Perfil Psicológico. Su importancia en el estudio de la sexualidad adolescente.
Los perfiles psicológicos se definen como una técnica que busca describir, explicar y predecir las
características sociodemográficas (edad, sexo, ocupación, etc.) y psicológicas (personalidad,
motivación, áreas de conflicto, etc.) de una persona determinada.
Si bien conformar un perfil psicológico es algo difícil por los escasos estudios realizados en este
sentido, pretendemos hacer un acercamiento al perfil socio psicológico y sexual de los
adolescentes con baja percepción del riesgo a las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), por lo
que a partir de este concepto entenderemos a la personalidad como la organización, integración
más compleja y estable de contenidos y funciones psicológicas que intervienen en la regulación y
la autorregulación del comportamiento en las esferas más relevantes para la vida del sujeto.
(Fernández, 2003).
Resulta pues imposible analizar la personalidad al margen de lo social ni a este último fuera de lo
personal, no apareciendo a veces muy nítido, el límite entre lo subjetivo y lo social. Así el rol social
interpretado logra conectar lo intrapsíquico con la participación social, produciéndose la
prolongación de lo psicológico a lo social y la integración a la subjetividad individual de la realidad
social (Ackerman, N. W., 1988), citado por (Fernández, 2005).
La personalidad a su vez va a estar integrada por la fuerte imbricación que se produce entre los
procesos psicológicos de naturaleza afectiva y cognitiva, pues el sentido que la realidad alcanza
para el sujeto se produce en función de las necesidades y los motivos de su personalidad, donde
las necesidades en su expresión psicológica superior se entienden como cualidades estables de la
personalidad, de contenido emocional (positivo o negativo), reflejado como vivencia, según el
momento de expresión de la necesidad, lo que dinamiza y orienta al sujeto en su expresión
comportamental de relación con objetos y personas, y los motivos constituyen la forma en que él
asume, procesa, elabora sus diferentes necesidades, los que se forman en la incidencia de la
personalidad sobre sus necesidades, En su acción sobre la necesidad, la personalidad conforma el
motivo portador de un contenido específico, el cual posee multiexpresión (en la conducta, en la
reflexión, valoración) a partir de la cual dan energía y sentido a la personalidad.
Los motivos del hombre no pueden estudiarse como unidad dinámica aislada que lo orientan a un
comportamiento inmediato, sino en el complejo proceso de la mediatización de su función