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10. No poder tratar diariamente con personas que tengan sus mismos deseos
de superación escolar, profesional y social.
11. No poder vivir en comunidades más seguras y que tengan mejores
servicios públicos, como calles, alumbrado, parques públicos, escuelas,
bibliotecas, etc.
12. No poder vivir en una comunidad económicamente más desarrollada y
más segura físicamente, donde no exista el flagelo de las drogas, crímenes,
embarazos adolescentes, etc
9. REDUCCIÓN DE DESERCIÓN ESCOLAR
La tasa de deserción escolar en el nivel secundario en Bolivia redujo del 8,5 por
ciento a 4,4 por ciento, entre los períodos 2006 y 2016, según datos del Ministerio
de Educación y el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El informe señala que los departamentos donde más se redujo la deserción
escolar fueron en Oruro, Pando y Cochabamba, en especial en el área rural.
Asimismo muestra que en el nivel primario, el abandono disminuyó en cuatro
puntos porcentuales, de 5,7 por ciento en 2006 a 1,7 por ciento en 2016.
Donde más altos niveles de permanencia escolar se registró fue en los
departamentos de Chuquisaca, Santa Cruz y Beni.
De acuerdo al Ministerio de Educación, a partir de 2006 se mantiene un constante
crecimiento en el número de escolares que perciben el bono Juancito Pinto. En
2006 el beneficio llegó a 1.084.967 estudiantes, en 2016 favoreció a 2.139.374
alumnos de primaria y secundaria.
La deserción escolar es un fenómeno presente tanto en los sistemas educativos
de países poco industrializados, como en vías de desarrollo. En el caso de los
países industrializados, las estadísticas de abandono escolar se concentran en los
estudios terciarios, es decir post secundarios. En Latinoamérica las estadísticas
más alarmantes de deserción escolar se concentran en la educación media, tanto
en la secundaria básica, como en la secundaria superior o bachillerato.