Texto 3 Tenga V.M. por el negocio más importante de su Monarquía el hacerse rey de España; quiero decir, Señor, que no se contente V.M. con ser rey de Portugal, de Aragón, de Valencia, conde de Barcelona, sino que trabaje y piense con consejo mudado y secreto, por reducir estos Reinos de que se compone España al estilo y leyes de Castilla, sin ninguna diferencia, que si V.M. lo alcanza será el Príncipe más poderoso de España (...). Presuponiendo la justificación, a que me someto en primer lugar, y no dudando de que la haya para que V.M. procure poner la mira en reducir sus Reinos al estado más seguro, deseando este Poder para el mayor bien y dilatación de la Religión Católica, conociendo que la división presente de fueros y leyes enflaquece su poder y le estorba conseguir fin tan justo y tan al servicio de Nuestro Señor...». Gaspar de Guzmán, Conde-duque de Olivares, Papeles dados a Su Majestad sobre materias del Gobierno de España y sus agregados , 1625. “El segundo dictamen político, de que es verosímil que haya adolecido este cuerpo, es intentar que estas Naciones, que entre sí son tan diversas se hiciesen unas en la forma de gobierno, leyes y obediencia, gobernándolas con una misma mano y manera; y que a este intento, resistido por las Naciones, se resistiese el Valido, que lo deseaba con muy buena intención, ofendiéndose de que ellas no se ajustasen a su modo, y sobre esto despertase diferencias. Porque, a la verdad, esta empresa, aunque nacida de bonísima raíz –que era hacer unidad en el gobierno y excluir la diversidad, que suele ser madre de discordias- pero así como era posible siendo creador, era imposible siendo gobernador el que lo intentaba; pues sólo Dios puede crear a los Reinos con unas inclinaciones, pero una vez creados son diversas, necesario es que sean diversas las leyes y formas de su gobierno. De donde resulta que, queriendo a Aragón gobernarlo con las leyes de Castilla, o a Castilla con las de Aragón, o a Cataluña con las de Valencia, o a Valencia con los Usajes y Constituciones de Cataluña, o a todos con unas, es lo mismo que trocar los bocados y los frenos a los caballos y reducirlos a uno solo, con que estos se empinan, aquellos corvean , los otros disparan y todo se aventura...”. Juan de Palafox y Mendoza, Juicio interior y secreto de la Monarquía para mí solo (1665).