SI NO ME CUESTA... NO VALE MI SACRIFICIO
(1 Cronicas 21: 18-26) (2 Samuel 24: 18-25)
1 Cronicas 21:24 Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por
su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada
me cueste.
1ª CRÓNICAS 21:24 “Pero el rey David respondió: -Te lo agradezco, pero tengo que comprarlo
todo por el precio exacto, pues no te voy a quitar lo tuyo para dárselo al Señor y ofrecerle un
holocausto que no me haya costado nada.“
Recuerdo una película donde el actor principal representa a un gerente millonario, tacaño y
miserable con sus empleados. Era la época de Navidad, y su mal carácter no era del agrado de
nadie, ni siquiera de su familia. Por eso pasaba las navidades solo, y amargado.
No es mi intención contarles la película, pero hubo algo que me llamó la atención. La secretaria, se
sienta con él en su despacho, y empieza a hacer una lista de clientes y familiares a quienes debe
enviar el típico regalo navideño. El hombre de mala gana, y a regañadientes acepta.
Solo habían tres tipos de regalos: “jabones”, “toallas”, “botellas de licor”. Mientras la secretaria
citaba los nombres, el gerente asignaba… “jabón”…, ….no, mejor “toallas”…, “licor”…, etc., …
etc. Son los regalitos para salir del paso.
Todos lo hemos hecho alguna vez, y todos los hemos recibido alguna vez. Son regalitos a bajo
costo, rápidos de comprar, solo "para cumplir".
En cambio, hay otros regalos. Recuerdo el año pasado mi esposa me preparó por mi cumpleaños
una torta de chocolate, que me encanta. No saben como valoré ese esfuerzo.
Un día, los hijos de un buen amigo, me prepararon un cuadro, lo dibujaron con sus manos, aún lo
tengo en mi oficina. Son regalos que uno valora, no por el costo, sino por el esfuerzo.
¿No hacemos lo mismo con DIOS? ¿No es cierto, que la mayoría de veces cuando se trata de
ofrendar al Señor, o dar para su obra, en realidad es "una ofrenda para salir del paso"?
A DIOS le damos lo que no nos cueste mucho… pero a cambio pedimos salvación, vida eterna,
bendición constante, protección ininterrumpida para mí, para mi familia y para mis amistades,
salud, bienestar, éxitos, felicidad, etc., etc.
David había pasado por una mala situación. DIOS le ordena construir un altar y ofrecer sacrificios
de paz. Llega a las tierras de un tal Ornán, y le indica que quiere levantar un altar para DIOS en sus
propiedades. Ornán, es un hombre amante de DIOS, y en 1ª de Crónicas 21: 23 encontramos su
respuesta: Y Ornán le contestó: -Tómelo Su Majestad y haga lo que le parezca mejor. Yo le doy los
toros para el holocausto, los trillos para la leña y el trigo para la ofrenda. ¡Todo esto se lo doy a Su
Majestad!
Noten la actitud de Ornán: "Yo lo doy todo, David no te preocupes de nada, Yo lo doy todo". Ornán
amaba a DIOS, y para él no era ningún problema honrar y ofrendar a su DIOS.
Estoy seguro que muchos de nosotros hubiéramos pensado: "Ja, Ja… qué bueno, este muchacho
va a dar todo lo necesario, y yo me ahorro lo que pensaba invertir".
¿No es cierto que muchas veces decimos: Cuánto han dado los otros, para ver cuánto doy yo
también? ¿No es cierto, que si otros dan, yo me siento aliviado de mi responsabilidad ante DIOS?