Ximena Fuentes Vargas Matrona 2016 MITOS DE LA LACTANCIA MATERNA
La lactancia debe ser uno de los procesos más importantes para la unión entre una madre y un hijo. Es un acto donde no sólo influyen factores fisiológicos, sino que también la cercanía y la continuidad.
Cuando se da a luz, nacen una serie de dudas que resolver y mitos que derribar y son principalmente las madres, amigas, primas y tías que tienen hijos las que dan consejos a las madres acerca de la lactancia.
Mito Amamantar frecuentemente al niño reduce la producción de leche, un reflejo de eyección débil y el fracaso de la lactancia. Realidad La producción de leche está relacionada con la frecuencia de mamadas y la cantidad de veces que la glándula se vacía. La producción de leche funciona en relación a la demanda, es decir, entre más le pido producir, más leche me da.
Mito Una madre necesita amamantar únicamente de cuatro a seis veces cada 24 horas para mantener una buena cantidad de leche . Realidad Las investigaciones nos han mostrado que cuando la madre amamanta precozmente (dentro de la primera hora post parto) y frecuentemente (8 a 12 veces en las primeras semanas), la producción de leche se ve aumentada, su hijo incrementa mejor de peso y hay una mayor probabilidad de que su lactancia sea más prolongada.
Mito Los niños obtienen toda la leche que necesitan durante los primeros cinco a diez minutos de mamar. Realidad Mientras que muchos niños mayores pueden obtener la mayor parte de su leche en los primeros cinco a diez minutos, esto no se puede generalizar para todos. Los recién nacidos, que están aprendiendo a mamar y no siempre son eficientes en la succión, a menudo necesitan mucho más tiempo para alimentarse. Más que mirar el reloj, permite al Recién Nacido tomar todo lo que quiera hasta que muestre señales de saciedad, como el auto-desprendimiento, y sus manos y brazos relajados. Aprender a mirar cuando el bebe dice “ya no quiero más”.
Mito Es la cantidad de leche que el niño consume, no si es leche materna o de fórmula, lo que determina cuánto tiempo dura un niño entre dos tomas . Realidad Los niños amamantados tienen tiempos de vaciamiento gástrico más rápido que los alimentados con fórmula –aproximadamente 1,5 horas frente a un máximo de 4 horas debido al menor tamaño de las moléculas de proteína en la leche humana. Mientras que la cantidad es un factor en la determinación de la frecuencia de alimentación, el tipo de leche es igualmente importante. Los estudios antropológicos de la leche de los mamíferos confirman que los bebés humanos estaban destinados a ser alimentados con frecuencia y lo han hecho a lo largo de la mayor parte de la historia.
Mito Nunca despiertes al niño que duerme. Realidad Aunque la mayoría de los niños harán saber el momento que necesitan comer, en el período de recién nacidos algunos son más flojos y no pueden despertar suficientemente por sí solos. La mamada poco frecuente puede ser causada por falta de madurez del niño, ictericia, partos traumáticos, medicamentos maternos o sobre uso de chupete.
Mito El metabolismo del niño se encuentra desorganizado al nacer y requiere que se le imponga una rutina u horario para ayudar a resolver esta desorganización. Realidad Desde el nacimiento los niños tienen patrones de alimentación, sueño y vigilia. No es un comportamiento desorganizado, sino más bien refleja las necesidades específicas de esta etapa de la vida. Con el tiempo los niños van adaptando sus ritmos al ambiente que los rodea sin necesidad de entrenamiento.
Mito Las madres lactantes deben usar siempre ambos pechos en cada toma. Realidad Es más importante dar que el niño termine el primer pecho primero, incluso si eso significa que él no tome del segundo pecho durante esa mamada. La leche de una mamada no es igual todo el tiempo. Sabemos que la leche inicial es rica en agua y azúcares y al final es más rica en grasas. En la medida que la glándula es drenada se accede gradualmente a esta última leche. Si pasas a la segunda mama antes de terminar con la primera, el niño puede llenarse con la primera leche baja en calorías de los dos pechos en vez de obtener el equilibrio normal de inicio y final, con la consecuente insatisfacción infantil y poco aumento de peso.
Mito Si un niño no aumenta bien de peso, es posible que la leche de su madre sea de baja calidad. Realidad Las leches de baja calidad no existen. Las bajas de peso tienen mucha más relación con una menor producción de leche, por poco frecuencia de mamadas o con una mala técnica de acople del niño al pecho materno.
Mito Cuando una mujer tiene escasez de leche, generalmente se debe al estrés, la fatiga o el bajo consumo alimenticio y de líquidos. Realidad Las causas más comunes de problemas en la cantidad de leche son las tomas poco frecuentes y/o el mal acople del niño al pecho. El estrés, la fatiga o la desnutrición son raramente causa de la insuficiencia del suministro de leche, porque el cuerpo tiene muy desarrollados mecanismos de supervivencia para proteger al lactante en tiempos de escasez.
Mito Una madre debe tomar leche para producir leche. Realidad Una dieta saludable de verduras, frutas, granos y proteínas es todo lo que una mamá necesita para proporcionar los nutrientes adecuados para producir la leche. El calcio se puede obtener de una variedad de alimentos no lácteos, como las verduras de color verde oscuro, semillas, frutos secos y pescados. No hay ninguna relación en tomar leche de otros mamíferos para aumentar la propia. Se debe procurar tener una dieta balanceada y una adecuada hidratación.
Mito Las madres no deben prestarse a ser el “chupón” de su hijo. Realidad Los niños ocupan muchas veces el pecho como parte de un proceso natural de conocimiento y confort entre madre e hijo. Los chupetes son literalmente un sustituto para la succión cuando la madre no puede estar disponible. El uso del chupete en periodos tempranos de la lactancia está vinculado a menor duración del periodo de amamantamiento, ya que interfiere con la frecuencia de las mamadas y en la correcta técnica de agarre al pecho.
Mito La lactancia frecuente puede dar lugar a la depresión postparto. Realidad La depresión postparto es causada por múltiples factores. Puede tener sus orígenes en la fluctuación de las hormonas después del parto, desbalances químicos, predisposición genética, baja autoestima y otros. Puede verse agravada por la fatiga y la falta de apoyo social. Actualmente para algunos autores la lactancia es una práctica que puede disminuir el riesgo de depresión.
Mito Algunos niños son alérgicos a la leche materna o intolerantes a la lactosa. Realidad La leche humana es la sustancia más natural y fisiológica que el niño puede recibir. La mayor frecuencia de alergias a la leche –hoy por hoy una patología que está bastante sobre diagnosticada– está dada a la proteína de la leche de vaca (APVL) y no específicamente a la leche materna. Si el niño presenta signos de alergias o intolerancia, debe ser visto por su médico especialista, quien hará una evaluación y probablemente dará instrucciones para eliminar de la dieta materna aquella sustancia que pudiera estar provocando la alergia.
Mito La lactancia demasiado frecuente causa obesidad cuando el niño crece. Realidad Las últimas investigaciones nos muestran que la leche materna tiene un factor protector en la obesidad y por lo tanto disminuye el riesgo de ser obeso en el futuro. La promoción de la lactancia prolongada es una de las medidas que se aplica para impactar positivamente la salud de los niños en el ámbito de la nutrición.
Mito La lactancia prolongada más allá los 12 meses del niño carece de valor, ya que la calidad de la leche materna empieza a deteriorarse a partir de los seis meses de vida. Realidad La leche materna es un fluido cambiante y su composición varía de acuerdo a la edad del niño. Aunque el niño comience con la introducción de solidos a partir del 6° mes de vida, la leche materna sigue siendo el principal recurso de nutrición en el primer año de vida. Actualmente la recomendación de la OMS, del Ministerio de Salud de Chile y de la Comisión de Lactancia Materna es mantener la lactancia exclusiva por 6 meses sin adición de sólidos ni otros líquidos; luego, introducir paulatinamente los alimentos y continuar con lactancia mixta hasta los 2 años o el tiempo que madre e hijo así lo quieran.
Mito No se puede dar de mamar con pezones planos. Realidad Para mamar en una postura correcta, el niño no solo toma el pezón, sino también la areola (el tejido más oscuro que lo recubre), por lo que la forma del pezón no es determinante a la hora de tener éxito con la lactancia. Además, no es necesario que, durante la lactancia, utilicen aparatos para sacar el pezón. Cuando mama, el niño, por sí mismo, es capaz de hacerlo.
Mito Con la cesárea no se produce leche. Realidad En la producción de leche no influye el tipo de parto, aunque algunas de las rutinas que se suelen llevar a cabo con las mujeres a las que se ha practicado una cesárea pueden interferir en el buen establecimiento de la lactancia. Por ejemplo, separar a madre e hijo en las horas iniciales puede dificultar el inicio de la lactancia, pero no es por efecto de la cesárea sino a consecuencia de las prácticas hospitalarias.
Mito Cada mamada debe durar 10 minutos por pecho. Realidad La alimentación al pecho ha de ser siempre “a demanda”. Esto significa que es el bebe el que decide cuánto y cuándo quiere comer. Hay niños que son capaces de vaciar el pecho en cuatro minutos, otros en diez, otros tardan el doble. Si solo se les deja mamar diez minutos de cada pecho, se quedan únicamente con la leche del principio de la mamada, más acuosa y que les sirve para saciar la sed. La leche del final, sin embargo, es la que tiene mayor contenido graso y la que más le engorda, pero solo pueden acceder a ella si se les permite vaciar el pecho por completo.
Mito Cuando se da de mamar, el pecho se cae. Realidad Son los cambios hormonales y anatómicos del embarazo, y no la lactancia, los que provocan que las mamas muestren otro aspecto cuando la mujer esta dando de mamar. Así, los cambios en los pechos se producirán tras la gestación, independientemente de que la madre dé de mamar a su hijo o no.
Mito No se puede quedar embarazada durante la lactancia. Realidad La lactancia no es un método anticonceptivo . Durante la lactancia también hay posibilidad de embarazo. Se debe recurrir a otros métodos que no interfieran con el proceso de dar de mamar, como terapia hormonal de baja dosis.
Mito No se pueden tomar medicamentos durante la lactancia. Realidad La madre que esta dando de mamar puede tomar determinados medicamentos, ya que muchos de ellos que no pasan a la leche materna, o lo hacen en cantidades tan pequeñas que apenas tienen efecto sobre el recién nacido o producción de leche. Durante la lactancia, la mujer que da el pecho debe limitar al máximo el consumo de alcohol, tabaco y estimulantes como la cafeína.
Mito Las madres no pueden comer algunos alimentos durante la lactancia. Realidad En todo el periodo de gestación y durante la lactancia, la mujer necesita una dieta balanceada . No hay alimentos que aumentan o disminuyen la producción de leche. A mayor succión corresponde una mayor producción de leche.
Mito Si la madre está enferma, no debe dar de lactar y si sigue lactando no puede tomar medicamentos. Realidad Si la mujer está enferma (gripe, resfriado, tos, etc. ) puede amamantar. Si se trata de otra enfermedad más grave, antes de tomar cualquier medicación, deberá consultar a su médico.
Mito Una vez que se interrumpe la lactancia no se puede volver a amamantar. Realidad Con una técnica adecuada y apoyo, tanto las madres como los bebés pueden retomar la lactancia, luego de un cambio de leche materna a fórmula . Esta práctica es vital durante una emergencia.
Mito Si las madres están embarazadas de otro bebé deben dejar de amamantar. Realidad Aún estando embarazada de otro bebé la madre puede seguir amamantando. Algunas hormonas que el cuerpo produce en el período de gestación, pueden cambiar el sabor de la leche (¡pero no su calidad!) y por lo tanto el niño podrá progresivamente dejar de lactar.
Mito Los recién nacidos necesitan beber aguas aromáticas, como de menta y anís, para fortalecer el estomago, si están enfermos o tienen diarrea. Realidad La leche está compuesta en un 90% de agua, por lo tanto los bebés no necesitan líquidos adicionales. La mejor manera de fortalecer el bebé es dándole leche materna todas las veces que la pida.
Mito El calostro no alimenta. Realidad La presencia de IgA y otras Inmunoglobulinas en el calostro, la leche de transición y leche madura, protegen inmunológicamente al niño mientras va aumentando su capacidad de producir dichos nutrientes, por lo tanto el calostro, es de gran valor proteico, además ayuda a eliminar oportunamente el meconio y en consecuencia disminuye el riesgo de hiperbilirrubinemia neonatal.