lo
que esté en tu mano para sacar adelante
al paciente”.
Prosigue sobre lo vivido en aquellos in-
tensos días: “Con el tiempo hubo quien me
criticó en el hospital por haber atendido a
Franco. Y yo les contestaba: «Perdona, he
atendido a un paciente que han ingresa-
do», igual que me tocó atender a Nicolás
Franco [hermano del general]; ir 40 veces
a ver al padre del marqués de Villaverde a
su casa o, años después, atender a Pasio-
naria”. Pese a aquellas críticas, sus com-
pañeros la trataron con respeto: “En tono
de guasa, pero buen tono, todavía alguno se
cruzaba conmigo y con el tiempo me decía:
«Mira, la enfermera de Franco»”, asevera.
Pero si hay un capítulo de su vida que
todavía le escuece, es cuando revive el
momento de ver la exclusiva mundial del
Grupo Zeta sobre la agonía de Franco,
publicada el 29 de octubre de 1984, cuan-
do se acercaba el noveno aniversario de
la muerte del dictador. “Me llamó la di-

Atendí a Franco
i
gual que atendí a su
hermano
Nicolás, al
padre del marqués de
Villaverde o, algunos
años después, a
Pasionaria” 3
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rección de Enfermería. Me dicen: «Pasa,
pasa». Y como yo era muy chungona, les
digo: «¿Os habéis reunido todas para ce-
sarme?». Entonces sacan del cajón la re-
vista. Me preguntaron qué sabía de eso.
«Ni idea», contesté. Empecé a temblar, a
sentirme mal. Me dijeron que tenía que de-
clarar al montón de periodistas que había
allí congregados. Dije que no iba a declarar
nada”. Alicia aún se estremece al evo-
car el episodio, con la prensa tras ella y
ofreciéndole “mucho dinero” por hablar.
“Siempre me negué. Llegaron a ir a bus-
car a mis hijos al colegio, y a mi puesto de
trabajo, de donde los echó el jefe de servi-
cio… Al final, la dirección me dijo que me
fuera de Madrid unos días para quitarme
de en medio”.
Para la enfermera, cómo se tomaron las
fotos que acompañan este reportaje fue
“un misterio. No me di cuenta de nada. Pu-
blicaron que yo había dicho –no era ver-
dad– que las tenía que haber hecho el que
tenía patente de corso para entrar en esa
habitación”, en alusión al marqués de Vi-
llaverde, a quien todo el mundo, incluido
Jaime Peñafiel, director de La Revista, se-
ñaló como autor de las imágenes. Siempre
se dijo que el yerno de Franco era quien
las había vendido. “Al marqués no le quise
decir nada. Cuando después coincidimos,
procuré mantener con él las mínimas pala-
bras. Durante 40 años no he querido hablar
de esto con nadie, casi ni con mis hijos. Solo
con mi marido. Aquello me dolió mucho.
Lloré mucho”, concluye Alicia. ■
Franco ingresó el 7 de noviembre de 1975 en La Paz, donde fue operado de nuevo. En la imagen, el técnico encargado de manejar el equipo de hemodiálisis.
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el Último parte
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16/11/2015 interviu.es 13
Mañana del jueves 20 de noviembre de 1975. El coche fúnebre sale de La Paz con los restos de Franco, que ha fallecido oficialmente a las
5.25 horas. Los partes del equipo médico habitual habían ido detallando su proceso morboso. El último establecía: párkinson, cardiopatía
isquémica con infarto de miocardio anteroseptal y de cara diafragmática, úlceras digestivas agudas recidivantes con hemorragias masivas,
peritonitis bacteriana, fracaso renal agudo, tromboflebitis ileofemoral izquierda, bronconeumonía, choque endotóxico y paro cardiaco.
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14 interviu.es 16/11/2015
el
rincÓn
de la
araña
Al poco de la muerte de Franco,
se abrió al público el Palacio del
Pardo como si fuera un museo.
Y lo era: un museo de la mierda. Propuse a varios
amigos visitarlo, pero todos ponían reparos, por lo
que un miércoles cualquiera cogí el coche y me lan-
cé en solitario a la aventura. Pagué
la entrada y penetré con un grupo
de unas diez o quince personas en
el laberinto del monstruo. El guía
era el antiguo mayordomo de la fa-
milia, que aún lloraba de emoción
ante cada uno de los objetos que
la familia del dictador no había sa-
queado y que, como cabe suponer,
carecían de valor.
Al principio busqué complici-
dades entre el grupo de visitan-
tes, pero enseguida advertí que el
único intruso era yo. Me estaba jugando la vida, en
fin, de modo que puse cara de póquer y recorrí las
instalaciones aguantándome la risa y el llanto que me
atacaban de forma alternativa. El recuerdo general es
que todo era muy polvoriento, y no porque estuviera
sucio, sino porque tal era su sustancia. Parecía increí-
ble que ahí hubieran vivido dos personas, con perdón,
además del servicio, pues todas las estancias carecían
de alma. Desasosegaba un poco, como cuando en un
hotel te dan una habitación con vistas a un parking y
el mando de la tele atado a la mesilla de noche. Aquí
no había vistas, casi no había ha-
bitaciones, pues todos los lugares
eran de paso.
El dormitorio de Francisco y Car-
men, por ejemplo, estaba en un
pasillo, o eso me pareció. En todo
caso, tenía forma de pasillo. Lo más
impresionante fue descubrir en la
colcha de una de las dos camas
una mancha de carácter orgáni-
co (quizá un vómito o una meada)
cuya presencia, existiendo ya las
tintorerías exprés, resultaba inex-
plicable. Tuve la osadía de preguntar al mayordomo,
que me respondió con una mirada fría, a juego con
el mobiliario.
Otro lugar de paso, muy desasosegante también, era
Recorrí las
i
nstalaciones
aguantándome la
risa y el llanto que
me atacaban de
forma alternativa
Juan José
Millás
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16/11/2015 interviu.es 15
la sala de la televisión. Estaba en cualquier parte, no
sé, quizá en el intestino grueso del palacio. Me vino
a la cabeza la idea de intestino porque allí es donde
hacía la digestión el matrimonio, sobre un par de si-
llas incomodísimas. Tal vez la familia se había lleva-
do también a Suiza las butacas de terciopelo. En ese
intestino, si no recuerdo mal, había un repliegue con
una librería llena de esos libros aparatosos y vacuos
que editan las diputaciones y que nos regalan a los
escritores cuando damos una conferencia en Vigo. Los
escritores los abandonamos en el hotel, pero a Franco
y a su señora debían de parecerles el no va más de la
cultura. Allí los tenían, muy cerca de un armario donde
se archivaban los uniformes del Generalísimo, cuyos
tejidos olían a sotana rancia.
–En este rincón –dijo el guía deteniéndose en otro
tramo de aquel conducto estomacal– recibía la señora
a sus amistades.
El rincón era realmente un rincón con una mesita
baja (la alta, pensé de nuevo, estaría embalada en los
sótanos de un banco suizo). Daba un poco de miedo
porque era el sitio que habría elegido una araña gran-
de para armar su tela.
Por lo demás, Franco tenía dos despachos contiguos
que, si no recuerdo mal, se daban mutuamente la es-
palda. Cuando se cansaba de firmar decretos o penas
de muerte en uno, se desplazaba pesadamente al otro
y continuaba firmando perversiones. El mayordomo
no fue capaz de explicar aquella dualidad y tampoco
nadie se atrevió a preguntar. Observado con pers-
pectiva, pienso que Franco tuvo una intuición genial
del sistema binario, donde o estás
en el cero o estás en el uno. No ha-
bría sido fácil adivinar cuál de los
dos despachos representaba uno
u otro número, pues ambos evoca-
ban el cero.
Salí muy deprimido, en fin, de
aquella visita, donde también nos
enseñaron unas naturalezas muer-
tas (qué raro, ¿no?) pintadas por el
propio Franco, y advertí a los ami-
gos de que no se la perdieran, pues
viendo El Pardo se comprendía la
España de la época mejor que leyendo a los historia-
dores. Pero se ve que a las autoridades democráticas,
o casi, les dio miedo que la gente se mirara en aquel
espejo y lo cerraron enseguida.
Impresionante
f
ue descubrir en
la colcha de una
de las dos camas
una mancha de
carácter orgánico
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Sustituyó los orgasmos por el ejercicio del poder, nunca le
gustó hablar de chicas, no se masturbó hasta casi los 30, no
pisó un prostíbulo, se casó virgen y tenía una característica
física que hacía que sus relaciones sexuales fueran muy
dolorosas. Según su biografía más íntima, tuvo tres novias,
solo una despertó su deseo sexual, pero se casó con otra
virginal, como su madre. Y tres divas lo sedujeron.
El caudillo cayó rendido a los pies de Eva Perón, que lo sedujo en 1947, cuando visitó España. Carmen Polo, que no sentía
ningún afecto por la primera dama argentina, como demuestra su mirada en esta fotografía, llegó a tener celos de ella.
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“franco sentía
r
epugnancia
por el
sexo”
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18 interviu.es 16/11/2015
S
entía repugnancia por el sexo. Le
parecía algo insano, oscuro, que
debilitaba y restaba potencia a los
hombres, que traía muchas enfer-
medades… Es un claro caso de represión
sexual”. La escritora y periodista Pilar
Eyre ha investigado durante años la vida
íntima y sexual del generalísimo –envuel-
ta en un gran secretismo y mucha rumo-
rología– que por primera vez se desvelan
en la biografía Franco confidencial (Edito-
rial Destino). “La infancia y la vida sexual
son determinantes para la personalidad
de un ser humano. De Hitler sí sabemos
detalles, era raro que de Franco no”, ex-
plica Eyre. Así descubrimos que su pa-
dre marcó su relación con las mujeres y
su vida sexual.
Franco fue un niño maltratado: su padre
le pegaba; lo llamaba “marica” o “Paquita”
por ser enclenque y por esa voz aflautada;
se avergonzaba de él… Además, Nicolás
Franco obligaba a su mujer a mantener
brutales relaciones sexuales como las que
tenía con prostitutas (acabó abandonán-
dola por otra mujer). Paquito escuchaba
• David Arnanz
3
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16/10/2015 interviu.es 19
En 1977, Interviú publicó
una entrevista exclusiva
con uno de los amores
del generalísimo: Sofía
Subirán, que conservaba
cartas de amor entre
ambos que datan de
1912, cuando ella vivía en
Melilla y Franco luchaba en
el frente de África. Subirán
decía que Paquito se fijó
en sus ojos, y lo definía
como “todo un caballero,
pero soso, patosillo
bailando, que patinaba
regular”. Y que la relación
no cuajó porque Franco iba
detrás de ella, pero a ella
no le gustaba. Pilar Eyre
cree que Sofía hablaba
desde el despecho por no
conseguir haberse casado
con la primera autoridad
de España.
Cartas a su primer amor platónico desde el frente
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20 interviu.es 16/11/2015
María Luisa
Narváez y Macías,
duquesa de
Valencia y grande
de España (en
la otra página,
abajo), entró
en la leyenda al
correr el rumor
en Ávila de que
había sido pareja
de Franco. En 1983
Interviú localizó
testimonios que
corroboraban
“una relación
tormentosa
porque ella quería
restaurar a don
Juan”, decía un
abogado de su
entorno. Y otros
lo negaban
rotundamente
afirmando que sus
ideas políticas la
llevaron a la cárcel.
Sara Montiel
(arriba) contó en
sus memorias que
su exuberancia
llamó la atención
del caudillo, quien
tenía debilidad
por Juanita Reina
(derecha).
el sufrimiento de su madre al otro lado de
la puerta, hasta que un día vio cómo su
padre la sometía. Vomitó. Y despreció el
sexo para siempre. “Se hubiera arrancado
el miembro para no parecerse al padre”, re-
lata Franco confidencial, confirmando que
el caudillo sufrió complejo de Edipo: odio
al padre y atracción por la madre. Siempre
buscó mujeres virginales. Como su madre.
A Franco le daba asco hablar de sexo
y de chicas, “meter mano o tocar teta”, lo
que, unido a su físico y su voz, provocó que
incluso siendo ya militar le siguieran lla-
mando “marica”. Nunca pisó un burdel ni
para callar los rumores y frenar el bulling
que sufrió desde niño. Franco reconoció
que esa época “fue un calvario”. Llama-
ba “torturadores” a los que lo insultaban.
Pilar Eyre revela dos episodios en el
cuartel de Toledo, donde entró con 14
años, claves para entender su represión:
“Si tenía una erección, se avergonzaba y re-
zaba un padrenuestro tras otro hasta que se
le pasaba. Y si tenía poluciones nocturnas,
se metía en la ducha y se frotaba hasta ha-
cerse sangre”. La primera vez que se mas-
turbó rondaba los 30 años y fue al conocer
a la única mujer que le despertó deseo
sexual: Ángeles Barcón, guapa oficial de
Ferrol –fue reina de los Juegos Florales–,
que dijo que “Franco sabía enamorar a las
mujeres”. La periodista apunta: “Él era am-
bicioso, no se fijaba en chicas pobres, esta
era de las más ricas de Ferrol. Si el padre
de ella no lo hubiera rechazado, probable-
mente se habrían casado”. A Ángeles Bar-
La leyenda de los amores de Franco
3
3
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Pilar Eyre: “Si el
p
adre de Ángeles
Barcón, única novia
que le despertó el
deseo sexual , no
se hubiera negado, Franco se habría
casado con ella”
La leyenda de los amores de Franco
16/11/2015 interviu.es 21
”Franco era ambicioso, no se
fijaba en chicas pobres”, asegura
Pilar Eyre. Arriba, el caudillo se
muestra tímido ante la belleza
escotada –insólita en la España
de la época– de Zalfa Thabet,
esposa del presidente libanés,
a la que impuso la Gran Cruz de
Isabel la Católica en 1957. Dicha
distinción también la recibió Eva
Perón, que, del mismo modo, le
deslumbró con sus escotes.
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22 interviu.es 16/11/2015
cón la conoció en los tres años que estu-
vo esperando a que el padre de Carmen
Polo aceptara la relación. Antes de ellas,
Franco solo tuvo un amor (platónico) más:
Sofía Subirán. Sus cartas de amor, con un
tono casi infantil (ver recuadro de la pá-
gina 19), vieron la luz por primera vez en
interviú, en 1977. “Son cartas escritas en
1912 (con 20 años) desde un puesto avan-
zado en la guerra de África a una chica
de Melilla, más afectuosas que amorosas”,
opina Pilar Eyre. “Yo la quiero muchísimo
por no decir bastante”, decía el entonces
teniente Franco en una de ellas.
Hay tres mujeres más por las que sin-
tió atracción, tres divas. Eva Perón “lo
deslumbró con esos escotes, se le iban los
ojos, e incluso Carmen Polo tuvo celos de
ella porque aunque Franco era un santo, la
carne es débil”, apunta Eyre. Sara Montiel,
que relató en sus memorias que en una
recepción del 18 de julio en La Granja iba
muy escotada y Franco le dijo: “¡Violeteri-
ta mía, vamos a perdernos por el bosque!”;
pero lo escuchó Carmen Polo, lo cogió del
brazo y se lo llevó. Y Juanita Reina, por la
que sentía admiración: “Era algo platónico.
Estaba empeñado en que actuara siempre
para él, y cuando ella estaba, a Franco se
le veía feliz”, dice la escritora. Aunque la
mujer de su vida fue Carmen Polo.
su noche de bodas
Tras el deseo sexual que descubrió con
Ángeles Barcón, vuelve con una mujer
casta, Carmen Polo. “Todos los nietos de
Franco reconocen que nunca han visto una
pareja tan unida”, afirma. Fue amor a pri-
mera vista. “Los dos se casaron vírgenes
y no se sabe si consumaron en la noche
de bodas, pero a las 6 de la mañana ella
dijo: «Vamos a rezar el rosario»”, revela la
periodista y excolaboradora de interviú,
que apunta que “posiblemente la pareja
solo tuvo sexo una vez en la vida”, cuando
gestaron a su hija.
“Entre las decenas de personas que he
entrevistado está el ayudante del doctor
Puig
­vert, urólogo que atendió a Franco, que
también es un reputado urólogo y sexólogo,
y confirmó dos características físicas del
caudillo: que era monórquido, perdió un
testículo en la guerra –lo que no le impedía
tener sexo ni concebir–, y me reveló una
característica física que hacía que su vida
sexual fuera peculiar: tenía un prepucio
muy cerrado, lo que hace que las relaciones
sean muy dolorosas. Se le propuso operarlo
de fimosis, pero él respondió: «Lo que Dios
ha hecho, el hombre no puede tocarlo». Y lo
dejaron como estaba –asegura Pilar Eyre–.
Este médico me explicó que no tener deseo
sexual es una característica de los dictado-
res, porque sustituyen los orgasmos por el
ejercicio del poder”. ■
“Le propusieron una
o
peración de fimosis, pero
respondió: «
Lo que Dios ha
hecho, el hombre no puede
tocarlo»”, dice el ayudante
de su urólogo
La periodista Pilar Eyre, autora de la biografía Franco
confidencial, posa para esta revista ante un Rolls Royce
Phanton IV, igual que uno de los tres que compró el caudillo
y que hoy pertenecen a Patrimonio Nacional. Solo se
fabricaron 18 en el mundo. El automóvil se expone en el
Hotel Dome Madrid (www.hoteldomemadrid.com).
3
alberto bernárdez
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16/11/2015 interviu.es 23
EL general NO TENÍA BUENA DERECHA
Franco ordenó a principios de los años cuarenta que se construyera una pista de tenis en un lateral del Palacio de El Pardo, que aún se conserva.
Entonces, las estrellas del tenis patrio eran el donostiarra Manuel Alonso y los catalanes Pedro Masip y Enrique Maier. La foto pertenece a una
serie que publicó interviú en el suplemento Franco inédito en 2012. En ellas se puede apreciar que a pesar de que lucía indumentaria de
jugador profesional, el hombre que regía España con mano de hierro no tenía buena derecha. Y que su revés no pasaría a la Historia.
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24 interviu.es 16/11/2015
ARANCHA
(1962-      )
1923
1950FRANCISCO FRANCO 
BAHAMONDE
(1892-1975)
CARMEN POLO 
MARTÍNEZ-VALDÉS
(1900-1988)
CARMEN FRANCO 
POLO
(1926-      )
CARMEN
(1951-       )
ALFONSO
DE BORBÓN
(1936-1989)
JEAN MARIE 
ROSSI
FRANCISCO 
DE BORBÓN
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1972-1984)
MARÍA 
CYNTHIA ROSSI
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1985-       )
LUIS ALFONSO 
DE BORBÓN
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1974-       )
JOSÉ 
CAMPOS
MARIOLA
(1952-       )
FRANCIS
(1954-       )
CRISTÓBAL
(1958-       )
JAIME
(1964-       )
FRANCISCO 
DE BORJA 
ARDID
(1975-       )
LUIS
(2010-       )
BELTRÁN
(2010-       )
DANIEL 
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1990-       )
JAIME 
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1999-       )
DIEGO 
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1998-       )
ALFONSO
(2010-       )
FRANCISCO 
JAVIER 
ARDID
(1987-       )
FRANCISCO 
FRANCO 
SUELVES
(1982-       )
JUAN JOSÉ 
FRANCO 
SUELVES
(1985-       )
ÁLVARO 
FRANCO 
GUISASOLA
(1994-       )
MIRIAM 
FRANCO 
GUISASOLA
(1996-       )
LETICIA  
GIMÉNEZ- 
ARNAU 
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1979-       )
JAIME 
ARDID
(1976-       )
MARGARITA 
VARGAS
MARÍA RUIZ MARCOS 
SAGRERA
CARMEN 
PANADERO
MARÍA 
SUELVES
JOSE 
TOLEDO
NURIA 
MARCH
MIRIAM 
GUISASOLA
EUGENIA
(2007-       )
RAFAEL 
ARDID
JIMMY 
GIMÉNEZ-
ARNAU
GREGOR 
TAMLER
CLAUDIO 
QUIROGA 
FERRO
MARÍA DEL  
MAR, MERRY
(1956-      )
JOSÉ MARÍA 
MARTÍNEZ ORTEGA
(1890-1970)
MARÍA DE LA O 
BORDIÚ BASCARÁN 
(1896-1980)
CRISTÓBAL 
MARTÍNEZ BORDIÚ
(1922-1998)
MARÍA RUIZ
Matrimonios
Divorcios
Cónyuges
Boda de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón
Varios años separan estas dos imágenes. Sobre
estas líneas, Franco con su esposa y su hija Carmen.
A la derecha, Franco y Carmen Polo, ya abuelos,
acompañados por sus nietos. Arriba, el árbol de la
descendencia del caudillo.
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Siete nietos, trece bisnietos y seis tataranietos es lo que ha dado de sí hasta hoy
el árbol genealógico inaugurado por el dictador y su esposa, Carmen Polo. Lejos
de ser la familia idílica que mostraba el No-Do, muerto el caudillo, los Franco
dieron la nota. En la actualidad son una de las familias más ricas de España.
E
xcéntricos, millonarios y sin com-
plejos. Así son los Franco. Una es-
tirpe con suerte en los negocios y
con infortunio en el amor. Ocho di-
vorcios suman los siete nietos del dictador
–Carmen, Mariola, Francis, Merry, Cristó-
bal, Arancha y Jaime–, y en torno a los 150
millones de euros, el patrimonio conocido
que aflora de su entramado empresarial.
A su muerte, Franco dejó una fortuna a
su única hija, Carmen, que invirtió en el
negocio de los aparcamientos, en primer
lugar, y después en empresas inmobilia-
rias. El capital social desembolsado de
las empresas administradas por Carmen
Franco Polo sobrepasa los 30 millones
de euros.
A sus nietos, Franco les dejó como he-
rencia 12.000 euros a cada uno, dinero
procedente de su sueldo como militar;
una minucia teniendo en cuenta lo que
escondían los testaferros que el general
mantuvo durante muchos años. Incluso
en la misma familia, como algún tío de
Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de
Villaverde, yerno de Franco.
Orgullosos del pasado dictatorial y re-
presor de Franco, como han manifestado
en muchas ocasiones, tuvieron la enorme
suerte de que ni la Transición ni la de-
•Ana María Pascual
3
los franco,
sin complejos
ARANCHA
(1962-      )
1923
1950FRANCISCO FRANCO 
BAHAMONDE
(1892-1975)
CARMEN POLO 
MARTÍNEZ-VALDÉS
(1900-1988)
CARMEN FRANCO 
POLO
(1926-      )
CARMEN
(1951-       )
ALFONSO
DE BORBÓN
(1936-1989)
JEAN MARIE 
ROSSI
FRANCISCO 
DE BORBÓN
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1972-1984)
MARÍA 
CYNTHIA ROSSI
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1985-       )
LUIS ALFONSO 
DE BORBÓN
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1974-       )
JOSÉ 
CAMPOS
MARIOLA
(1952-       )
FRANCIS
(1954-       )
CRISTÓBAL
(1958-       )
JAIME
(1964-       )
FRANCISCO 
DE BORJA 
ARDID
(1975-       )
LUIS
(2010-       )
BELTRÁN
(2010-       )
DANIEL 
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1990-       )
JAIME 
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1999-       )
DIEGO 
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1998-       )
ALFONSO
(2010-       )
FRANCISCO 
JAVIER 
ARDID
(1987-       )
FRANCISCO 
FRANCO 
SUELVES
(1982-       )
JUAN JOSÉ 
FRANCO 
SUELVES
(1985-       )
ÁLVARO 
FRANCO 
GUISASOLA
(1994-       )
MIRIAM 
FRANCO 
GUISASOLA
(1996-       )
LETICIA  
GIMÉNEZ- 
ARNAU 
MARTÍNEZ 
BORDIÚ
(1979-       )
JAIME 
ARDID
(1976-       )
MARGARITA 
VARGAS
MARÍA RUIZ MARCOS 
SAGRERA
CARMEN 
PANADERO
MARÍA 
SUELVES
JOSE 
TOLEDO
NURIA 
MARCH
MIRIAM 
GUISASOLA
EUGENIA
(2007-       )
RAFAEL 
ARDID
JIMMY 
GIMÉNEZ-
ARNAU
GREGOR 
TAMLER
CLAUDIO 
QUIROGA 
FERRO
MARÍA DEL  
MAR, MERRY
(1956-      )
JOSÉ MARÍA 
MARTÍNEZ ORTEGA
(1890-1970)
MARÍA DE LA O 
BORDIÚ BASCARÁN 
(1896-1980)
CRISTÓBAL 
MARTÍNEZ BORDIÚ
(1922-1998)
MARÍA RUIZ
Matrimonios
Divorcios
Cónyuges
infogr
a

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Boda de Francisco Franco y Carmen Polo
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26 interviu.es 16/11/2015
mocracia les molestara jamás. Pero lejos
de ser la familia idílica que mostraba el
No-Do, los Franco, con los años, dieron la
nota. La primera fue la nieta mayor del
general, Carmen Martínez-Bordiú Fran-
co, que abandonó a su marido, Alfonso de
Borbón, y a sus dos hijos para vivir en
París con el anticuario Jean Marie Ros-
si. Carmen acumula tres divorcios y co-
bra fortunas por exclusivas en la prensa
rosa. Administra la mercantil Ocnarf SL,
con casi tres millones de euros de capi-
tal social, que se dedica a las relaciones
públicas.
Ninguno de los nietos del dictador ha
destacado por una actividad intelectual
o una profesión de prestigio. Muy al con-
trario. Se nutren del imperio empresarial
levantado por la hija de Franco. Jaime, el
pequeño de los nietos, reconoció públi-
camente su adicción a la cocaína y fue
condenado por malos tratos a su pareja.
Incluso estuvo relacionado con un asun-
to de tráfico de droga, en 2010. Entonces
tuvo que ser su madre quien pusiera or-
den en su vida. Se lo llevó a vivir con ella
y le obligó a desintoxicarse.
Francis, el ojito derecho del caudillo, di-
rige los negocios familiares, pero no ha
evitado las polémicas. En 2009 protagoni-
zó un altercado con una azafata del AVE,
y llegó a ser detenido, pero salió absuelto
en el juicio de faltas. Tres años después,
se enfrentó a la Guardia Civil –parado-
jas de la historia– cuando regresaba de
una cacería furtiva. Recién estrenada la
democracia, fue pillado cazando ilegal-
mente en la reserva natural de los Montes
Universales (Teruel).
De los trece bisnietos del dictador, el
más conocido es Luis Alfonso de Bor-
bón, hijo de Carmen Martínez-Bordiú
–con derechos sobre el trono de Fran-
cia–, casado con la millonaria venezola-
Ninguno de los
nietos del dictador
ha destacado por
una actividad
intelectual o
una profesión de
prestigio
Jaime, el nieto menor de
Franco, reconoció su adicción a la cocaína, después de ser condenado por malos tratos
3
3
JOAN CORTADELLAS
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16/11/2015 interviu.es 27
Arriba, Jaime Martínez-Bordiú
en 2009, cuando compareció
en un juzgado de Barcelona
para ser procesado por malos
tratos a su pareja. En la otra
página, arriba, el matrimonio
Franco, con los marqueses
de Villaverde y varios de
sus hijos, en el Palacio de El
Pardo. A la izquierda, el primo
más histriónico de los nietos
de Franco, Pocholo Martínez-
Bordiú. Junto a estas líneas,
una imagen de Francisco
Franco rodeado de nietos.
El abuelo
Franco
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28 interviu.es 16/11/2015
na Margarita Vargas. Con ella tiene tres
hijos y páginas garantizadas en la prensa
del corazón para sus lucrativos posados.
Luis Alfonso ha gestionado negocios de
lo más variopintos, como uno dedicado
al mundo del taxi y otro a las transaccio-
nes electrónicas. Pero de donde obtiene
pingües beneficios es como consejero de
Fiolasa, la sociedad que montó su abue-
la en 2002 dedicada a la promoción in-
mobiliaria. Otra de las joyas del imperio
Franco es Sargo Consulting SL, centrada
en las inversiones financieras y que tiene
un capital desembolsado de once millo-
nes de euros.
Estas sociedades, como el resto de las
de la matriarca de los Franco, están do-
miciliadas en su residencia madrileña, en
la calle Hermanos Bécquer de Madrid.
Allí, en lo mejor de la capital, reside en
600 metros cuadrados la hija de Franco,
que a sus 89 años vive con cuatro perso-
nas de servicio y se dedica a jugar a las
cartas con las amigas y a hacer cruceros.
Los Franco viven del ladrillo, de la
promoción inmobiliaria, de los aparca-
mientos y de las gasolineras; esos son
los pilares de su entramado societario.
La mayoría de los bisnietos del dictador
participan de ellos. Algunos organizan
actividades de caza o pesca, una de las
pasiones heredadas del caudillo. Es lo que
hace Borja Ardid –hijo de Mariola, la se-
gunda nieta de Franco– como consejero
en Artemis Tours SL, un turoperador de
lujo que asesora en cacerías, propiedad
de José Salgado Fuertes, el ex director ge-
neral de Banca Privada del Santander.
El título de marqués de Villaverde lo
ostenta ahora Francis Franco Martínez-
Bordiú (se cambió el orden de los ape-
llidos para lucir el del abuelo en primer
lugar), heredado de su padre. No es el
único aristócrata de la familia. Su pri-
mo Pocholo es el XVIII barón de Gotor.
El histriónico primo de los Franco, so-
brino del yerno del general, es quizá la
cara más desenfadada de una familia
que aún sigue provocando muchas fo-
bias en España.

Arriba, Carmen Polo, su hija, Carmen Franco, y su nieta, Carmen Martínez-
Bordiú, en una fiesta celebrada en 1969 en la finca de Valdefuentes para
celebrar la puesta de largo de la joven. Sobre estas líneas, el generalísimo
con sus nietas Carmen, Mariola y Merry, y su nieto Cristóbal.
Los Franco viven
del ladrillo, de
la promoción
inmobiliaria, de
los aparcamientos
y de las
gasolineras
3
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16/11/2015 interviu.es 29
carmen, francisco y carmencita
Solo tuvieron una hija, a la que llamaron igual que a su madre. Francisco Franco, Carmen Polo y Carmencita posan en un cruceiro durante
unas vacaciones en Galicia. El Palacio de El Pardo y el Pazo de Meirás fueron los dos escenarios para inmortalizar la vida en familia. El
caudillo quiso dar siempre la imagen de ser un hombre hogareño. Esta foto fue publicada por interviú en noviembre de 2012 dentro de
un suplemento con fotos del dictador que se habían mantenido ocultas.
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30 interviu.es 16/11/2015
La familia Franco tuvo durante años un asesor para invertir su fortuna: Miguel
Blesa, luego presidente de Caja Madrid. Blesa participó en sociedades con
dos de los nietos del dictador, una de ellas controlada desde el paraíso fiscal
de Islas Vírgenes. Cuando Blesa gobernaba Caja Madrid, siguió asesorando
a Francis Franco y la familia dio su último pelotazo: la venta de la finca de
Valdefuentes, convertida en el centro comercial y de ocio Xanadú.
y
miguel blesa
de asesor fiscal
Miguel Blesa,
entonces
presidente de
Caja Madrid,
junto a su
amigo Francis
Franco, nieto del
dictador, durante
una cacería. A la
izquierda, Francis,
de niño.
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E2-BLESA-ESPECIAL FRANCO F.indd   31 12/11/15   16:53

D
ile a Francis que si tiene más de
estas operaciones que nos AVISE
con tiempo a nosotros y que es muy
importante que el comprador sea
consciente de la irregularidad formal”. Lo
escribe Matías Amat, número dos de Mi-
guel Blesa, a su jefe en Caja Madrid, el 8
de octubre de 2009. Francis –también lla-
mado FF en los correos electrónicos del
entonces presidente de Caja Madrid– es
Francisco Franco Martínez-Bordiú, nieto
del dictador y amigo de Blesa desde hace
varias décadas. El nieto de Franco se ha-
bía metido en problemas (había tratado
de vender como vivienda un inmueble
que solo estaba autorizado como oficina)
con la participación de Caja Madrid y la
gestoría descubrió la irregularidad.
El número dos de Blesa explica en el co-
rreo a su jefe los “riesgos” para el compra-
dor (“inspección del ayuntamiento de turno
y posible multa… compañías de electrici-
• Luis Rendueles / Vanesa Lozano
32 interviu.es 16/11/2015
3
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16/11/2015 interviu.es 33
La gran casa y finca familiar donde Lola Gaos rodó una
película de terror y que fue salvada por un pelotazo
Valdefuentes era un enorme terreno (casi diez millones de metros cuadrados) rural al sur de Madrid (izquierda). Dentro,
el dictador construyó un palacete donde acudía con su familia. Tras la muerte de Franco, la finca quedó en desuso (abajo,
la piscina y el viejo automóvil Adler de seis cilindros). El yerno de Franco la alquilaba a principios de los ochenta para
que se rodaran películas eróticas y de terror de serie B. La más conocida fue una cinta de Paul Naschy en la que intervino
Lola Gaos y titulada Latidos de pánico. La recalificación de los terrenos y su posterior venta, en 2003, fue el último gran
pelotazo de los Franco. En la foto grande, vista aérea actual de esos terrenos, donde se alza el centro comercial Xanadú.
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dad y gas”). Aunque confiesa: “Supongo
que esto a Francis le importa poco”. y aña-
de los riesgos para Caja Madrid: “Jurídi-
camente ninguno, estamos igual de prote-
gidos bajo la ley hipotecaria”. Eso sí, como
las normas internas “desaconsejan hacer
ese tipo de operaciones, el director [de su-
cursal] paró” la venta del piso. La relación
de Franco con Blesa pesó y el número dos
le anunciaba: “A pesar de esto y como ex-
cepción, se firmará en los próximos días”.
En los mismos correos electrónicos se re-
fleja cómo la hija de Blesa trata de alqui-
lar un piso en la zona de Concha Espina,
en Madrid, al nieto de Franco.
Ha sido el último favor de Blesa a los
Franco. En 2008, Alfonso Martínez-Bor-
diú, sobrino del marqués de Villaverde
y hermano de Pocholo, le escribía: “Es-
timado Miguel: Gracias de antemano. El
objetivo sería analizar las posibilidades
de tomar en cuenta mi experiencia para
algún puesto dentro de Caja Madrid. Es-
taría interesado… si hubiera alguna aper-
tura en Miami”.
El Gobierno de Ruiz-
Gallardón promovió
la construcción de
Xanadú en terrenos
de la familia Franco.
Izquierda Unida
denuncia que fue una
operación “a dedo y
para beneficiar a una
familia”.
34
interviu.es 16/11/2015
Blesa empezó a trabajar con los Fran-
co a finales de los años ochenta, según
fuentes consultadas por interviú. En-
tonces el inspector de Hacienda en ex-
cedencia (compañero de promoción de
Aznar) formaba parte de un bufete de
asesores (Blesa, Colmenar & Guío) al que
recurrieron los Franco, que entonces in-
virtieron mucho dinero en comprar pisos
y garajes en Madrid.
En aquellos tiempos, Blesa llegó a for-
mar parte de dos sociedades de la fami-
lia: fue apoderado de Estacionamientos
Urme SA, en la que participaba Jaime
Martínez-Bordiú, y secretario del con-
sejo de administración de Alrevisa (Al-
quiler y Rehabilitación de Viviendas),
donde Francis Franco era apoderado. Esta empresa utilizó ingeniería fiscal
para gestionar el dinero de los Franco:
su mayor accionista, su dueña, era una
empresa de Miami (Mediterranean In-
vestment). Y la dueña de esta empresa
era otra, Solimar Continental Ltd., con
sede en el paraíso fiscal de las Islas Vír-
genes británicas, de forma que se eludía
pagar impuestos en España.
El último pelotazo de los Franco, la ven-
ta de la finca de Valdefuentes, en Arroyo-
molinos (Madrid), para construir el cen-
tro comercial y de ocio Xanadú (con pista
de nieve artificial incluida) tuvo lugar con
Blesa al frente de Caja Madrid y Ruiz-Ga-
llardón al frente de la comunidad. “La re-
calificación [para poder construir] se hizo
a dedo y a favor de una familia”, recuerda
Eduardo Gutiérrez, concejal de Izquierda
Unida en Móstoles. “Se hizo tan rápido y
tan mal que ni siquiera sacaron los ten-
didos de alta tensión del pueblo”, añade.
Un buen español le regaló a Franco un
rebaño de ovejas. La finca (casi diez mi-
llones de metros cuadrados) llegó des-
pués. Tras la muerte del generalísimo, la finca perdió valor. Su yerno, el marqués
de Villaverde, la alquilaba para rodajes de
películas de terror y eróticas a principios
de los años ochenta. Cobraba unas 30.000
pesetas al día y allí rodó en 1982 Paul
Naschy con Lola Gaos su cinta de miedo y destape Latidos de pánico.
La recalificación de los terrenos hizo
multiplicar su valor (pasó de seis a sesen-
ta millones de euros). Los Franco lo lleva-
ban intentando desde 1996 y lo lograron
en 2003. En aquella operación estuvie-
ron nombres como el abogado Esteban
Verdes, que compartía despacho con otro
nieto de Franco, Jaime. Verdes era amigo de Ricardo Romero de Tejada, entonces
secretario general del PP de Madrid, y
ambos aparecieron en lo que se llamó el
tamayazo. Pero esa es otra historia.

Cuando Blesa presidía Caja Madrid, Francis Franco vendió como
piso un local de oficinas. La operación irregular se hizo “como
excepción” y contra las normas internas
3
PEPA DÍAZ
BALLESTEROS
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A bOrdo del ‘Azor’
Franco recibe a un visitante en el Azor, el yate que simbolizó algunos rasgos de su régimen. Las capturas de peces de considerables
dimensiones, que después se detallaban en los noticiarios de televisión y en el No-Do calificándolas de proezas, y el descanso del caudillo
con su familia en esta embarcación de recreo eran parte del paisaje vacacional de aquella época. El Azor apenas se utilizó tras la muerte de
Franco y fue dado de baja en 1992. Varado tierra adentro –en Cogollos (Burgos)–, acabó convertido en una obra de arte en 2011.
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36 interviu.es 16/11/2015
A Franco se le sigue teniendo miedo.
Todavía hoy, una insulsa Franco,
Franco, que tiene el culo blanco…
parece una cancioncilla liberadora.
Los artistas contemporáneos sí se han
atrevido a denunciar con sus obras
la desmemoria a pesar de demandas
y censura. Hace 32 años, Interviú
descubrió que al dictador le gustaba
pintar bodegones y cacerías. Menos
mal que lo hizo en la intimidad.
E
l escritor italiano Errico Buonanno
sostiene en La sindrome di Nerone
(Editorial Rizzoli, 2013) que todos
los tiranos son artistas frustrados,
que en la intimidad o al calor de las masas
les va el rollito artista. Kim Jong-il (padre
de Kim Jong-un, actual mandatario de Co-
rea del Norte) era un loco de las películas
de acción. Llegó a secuestrar a un director
coreano del Sur y a su pareja, famosa ac-
triz, para que filmaran documentales pro-
pagandísticos que él mismo supervisaba.
Kim puso su nombre hasta en los créditos.
Sadam Husein escribió la novela Zabi-
bah y el Rey; Muamar el Gadafi tituló Hui-
da del infierno y otras historias su libro de
relatos breves; a Stalin le dio en su juven-
tud por versos empalagosos; Mussolini
cogió el violín como ansiolítico aunque
lo hiciese mal; y Adolf Hitler pintaba. El
Führer intentó entrar dos veces en la Aca-
demia de Bellas Artes de Viena, pero no
pasó la prueba. Todos ellos fueron ar-
tistas fracasados, aunque victoriosos
y persistentes en su tiranía.
El general Francisco Franco tam-
n
i olvido
ni censura
arte y franco
• Alberto Gayo
En esta página, la obra
Punching Franco, de Eugenio
Merino. En la otra, dos retratos
del dictador (de militar y
muerto) realizados por el pintor
estadounidense Leon Golub en
1976. En blanco y negro, obra de
Pablo González Trejo de 2009.
3
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bién fue de dar pinceladas sobre un lien-
zo. Cuenta su nieto Francis Franco que
“era un gran dibujante. Cada tarde, después
del café, se encerraba un ratito a pintar”. En
diciembre de 1983, interviú publicó un
extenso reportaje con los cuadros secretos
de Franco. Si Hitler pintó sobre todo pai-
sajes, el caudillo desplegó su maestría en
escenas de caza: un águila atrapando una
perdiz o una jauría de perros intentando
despellejar un oso pardo (ver página 40).
Franco era “la encarnación de todas las
virtudes de la raza”, decían los falangistas,
y de mayor se lo creyó.
“No era mal pintor el caudillo. Tenía eso
que se llama sentido del color aplicado a
cuadros para comedores de presidente de
la Telefónica del antiguo régimen […], cua-
dros de un señor burgués apacible con los
pinceles en la mano, tan apacible como te-
rrible y desalmado era cuando los pin-
celes se trocaban en espadas”.
Nadie como el escritor Ma-
nuel Vázquez Montal-
bán, colaborador por
entonces de inter-
viú, para describir
la actitud pictórica
del dictador.
Ahora que se cum-
plen 40 años de la
muerte del generalísi-
mo, son precisamente los
artistas contemporáneos
quienes utilizan la figura
de Franco como herra-
mienta contra el olvido.
“Sí, Franco también pin-
taba, pero mal, como
follar. Ironizar sobre
estos personajes
es una manera
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“Ironizar sobre
estos personajes
es una manera de
juzgarlos, porque
Franco sigue muy
presente”, dice
el artista Eugenio
Merino
En la otra página, Eugenio Merino
posa junto a su Always Franco, en
el que el general aparece dentro
de una máquina de refrescos. A su
lado, la obra de Xoan Torres Rana,
un perro con la cabeza del dictador.
En esta página, arriba, Rómulo
Bañares, disfrazado de Franco
delante del barco Azor desguazado;
retrato punk del militar realizado
por Roberta Marrero; y Franco
legionario atravesado por las flechas
del escudo tradicional y falangista,
que fue el cartel de la muestra de
Artistas Antifascistas en 2013. A la
izquierda, detalle de Raza, del pintor
Juan Pérez Agirregoikoa; y a la
derecha, cuadro de Jorge Galindo.
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“Cada tarde, tras
el café, se encerraba
a pintar un ratito”
Varios lebreles se abalanzan con sus dientes afilados sobre un oso pardo,
una liebre cuelga de un clavo en una ventana de una casa de pueblo,
un águila atrapa una perdiz, un bodegón de flores… Son algunos de los
lienzos que pintó el dictador en sus ratos libres. Su vocación pictórica fue
tardía y llegó a realizar retratos de familiares. Comparado con los cuadros
de Hitler, el dictador español era un buen pintor. Francis explicó que su
abuelo “cada tarde, después del café, se encerraba un ratito a pintar”.
Interviú publicó los cuadros secretos del caudillo en diciembre de 1983.
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de caricaturizarlos y juzgarlos. En el caso
de la obra ‘Always Franco’, el dictador den-
tro de la nevera plantea la presencia del
franquismo en nuestra sociedad, nuestra
política e instituciones. Y como se pudo ver
por todo lo ocurrido, la pieza demuestra lo
que propone. Franco está presente todavía”,
explica Eugenio Merino, autor también
del punching ball con la cabeza del mi-
litar golpista. Por el Franco metido en la
máquina de refrescos, Eugenio ha tenido
que pelearse en los tribunales desde 2012.
La Fundación Nacional Francisco Franco,
presidida por la hija del general, Carmen
Franco Polo, le denunció por daños contra
el honor. El pasado mes de octubre, y tras
un largo litigio, la Audiencia Provincial de
Madrid estableció que la fundación carece
de legitimidad para defender el honor del
dictador. Cuando un artista se mofe, criti-
que de forma satírica o se cachondee de
Franco para hacer reflexionar, no podrá
interpretarse como un daño al honor de
la fundación.
“La sentencia es vital –explica Merino–.
Yo tenía derecho a representar a Franco
como hice. Deja vía libre para ironizar y
criticar su figura y esto es importante en
un país permisivo con la dictadura y que
ha estado subvencionando a esa fundación
y al Valle de los Caídos, símbolo fascista
español por excelencia”.
A los pocos días de la polémica, un co-
lectivo autodenominado Artistas Anti-
fascistas organizó una exposición en el
barrio madrileño de Vallecas con obras
relativas a la dictadura, en solidaridad con
Merino. Participaron nombres importan-
tes del arte moderno español, como Nuria
Güell, Fernando Sánchez Castillo, San-
tiago Sierra, el dúo PSJM, Xoan Torres o
Carlos Garaicoa. Allí se acusó “a las élites
“Franco no era
mal pintor, tenía
el sentido del
color aplicado
a cuadros para
comedores
del antiguo
régimen”,
dijo
Vázquez
Montalbán
Noaz hizo este fotomontaje para
la muestra en solidaridad con
Eugenio Merino, demandado por
la Fundación Franco. El artista no
entendía por qué se habla de las
víctimas del nazismo, pero no de los
muertos de la Guerra Civil. “Como si
fuera una enfermedad mal curada,
un cáncer que lo traga todo”.
3
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42 interviu.es 16/11/2015
económicas de la Transición de imponer
una desmemoria para salvaguardar la fi-
gura de Franco”, y apostaron por la crea-
ción artística como vanguardia contra ese
olvido en un país con decenas de miles de
cadáveres en cunetas y fosas comunes.
Es verdad que los artistas se han mos-
trado cada vez más activos frente a la
desmemoria o ante aquellos políticos de
derechas –diputados o alcaldes– que si-
guen exaltando su figura o insultando a
los familiares de los represaliados por los
vencedores de la Guerra Civil.
Las redes sociales son otro campo de ba-
talla. Hay más de una veintena de perfiles
en Twitter que se llaman Francisco Fran-
co, unos dirigidos por nostálgicos y otros
que parodian “a uno de los mejores ami-
gos de Hitler” o al gobernante “con buen
rollito o cordialidad que se dedicó desde
1939 a 1975 a construir embalses, puentes
y universidades a granel”. Y luego está Se-
ñora Franquista, un usuario con más de
cuarenta mil seguidores en Twitter que
utilizando la coletilla “Esto con Franco no
pasaba” se ha hecho un hueco en la crítica
sesuda –y con arte– a los valores clásicos
del Movimiento.

3
Retratado como

encarnación de todas
las virtudes”
A Franco lo retrataron como caudillo militar, estadista, marino avezado, incluso como un
Ivanhoe (bajo estas líneas) que guía los designios de España. Arriba, el pintor Enrique
Segura, en 1957, lo retrata con unos planos en un lienzo destinado a decorar el Ministerio de
Agricultura. Ya lo dijeron los falangistas, “encarnaba todas las virtudes de la raza”.
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leyendo el ‘Life’
Hay treinta y tres segundos en Youtube que demuestran que Franco no hablaba muy bien la lengua de Shakespeare. Pero sí parece
contrastado que siempre estuvo muy interesado en leer en inglés. Según el historiador Ricardo de la Cierva, el generalísimo empezó a
estudiar inglés ante la posibilidad de que la sublevación fracasara y tuviera que exiliarse en Inglaterra. En la imagen podemos verle en el
Azor leyendo la revista estadounidense Life.
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Intimo
inEdito
Interviú publicó
en 2012 el álbum
oculto y más
sorprendente
de francisco
Franco
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Cuando el matrimonio salía unos días de descanso, iba acompañado de
edecanes, ayudas de cámara y secretarios. En la imagen, Francisco Franco
y su esposa, Carmen Polo, que nunca se separaba de su collar de perlas. En
sus manos, la mujer del general lleva las agujas y la lana para hacer punto.
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En la otra página, abajo, Carmen Polo hace punto
mientras su ayudante (probablemente la marquesa de
Huétor) sujeta un salmón. Arriba, Franco en una postura
acrobática mientras pesca. En esta página, un sacerdote
ofrece una misa solo para Franco en la montaña; y
posando con dos salmones en un río gallego.
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48 interviu.es 16/11/2015
A la izquierda, el caudillo
saluda al pueblo de
Caión (A Coruña) en
los años cuarenta. Un
ayudante se encargaba
de enfervorizar a las
masas. A la derecha,
banquete en la misma
localidad ante la mirada
de los vecinos. Abajo,
una espontánea trata
de hablar con el jefe
del Estado; y Franco,
vestido de almirante,
durante una parada
militar en una tribuna de
inspiración fascista.
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50 interviu.es 16/11/2015
Arriba, parafernalia militar y falangista durante la visita
de Franco –tocado con la boina carlista– a una fábrica.
En esta foto, saluda vestido de almirante. En la otra
página, el dictador saluda brazo en alto a un grupo de
seguidores; y acto de bienvenida al generalísimo. La
mayoría de los presentes hace el saludo fascista.
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PAZO DE MEIRÁS
BIEN PÚBLICO,
COTO PRIVADO
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Los descendientes de Franco cierran el pazo
de Meirás a las visitas cuando descansan
allí, pese a que su declaración como Bien de
Interés Cultural les obliga a permitirlas. En
Sada (A Coruña) la tensión rodea a la que fue
casa de Emilia Pardo Bazán, pero el gobierno
municipal de izquierdas aún no se ha planteado
pleitear con los Franco. Tiene problemas más
acuciantes: la ruina del concello, por ejemplo.
Una de las primeras
fotos de Franco en el
pazo de Meirás. En
primer plano, con su
hija Carmen, que tiene
una raqueta de tenis en
las manos. Al fondo de
la mesa, el cuñado de
Carmen Polo y entonces
ministro de Exteriores,
Ramón Serrano Suñer.
Abajo, el aspecto actual
del pazo.
E
ste pasado mes de agosto, los tu-
ristas que se asomaron a la ría de
Betanzos por las playas de Sada
no pudieron incluir entre sus ex-
cursiones una visita del pazo de Mei-
rás. “Lo impidieron los descendientes de
Franco”, dicen en el ayuntamiento de la
localidad coruñesa. En el concello resu-
men así de lacónicamente un episodio
más de la ya larga trayectoria de tensión
en torno al histórico palacio.
Está negro sobre blanco en los bole-
tines oficiales que el pazo de Meirás es
un Bien de Interés Cultural. Un convenio
establece además que ha de ser abierto
al público al menos cuatro días al mes. Y
apenas duda nadie ya de que la que fue
residencia de doña Emilia Pardo Bazán
no fue regalada al dictador, como soste-
nían las hagiografías franquistas, sino
expoliada tras la guerra civil. Pero ahí
sigue, bien público y, de facto, coto pri-
vado de los herederos de Franco, que
son los que tienen la llave.
•Juan José Fernández
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54 interviu.es 16/11/2015
En invierno, el pazo se puede visitar en
cuatro turnos cada viernes; en julio, las vi-
sitas también pueden hacerse los sábados.
Pero agosto es sagrado para la familia
Franco, que viene de vacaciones y echa
el cierre a la cancela.
La visita a la villa apenas ocupa dos
horas. Poco recorrido para el protocolo
previo que exige: hay que reservar pre-
viamente por escrito, con nombre, ape-
llidos, domicilio, teléfono y DNI. Una vez
que franquean el portón de madera, los
turistas pueden recorrer un camino por
un mullido jardín. La vereda bordea la
casa de los guardeses, que dio techo a
Pardo Bazán, hasta llegar al palacio. Allí
pueden ver la capilla, algunas salas de la
planta baja y la biblioteca y el despacho
del caudillo. Al volver al jardín, el visi-
tante puede observar un crucero, algunas
fuentes y esculturas y, claro, la fachada,
reconstruida al gusto de doña Emilia en
1893, ochenta y dos años después de que
la derribaran los invasores franceses.
el pulso
Ya han pasado 77 años desde que pre-
bostes franquistas coruñeses pusieron en
manos de Francisco Franco la propiedad.
En Sada gobierna ahora Benito Portela,
cabeza de una coalición de izquierdas,
pero Daniel Calvete, portavoz de la al-
caldía, no cree que en esta legislatura el
les, ya sea un pleito pequeño o la madre
de todos los pleitos, por la propiedad del
pazo. Y eso que eran casi una tradición
para los izquierdistas coruñeses las ma-
nifestaciones antes su portalón, con las
dos torres neomedievales a la vista.
La realidad se impone. Ni siquiera hay
un acuerdo entre fuerzas políticas sobre
el destino que podría darse a aquel predio
extraordinario si alguna vez es municipal.
En el concello culpan a la Xunta de Gali-
cia, en manos del PP, de que los Franco
–este verano, concretamente, la ancia-
na Carmen Franco Polo y su hijo Jaime
Martínez-Bordiú– impongan sus condi-
ciones. “Es la Xunta la que encargó a una
empresa la gestión de las visitas”, dicen.
El ayuntamiento está aún por fijar una
estrategia con la que conseguir algún día
el pazo de Meirás. No hay previsión de
acciones legales, ni tampoco de contac-
tos entre el concello y los Franco, alguna
conversación, aunque solo sea para ne-
gociar el fin de los cierres de agosto y la
ampliación del régimen de visitas. “El des-
pacho de la alcaldía de Sada está abierto a
todos sus vecinos”, dice el alcalde Portela.
Pero entre las 20 visitas diarias que recibe
ese despacho aún no se ha inscrito ni una
cita pedida por un Franco o un Martínez-
Bordiú. Sentencia Calvete: “Bueno, lo que
tengamos que hablar con esas personas
será en presencia de un abogado”.

Agosto es sagrado
para la familia Franco.
Vienen de vacaciones,
y echan el cierre a la
cancela
pazo pueda ser recuperado por manos
públicas. “Este es un ‘concello’ endeudado,
y con una situación delicada”, cuenta para
explicar que, solo unos meses después
de la formación de gobierno, hay prio-
ridades más urgentes. Aunque la estric-
ta vigilancia sobre el cumplimiento del
convenio para visitas de Meirás ha sido
uno de los temas de conversación entre
el BNG y la formación SadaMaioría para
fomar gobierno municipal.
El concello descarta de momento, por
ejemplo, la iniciación de acciones lega-
Un verano de los cincuenta. Franco hace
fotos a unas lugareñas en el jardín del pazo
de Meirás. Al fondo, un miembro de la
guardia mora. La foto es parte del material
inédito que publicó Interviú en 2014. A la
derecha, el alcalde de Sada, Benito Portela.
3
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¡venga, dispara ya!
Con su típico sombrero y botas de pescar y con la caña en ristre. Así posaba Franco para el fotógrafo oficial un día de pesca. En esta ocasión,
al caudillo se le nota impaciente, parece querer decir: “¡Venga, dispara ya!”. Todas sus jornadas en el río o de caza fueron inmortalizadas en
fotografías. La de arriba forma parte del amplio material gráfico de la década de los cuarenta que permanecía oculto y condenado a la basura
y que interviú recuperó para sus lectores. Cuenta la leyenda que los buzos le colocaban los salmones en el anzuelo.
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56 interviu.es 16/10/2015
A finales de los cincuenta
(como recoge la imagen
en blanco y negro) se
arrumbaron los cuerpos
en cajas sin nombre,
solo con un número de
registro y, como mucho,
el lugar del que se habían
extraído los cuerpos que se
depositaban en las criptas
del Valle de los Caídos.
Fueron llevados allí tras la
solicitud del Régimen, en
1958, que ofrecía espacio
a ayuntamientos y familias
que quisieran depositar allí
víctimas de la Guerra Civil.
La cripta en la que fueron
almacenados los restos
tuvo que ser desalojada
años más tarde debido a los
estragos de la humedad. Los
muertos fueron repartidos
por otros puntos del
mausoleo.
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2010
1959
Criptas
inundadas y
traslado de
cadáveres
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E
l megalómano monumento que
Franco se hizo construir al finali-
zar la Guerra Civil, como recorda-
torio del triunfo de la Cruzada, fue
el lugar designado para albergar su tum-
ba. Junto a él, otros 40.000 cuerpos, per-
tenecientes a simpatizantes del régimen
y opositores republicanos, yacen entre-
mezclados. Es la mayor cripta de España.
Se financió mediante donativos particu-
lares y sorteos extraordinarios de Lote-
ría Nacional. Algunos de los sepultados
allí fueron presos condenados a trabajos
forzados que contribuyeron a levantar el
mausoleo. Otros, ajusticiados durante la
contienda o la posguerra que reposaban
en fosas comunes, fueron llevados antes
de la inauguración para rellenar el mo-
numento. Se trasladaron sin permiso ni
conocimiento de sus familias.
La reforma de Ley de la Memoria Histó-
rica, que se promulgó en 2007 bajo la pre-
sidencia de José Luis Rodríguez Zapatero,
permitió que familiares de nueve militan-
tes libertarios reclamasen la recuperación
de sus parientes. Los indagación sobre el
paradero de los cuerpos agotaba el rastro
en varias criptas del Valle de los Caídos.
El 11 de octubre de 2010, interviú pu-
blicó en exclusiva, en su número 1.798,
que el Ministerio de Presidencia, enton-
ces dirigido por María Teresa Fernández
de la Vega, había ordenado su búsqueda,
con total secretismo, en el conjunto mo-
numental de El Escorial. A la comitiva que
emprendió las labores de exhumación,
• Inma Muro
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valle de los caídos
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Los restos de 40.000 cuerpos están enterrados junto a Franco. La mayoría
corresponden a opositores al Régimen. Interviú destapó en exclusiva que en 2010 el
Gobierno ordenó la búsqueda, en secreto, de nueve de ellos. No pudieron localizarlos.
la
cripta de los
h
u
esos mezclados
El mal estado
de los restos
hizo imposible
su separación e
identificación
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encabezada por forenses y con presencia
de familiares de los represaliados, se les
prohibió hablar con los medios. El Ejecu-
tivo, que había rechazado en público su
disposición a remover las tumbas del Va-
lle de los Caídos, temía que de filtrarse la
noticia se desencadenase una cascada de
nuevas peticiones para recuperar restos.
sin descanso eterno
Las labores de rescate se llevaron a cabo
sin fotos delatoras y sin testigos ajenos al
cometido. Sin embargo, interviú publicó
en su número 1.799, del 18 de octubre
de 2010, imágenes que probaban que los
sellos que custodiaban los
osarios habían sido mani-
pulados. En uno de ellos,
el situado en la cripta de
la capilla de la Virgen In-
maculada, aparecía una
inscripción que databa su
cierre el 28 de diciembre
de 1968. La foto, tomada el
7 de septiembre de 2010,
atestiguaba, escrito so-
bre el cemento con trazos
irregulares, que no había
habido acceso alguno a la
cripta desde entonces. En foto fechada
dos días más tarde, se constataba que el
muro había sido tirado abajo y vuelto a
levantar. La nueva inscripción, vuelta a
realizar sobre cemento fresco, dató el
nuevo acceso a los restos.
Después de tres días de trabajo en los
osarios se abandonó el empeño. Los fo-
renses se dieron de bruces con cajas de
madera corrompidas por la humedad, en
las que se acumulaban sin orden más de
siete cuerpos identificados únicamente
por su lugar de procedencia. Los expertos
determinaron que resultaba imposible,
dado el mal estado en que se encontraban,
separar unos cuerpos de otros.
Se dio carpetazo a la petición de las fa-
milias con un rotundo “inviable”. Algunos
de ellos pudieron constatar en directo que
el penoso estado de las criptas no hacía
posible, como ellos querían, trasladar los
restos de sus parientes a sus lugares de
origen.
Sin embargo, los intentos por recuperar
represaliados del franquismo sepultados
en el Valle de los Caídos no cesaron con el
que se vio frustrado. En ju-
lio de este año, el Juzgado
de Instrucción de Prime-
ra Instancia de El Escorial
admitió a trámite una pe-
tición para la exhumación
de otro opositor al fran-
quismo. Era la primera
vez que una reclamación
de este tipo llegaba a los
tribunales.
La cuestión también ha
llamado a las puertas de
la ONU. Dos peticiones de
distinto sesgo han sido presentadas este
mismo año. La primera, remitida al Co-
mité contra las Desapariciones, solicitaba
al organismo internacional que interme-
diara para la exhumación de los restos de
cuatro opositores al régimen .
La segunda, llevada hasta Ginebra en
julio por la Asociación para la Defensa
del Valle de los Caídos, pretendía impedir
exhumaciones. El dosier que acompañó
la solicitud “demuestra categóricamente”
La primera
p
etición de
exhumación
llegó a los
tribunales
en julio de
2015
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La pared de cemento que sellaba el acceso a la cripta de la capilla de
Nuestra Señora de África, donde yacían centenares de restos humanos,
fue echada abajo en 2010 en la búsqueda de nueve represaliados por
el franquismo. Interviú publicó en exclusiva, en su número 1.799, las
fotos de la inscripción antigua y la nueva, en la que se dejaba huella por
escrito de la fecha en la que se había accedido a la tumba.
El muro tirado
y reconstruido
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la imposibilidad, por razones “técnicas y
jurídicas”, de iniciar procesos de recupe-
ración de cuerpos.
simbología prohibida
El conjunto monumental se aborda en
agendas electorales. El PSOE ha prome-
tido que, de ganar las elecciones, cambia-
rá su naturaleza, a la par que dará nuevo
impulso a la Ley de Memoria Histórica.
El intento de despojar al Valle de los Caí-
dos de connotaciones triunfalistas de la
dictadura no es nuevo. Una antigua rei-
vindicación aboga por convertirlo en ho-
menaje a todas las víctimas de la Guerra
Civil y dotarlo de espíritu reconciliador.
La ley socialista de la Memoria Histórica
prohibió la exhibición de símbolos prede-
mocráticos en espacios públicos.
En el Valle de los Caídos, de hecho, son
censurados todo tipo de emblemas, ban-
deras o símbolos con carácter político.
Empleados de seguridad solicitan a los
visitantes que oculten colores rojigualdos
hasta en etiquetas de ropa. En un fresco
se ha colocado una tabla para tapar una
bandera.

Miles de españoles
que yacían en fosas
comunes fueron
trasladados en
sencillas cajas de
madera que contenían
numerosos cuerpos,
identificadas solo
con números, en
1959. Entre esos
restos se buscó a
nueve represaliados
que solicitaban sus
familias en 2010. Las
operaciones, que el
Gobierno trató de
camuflar como catas,
llevaron a la apertura
de osarios (fotos de
arriba). Las labores no
dieron fruto.
Cajas colectivas numeradas
En la
ONU tienen dos peticiones:
una para que se puedan
exhumar los restos y otra para
prohibir la excavaciones
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el gran dictador
A Francisco Franco también le gustaba jugar con el globo terráqueo, igual que hacía el intérprete de la película El gran dictador, Charles
Chaplin, en una de sus más famosas escenas. En la imagen vemos al caudillo vestido de militar, haciendo mediciones sobre el mapa.
La fotografía fue tomada por José Demaría, conocido como Campúa, fotógrafo habitual de Franco. Por su estudio madrileño pasaron
multitud de personajes de la sociedad, las artes y la política.
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En el día de hoy…
s
igu
en como ayer
Casa Pepe, santuario de los franquistas
Franco lo visitó a finales de los años cuarenta del siglo pasado, cuando aún vivía José
Navarro, el abuelo que fundó Casa Pepe, en Despeñaperros. Su hijo, Juan, devoto del dictador,
fue juntando recuerdos nacionales hasta convertir el local, ya en la Transición, en un
santuario del franquismo. Hoy los nietos, Juanjo y Manuel, siguen sirviendo a su fiel clientela.
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A
quí no existe la palabra crisis. Hasta
en eso somos fieles a Franco y a su
obra”, dice Juanjo Navarro, hijo de
Juan, nieto de Pepe, y actual garan-
te, junto a su hermano Manuel, del legado
dejado por su familia: un bar-restaurante
repleto de fotos y recuerdos franquistas,
con una tienda en la que se puede com-
prar un vino manchego con la efigie del
Caudillo, unos tirantes estilo Fraga, una
lata rojigualda de aceite de oliva virgen
y un tanga impensable en la Sección Fe-
menina de Falange.
Los 20 empleados de la plantilla –“con
un encargado rojo, que ahora está de baja”,
dice Juanjo sonriendo–
y el trasiego de dece-
nas de comerciales,
viajantes y militares
que acuden a diario a
comer dan cuenta de
que, en efecto, aquí
no ha habido crisis.
Ni siquiera el nuevo
trazado de la autovía
que pasa por Despe-
ñaperros ha consegui-
do restarle clientela a
Casa Pepe, sita en la
antigua carretera que atravesaba Venta
de Cárdenas (Ciudad Real). “Viene gente
de todo tipo, y muchos franquistas, claro,
pero si no diéramos bien de comer, se iban
seguro”, presume el dueño con un plato
de choto frito con ajos en la mano.
El número de octubre de la revista Fuer-
za Nueva –sí, aún se edita– compite en
actualidad con un cartel referido a “Willy
To…lerdo”, y con una foto de Zapatero
–con pose de mister Bean– amarillean-
do al calor de las humeantes cazuelas
que sirven en la barra. Enemigos previ-
sibles para quienes se sienten como en
casa ante el escudo en azulejos del águila
preconstitucional, el uniforme de un gris
con la porra de rigor, enseñas militares
y retratos de Franco y José Antonio, tan
presentes como las cornamentas de los
venados que cazaba Juan Navarro, muer-
to hace ahora dos años e impulsor de este
museo de los nacionales.
A Juanjo, votante del PP, también le gus-
ta Ciudadanos, “con su discurso por la uni-
dad de España. Lo que sea, con tal de pa-
rar la ola comunista-trotskista y proetarra
de los de Podemos y a
los separatistas de Ca-
taluña”. Pero siempre
“desde el respeto”, ase-
gura. Su abuelo, Pepe,
fundó el bar en 1923,
tras hacer las Améri-
cas, y llegó a servir-
le un vino a Franco.
“Fue en la posguerra,
de vuelta de una de sus
cacerías”, recuerda.
Francisco Javier, un
joven comercial asi-
duo de Casa Pepe, asegura que “más allá
del asunto franquista, aquí se come de ma-
ravilla”. Damos fe de ello. E incluso, im-
buidos por el ambiente que se respira en
el local, podemos asegurar que “en el día
de hoy, cautiva y escabechada una perdiz
roja, las tropas de interviú han alcanza-
do sus últimos objetivos gastronómicos y
profesionales. El reportaje ha terminado”.

Los hermanos Navarro, Manuel
y Juanjo (derecha), son la
tercera generación dueña de
Casa Pepe. Arriba, un tanga
con alitas. Abajo, a la derecha,
algunos de los productos que
tienen en venta.
•Carlos Barrio • Fotos: Pablo Vázquez

Hay que parar la
o
la comunista y
proetarra de los
de Podemos y a
los separatistas”,
clama el dueño
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Los últimos del caudillo
El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Francisco Franco, Jaime Alonso García, en su despacho. Un busto de Franco acompaña su mesa de trabajo. Dice que las puertas de la fundación están abiertas para cualquier investigador.
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S
uena el Cara al sol. Ni la televisión
está puesta ni emiten el No-Do. Es
el móvil de Jaime Alonso García,
uno de los vicepresidentes de la
Fundación Nacional Francisco Franco
(creada en 1976) junto a Francisco Fran-
co Suelves (bisnieto del caudillo) y Blas
Piñar Gutiérrez, hijo del que fue líder de
la ultraderechista Fuerza Nueva. “Es un
himno glorioso”, dice Alonso señalando el
aparato antes de contestar la llamada. En
lo más alto de su organigrama, Carmen,
la hija del generalísimo.
En la sede, un piso en el distrito ma-
drileño de Chamartín, todo huele a fran-
quismo. Se llega por una escalera de ca-
racol y, al cruzar la puerta, apenas se
escucha el tecleo del ordenador de Pi-
tuca, una de los tres trabajadores de la
FNFF, una becaria de 26 años que quiere
• Reyes Tatay / Alba Guerrero
• Fotos: Alberto Paredes
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fundaciÓn francisco franco
Los últimos del caudillo
La sede está en un viejo edificio de una buena zona de Madrid. Presidida
por la hija del dictador, su bisnieto Francis y el hijo de Blas Piñar, la
Fundación Francisco Franco guarda las esencias del franquismo e intenta
resistir gracias a donaciones. El Cara al sol suena de melodía en un móvil.
Una becaria veinteañera llamada Pituca atiende a las visitas.
El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Francisco Franco, Jaime Alonso García, en su despacho. Un busto de Franco acompaña su mesa de trabajo. Dice que las puertas de la fundación están abiertas para cualquier investigador.
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ser historiadora. “Me encargo de organi-
zar la documentación –dice– y de la redac-
ción para la web, estoy muy contenta aquí”.
Emilio de Miguel, el guardián del lega-
do –más de 25.000 documentos digitaliza-
dos–, se lamenta: “Dicen que tenemos mu-
cho dinero, que tenemos muchos medios,
pero no es así –aclara–. No preguntamos
a nadie su ideología política antes de en-
trar a consultar nuestros documentos. Al
historiador Paul Preston le invitamos para
que viniera, pero no lo hizo”.
En cada esquina el visitante se tropie-
za con un busto de Franco. El suelo está
desgastado, hay baldosas partidas y una
persiana está rota. Eso sí, no escatiman
en banderas con el aguilucho: “Qué es eso
de llamarlo «pollo», es el águila de San
Juan”, se queja De Miguel.
La estancia principal, utilizada como
sala de reuniones, está repleta de libros
de historia, biografías y álbumes foto-
gráficos. En una de las estanterías llama
la atención un retrato a color de Franco
con su mujer y su hija. Las demás fotos
son en blanco y negro y repasan la vida
del dictador. Sobre la mesa también hay
papeletas de dos polémicos números de
la lotería que acaban en el año de inicio
(36) y final (39) de la Guerra Civil.
Las subvenciones siempre levantaron
ampollas. “Lo único que recibimos fue
para digitalizar los 30.000 documentos
la posibilidad de celebrar una misa en
memoria de Franco para evitar polémi-
cas: “Ellos tienen la obligación de pedir por
el alma de cualquiera, sea Lenin, Hitler o
Stalin. Los únicos que nos dejan hacer una
misa para pedir por Franco es la iglesia
de los Jerónimos (Madrid). Todas las de-
más nos rechazan”, lamenta De Miguel.
Respecto a la situación actual lo tienen
muy claro: “En esa época se vivía peor,
pero de opresión nada. El pueblo espa-
ñol debería estar agradecido a Franco. A
los de Podemos les han inculcado el odio.
A Ciudadanos les falta la parte histórica,
no sé si Albert Rivera puede ser el líder
que necesita España”, comenta Alonso. ■
“Dicen que
t
enemos mucho
dinero y muchos
medios, pero no es
así”, aseguran en
la fundación
del despacho privado
del caudillo: 150.845
euros entre 2000 y
2003”, admite Alonso,
quien sostiene que la
Fundación se finan-
cia “gracias a la apor-
tación de 150 euros
mensuales de cada
uno de los 30.000 so-
cios”. En 2007, Rodrí-
guez Zapatero les retiró las ayudas.
A pesar de la antipatía que despiertan,
no han tenido que enfrentarse a ningún
incidente, aunque se sienten juzgados
hasta por la Iglesia. Algunas les niegan
El secretario
general de la
FNFF, Ricardo
Alba, muestra
una bandera
con el emblema
franquista junto
a otro busto del
militar. Arriba, uno
de los cuadros de
Franco que tienen
en la fundación.
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Junto a un animal… vivo
El caudillo se acerca a ver un cachorro de león que está tumbado plácidamente junto a un árbol en la denominada Casa de Fieras del Parque
del Retiro. Es de las pocas imágenes amables del dictador con animales. Casi siempre posa con las capturas de un día de pesca, junto a piezas
de caza mayor (cabras hispánicas, venados, jabalíes, perdices, patos…). La caza era su pasión. Mientras él practicaba la cinegética, en España
la carne era un bien escaso y la población utilizaba cartillas de racionamiento. Franco dedicaba varios días a la semana a las cacerías.
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