1. DETERMINISMO El determinismo es la idea de que la vida y el
comportamiento de los personajes están
controlados por la herencia genética y el
entorno, dejando poco o ningún espacio para
el libre albedrío. Sus acciones y destino son el
resultado inevitable de fuerzas incontrolables.
Ejemplo: La taberna (1877), de Émile Zola. La
protagonista, Gervaise, es víctima de la
herencia del alcoholismo y la pobreza, que la
arrastran a la autodestrucción sin poder
escapar de su destino.
2. EL PESIMISMO El pesimismo naturalista presenta una visión
sombría y desencantada de la vida. Los
personajes, atrapados por sus circunstancias,
suelen enfrentarse a un final trágico y no hay
redención ni esperanza de mejora.
Ejemplo: Germinal (1885), de Émile Zola. La
novela ilustra la desesperada lucha de los
mineros, una batalla que, a pesar de los
esfuerzos, parece condenada al fracaso y a la
miseria perpetua.
3. EL CIENTIFICISMO Los autores naturalistas adoptan un enfoque
casi científico en su escritura, observando y
analizando a los personajes y sus ambientes
como si fueran objetos de estudio. La
narración es objetiva y detallada, sin idealizar
la realidad.
Ejemplo: Naná (1880), de Émile Zola. La
historia de esta prostituta es presentada
como un estudio social y biológico, detallando
su ascenso y caída como un fenómeno
inevitable.
4. HERENCIA Y
AMBIENTE Este tema subraya la importancia de la
herencia genética y el entorno social como las
dos fuerzas principales que dan forma al
carácter y las acciones de un individuo. El ser
humano es visto como un producto de su
biología y sus circunstancias.
Ejemplo: La bestia humana (1890), de Émile
Zola. El protagonista, Jacques Lantier, sufre
una compulsión hereditaria que lo lleva a
cometer actos violentos, ilustrando cómo la
herencia familiar determina sus acciones.
5. ANIMALIZACIÓN DE
LOS PERSONAJES Este tema reduce a los personajes a sus
instintos más básicos, destacando sus
impulsos primitivos por encima de la razón.
Las personas son representadas como seres
dominados por la sexualidad, el hambre y la
violencia.
Ejemplo: La bestia humana (1890), de Émile
Zola. El título mismo de la obra hace
referencia a la idea de que el hombre puede
ser arrastrado por sus impulsos más salvajes,
perdiendo su humanidad en el proceso.
6. DEGRADACIÓN
SOCIAL El naturalismo no teme mostrar la crudeza de
la vida en los estratos más bajos de la
sociedad. Se describen en detalle los
ambientes sórdidos, la pobreza extrema y la
moral degradada de los personajes
marginados, sin romanticismos.
Ejemplo: La taberna (1877), de Émile Zola. La
novela se desarrolla en los barrios obreros de
París, mostrando la suciedad, el alcoholismo y
la decadencia de la vida de sus habitantes
.
7. LUCHA POR LA
SUPERVIVENCIA El naturalismo a menudo muestra a los
personajes en una constante y agotadora
lucha contra un entorno hostil, ya sea la
naturaleza, la sociedad o sus propias
debilidades. La vida es una batalla despiadada
por la existencia.
Ejemplo: Germinal (1885), de Émile Zola. La
huelga de los mineros es una lucha literal por
la supervivencia, ya que se enfrentan al
hambre y la explotación para poder vivir.
8. CRITICA SOCIAL Este movimiento denuncia y expone sin
piedad las injusticias y los problemas de la
sociedad, como la pobreza, la desigualdad, la
corrupción y la hipocresía. La obra se
convierte en una herramienta para mostrar las
fallas del sistema.
Ejemplo: Doña Perfecta (1876), de Benito
Pérez Galdós. Aunque es una obra realista,
tiene fuertes elementos naturalistas en su
crítica a la intolerancia religiosa y al fanatismo
que destruye la vida de los personajes y el
progreso social.