INTRODUCCIÓN
El hombre es un animal con una característica que lo diferencia de los otros seres animados: po-
see inteligencia. La inteligencia es la apertura hacia horizontes infinitos, es la capacidad de compren-
der nuestro entorno, de interpretarlo y de modificarlo al soñar mundos nuevos. La inteligencia nos
permite encontrar alternativas, y la libertad para optar por alguna de ellas, no estando ya del todo
sujetos a los instintos y la rutina de los animales.
Pero este mundo de posibilidades que se nos abre por medio de la inteligencia tiene también un
aspecto riesgoso: puede servir para construir al igual que para justificar el peor de los mundos, co-
mo una herramienta que lo mismo sirve para construir una catedral que para destruir una vida. Hay,
en este caso, una claudicación, una subordinación de la razón respecto de aquellas otras áreas de
nuestro ser que siendo muy importantes deben estar bajo la tutela de la inteligencia: el instinto y la
emoción.
El que la inteligencia dirija nuestra vida implica un esfuerzo de reflexión y voluntad que debe
aprenderse, y es por esto que se ha despertado el interés en varias instituciones educativas por ofre-
cer a los alumnos herramientas para que desarrollen un buen número de habilidades lógicas y crea-
tivas, que les permitan “aprender a aprender” y ser partícipes dinámicos en la adquisición de
conocimiento.
En la actualidad, existen medios tales como la Internet, multimedia, bibliotecas virtuales, videos,
revistas, libros y otros, que nos inundan de información, pero son pocas las personas capaces de in-
terpretar, discriminar y utilizar la información recibida; en general, ven la información como un caos
de datos, a veces contradictorios, ante los cuales poco pueden hacer: dudan, se cansan y terminan
por copiar frases o textos para entregar un trabajo encomendado (si es que llegan a reflexionarlo, en
el mejor de los casos, ya que la mayoría ni se lo plantea). En parte, este problema se debe a que los
estudiantes no tienen el hábito de la lectura ni las habilidades necesarias para realizar un análisis per-
sonal de la información y generar conclusiones, y porque reciben una educación que no privilegia la
participación activa del alumno.
El no leer implica, además, la mengua de las habilidades lógicas de todo tipo: incapacidad para
ordenar la información convenientemente, falta de rigor en el pensamiento, incapacidad para escri-
bir y plasmar ideas, así como para resolver problemas que implican la correcta interpretación del len-
guaje, etcétera.
En la actualidad los jóvenes, además de ser productivos, deben tener iniciativa y capacidad para
fundar empresas; los constantes cambios que sufre nuestro mundo hacen necesario que los estudian-
tes desarrollen la capacidad de adaptarse y transformar entornos cada vez más fluctuantes e incier-
tos. Los conocimientos que fueron útiles se vuelven rápidamente obsoletos, por lo que resulta
obligado actualizarse continuamente. Para ello, los jóvenes deben aprender a aprender, a desarrollar
habilidades lógicas, creatividad y actitudes positivas. Sólo así podrán afrontar este mundo tan cam-
biante.
Así las cosas, este libro y manual de prácticas es un recorrido activo por las más importantes po-
sibilidades críticas a las que puede tener acceso un alumno de educación media superior.
El profesor encontrará, además, que haciendo las modificaciones pertinentes, los ejercicios aquí
planteados pueden transferirse a cualquier otra materia o disciplina de su interés.
El propósito básico de este texto es que el alumno aprenda a resolver problemas de todo tipo y
comprenda la multidireccionalidad del pensamiento crítico, de modo que en buena parte tendrá que
aceptar y desarrollar “inteligencias múltiples”, concepto primariamente acuñado por Thurstone y re-
tomado después por Gardner.
Algunos aspectos sobre las actitudes y la llamada “inteligencia emocional” también son tratados
porque ésta conlleva la autocrítica y dirige la inteligencia en asuntos prácticos de la vida que tam-
bién son muy importantes. Procuramos también, y de manera especial, que los ejercicios estuvieran
“bien calibrados” y que fueran interesantes, para que de esta manera y sin dejar de constituir retos,
no resulten tediosos ni de mucha dificultad. Así, estamos seguros de que el alumno estará muy mo-
tivado por el “logro cognoscitivo”, que hoy sabemos es y debería ser el motivador principal de la en-
señanza.
Para cualquier duda o comentario acerca del presente libro, comuníquese con los autores a la
siguiente dirección electrónica:
[email protected].
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Introducción
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