Oración para agradecer lo vivido y aprendido en el ciclo escolar.
Gracias, Señor, por haber llegado al final de esta etapa de la Primaria creyendo,
confiando y amándote.
Fueron muchas las veces que animaste mi fe, las que corriste a mi encuentro.
Siempre sentí el calor de tu mano, aún en plena oscuridad.
Gracias por las ayudas, la compañía y la alegría que me han brindado mis
compañeros y amigos a lo largo de mi estancia en el Instituto.
Gracias por todo lo recibido en estos seis años y también de lo que no fui consciente.
Gracias por tantos ojos que me miraron con ternura,
por tantas manos que se adelantaron a estrechar la mía,
por tantos labios, cuyas palabras y sonrisas me alentaron,
por tantos oídos que me escucharon.
Gracias, Señor, por tanto, por lo que he recibido, que no fue mérito mío, sino dones
tuyos, por la salud que me sostuvo, por el trabajo que desempeñé, y por el descanso
que disfruté.
Gracias, incluso, por aquel fracaso y aquella desilusión, de los que aprendí.
También, Señor, quiero hoy pedirte perdón por la palabra que callé,
por esa mano que no ofrecí, por la sonrisa que escatimé,
por el saludo que negué, por la mirada que desvié,
por la disculpa que no pedí, por esos oídos que no presté,
por ese gozo que no compartí, por tanta lágrima que no derramé,
por esa verdad que omití, por las veces, Señor, que me separé de Tí.
Por todo, Señor, gracias y perdón.
Buenos días a todos:
Vamos a aprovechar este momento, para hacer un ratito de oración. Una oración en
primer lugar, de agradecimiento. Agradecer el esfuerzo que hemos hecho cada uno
desde su lugar y situación para protegernos los unos a los otros: con distancias, con
cuidados de mascarilla, con uso responsable del gel, con la limpieza y desinfección
de todo, con paciencia, intentando regular nuestros miedos, cuidando con cariño al
que no podía más… ¡enhorabuena a todos y a todas! Gracias por el esfuerzo y el
cariño que habéis puesto cada uno, cada una.
Por otro lado, acordarnos de las personas que lo están pasando peor y están
enfermos a causa del COVID. Especialmente de los familiares y amigos que han
fallecido a causa de la pandemia. Hacemos unos segundos de silencio para traer a
todas esas personas a la memoria del corazón. Podemos acompañar el gesto de
silencio, llevándonos una mano al corazón.