Relacion Hombre Naturaleza

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HOMBRE & NATURALEZA
“Procedemos de la Tierra, somos de la Tierra, estamos en la Tierra.”
Edgar Morin. La Tierra Patria
Los conceptos de naturaleza son construcciones sociales que se alteran en el
tiempo y espacio. Tiene varios significados entre diversos grupos sociales, pero
siempre es un concepto abstracto. El propio hombre es naturaleza, forma parte
de ella y a la vez se aleja en un proceso de socialización y de avance de la
ciencia y de la técnica. “El ser humano, natural y sobrenatural al mismo tiempo,
debe estar arraigado en la naturaleza viva y física, pero emerge y se distingue
de ella por la cultura, el pensamiento y la consciencia.”
(MORIN, 1993, P. 198)
Desde el proceso de hominización y de socialización las formas del hombre de
relacionarse con la naturaleza han cambiado, y a pesar de todos los estudios
científicos y de toda la tecnología existente hoy, el natural todavía puede ser
considerado un enigma para ser descifrado por completo.
En la naturaleza, al contrario que en la sociedad humana, no hay fronteras. Ella
tiene sus propias leyes que el hombre intenta siempre transgredir y destruir,
bien retirando elementos para su supervivencia y lucro (casi siempre
inadecuadamente, principalmente después de la implantación del modo de
producción capitalista), bien apropiándose sus bienes (estableciendo en ella
territorios y espacios), todo ello como una forma de intentar comprender y
dominar su abstracción.
“Desde que Dios ha muerto, sólo nos queda la guerra.” (SERRES, 2004, p. 47)
El hombre es el individuo pensante que se cree victorioso sobre todas las otras
especies. A lo mejor esta victoria se convierta en derrota, pues el hombre actúa
sobre la globalidad de la Tierra, pero la desdeña. Se utiliza la naturaleza para
extraer sus recursos, transformarla, producirla, reproducirla, dañarla, primando
siempre los intereses humanos y principalmente los intereses humanos ligados
a la economía capitalista. Cuando el hombre no termina de gozar de los
recursos naturales, artificializa la naturaleza creando lugares, territorios y
paisajes que son vendidos como realidades, pero la verdad es que son apenas
espacios de contemplación momentáneos. Los bordes de los céspedes
modernos limitan lo que pertenece al natural y al civilizado. “En un paisaje
urbano de asfalto, hormigón, acero y vidrio, la presencia de la naturaleza puede
considerarse causa de desorden, o incluso simplemente inútil: algo que hay
que limitar a algunos árboles y jardines cuidadosamente adornados.”
(BRAUNGART, MCDONOUGH, 2005, p. 79)
La agresión contra el medioambiente precede al capitalismo, pues en las
sociedades primitivas el excedente era la garantía para enfrentar estaciones
malas, también sustituían florestas por pastajes y extraían minerales para
abastecer las manufacturas de armas de guerra. Otras tragedias ambientales

preindustriales pueden ser citadas, como la colonización de las Américas y el
consecuente exterminio de la sociedad indígena y la esclavitud en África, que
generó desiertos demográficos ya atrofia económica y social. Sin embargo, el
capitalismo y la era industrial generaran impactos ambientales jamás vistos en
la historia de la humanidad. “La producción en escala consumió energía,
generó vapores químicos, desechos industriales y residuos peligrosos en una
progresión geométrica sin precedentes en la economía preindustrial.”(MINC,
2005, p. 34)
Aunque la naturaleza parezca infinita, cada vez más el hombre percibe que es
justo lo contrario. Los recursos naturales son finitos, los no renovables están en
proceso de agotamiento. La dilapidación de los elementos de la naturaleza es
decurrente de la incomprensión de los tiempos, geológico y sideral, de la
concepción abstracta de la naturaleza y también de la sociedad. La
sacralización de la ciencia y de la técnica durante mucho tiempo también ha
impedido la visión de la complejidad del mundo y de la propia vida.
Pensar en la relación de la sociedad con la naturaleza es pensar en relaciones
complejas. La ciencia produce la técnica, transformando la sociedad, pero
también la sociedad tecnológica transforma la propia ciencia. La comprensión
de esa interacción puede ser la clave para comprender por qué debemos
intervenir en la depredación de los elementos de la naturaleza, hecho que
compromete el propio “vivir” en la Tierra, y buscar formas alternativas de limitar
la devastación social y natural. “Debemos basar la solidaridad humana ya no
sobre una ideología de salvación terrestre, sino sobre la conciencia de nuestra
perdición sobre la conciencia de nuestra pertenencia al complejo común tejido
por la era planetaria, sobre la conciencia de nuestros problemas comunes de
vida o de muerte, sobre la conciencia de la situación agónica de nuestro fin de
milenio.”
(MORIN, 2003, p. 225)
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
Glenda Dimuro Peter
http://www.eumed.net/libros/2009b/542/EL%20HOMBRE%20Y%20LA%20NATURA
LEZA.htm (RAVISADO EN AGOSTO DE 2009)

EL ORDEN NATURAL DE LA SOCIEDAD
INTRODUCCIÓN
El hombre ha nacido para vivir en sociedad (1). Desde el momento en que para
procrearse necesita de dos personas, varón y mujer, necesariamente, debe
relacionarse para poder sobrevivir. Siendo que el principio de supervivencia,
personal y de la especie, es propio del orden natural. Obviamente, la parte más
inmediata de estas relaciones es la familia; y luego el resto.
Ahora, lo que surge claramente es que, como el ser humano necesita vivir en
sociedad, necesita que las sociedades (la familia y los demás) vivan, es decir,

crezcan, mejoren, se perfeccionen. Así es que, en definitiva, de la vida y de
servir es de lo que se trata. Y esto es amar, porque, finalmente, amar es luchar
por la vida. Y este es el motivo por el cual, permítaseme esta breve digresión,
usar el sexo evitando la posibilidad de vida, es, ni más ni menos, usar el sexo
contrariando al amor (2).
De modo que las relaciones sociales, las relaciones entre las personas, tienen
una naturaleza que debe ser respetada para su adecuado funcionamiento. Y a
esto llamaremos 'orden natural social'. Y en esto, sin duda, tiene que ver la
moral y la ética, que, como hemos visto, no son sino aquellas reglas que, de
acuerdo con el orden natural propio del ser humano, lo conducen hacia una
mejor vida. Algo así, salvando las distancias, como las instrucciones que
redacta el fabricante para el buen uso de cualquier aparato. En definitiva, la
moral y la ética, son reglas a favor de la vida. Y todo aquello que va contra la
vida, que destruye la vida, que corrompe la vida, es violencia. En
consecuencia, el hombre necesita rechazar a la violencia como método de
interacción y basar, toda su acción social, en la cooperación y el servicio
voluntarios.
De todo lo que hemos visto hasta ahora surge claramente que, definitivamente,
no es cierto que el hombre en general, como persona única, sea egocéntrico
por naturaleza o tienda a su propia destrucción, sino todo lo contrario. Por un
lado, ya hemos visto, al estudiar 'La moral y la ética' en el capítulo anterior, que
la voluntad tiende naturalmente al bien. Ya cité al Doctor de Aquino (referido en
la nota 20 al Capítulo I) afirmando que el hombre es dueño de sus actos en
virtud de la razón y de la voluntad, de la voluntad deliberada cuyo objeto propio
es el fin y el bien. Pero luego agrega: "Todo agente obra necesariamente por
un fin..." (3), y más adelante "Necesariamente todo lo que el hombre apetece lo
apetece por el último fin..." (4). Y aún más adelante: "En cuanto a la razón del
último fin, todos están acordes en desearlo, porque todos quisieran consumar
su perfección, que es la noción verdadera del fin último..." (5).
De modo que, el hombre, como persona única, tiene un instinto básico de
supervivencia, y si bien es claramente imperfecto, desde el momento en que
necesita que la sociedad mejore y desde que ha sido creado para perdurar,
necesariamente, más allá de los errores, accidentes o excepciones, tendrá,
como género humano, una clara tendencia hacia la cooperación y el servicio
para la vida, que será el modo natural, 'normal' en las relaciones sociales,
también las económicas (6). Aunque fuera por el lado negativo, es decir, que
aquellas sociedades compuestas por personas que no tuvieran esta tendencia
natural hacia la cooperación y el servicio (hacia la moral, en definitiva)
desaparecerían y, con ellas, esta tendencia negativa.
Aquí se impone una precisión. Como decía anteriormente, el orden natural
prevé una evolución, un crecimiento. Lo que se propone al hombre, finalmente,
es la perfección y, en la perfección (a la que nunca llegaremos en esta tierra),
no será violento. Entre tanto, en cuanto el hombre va evolucionando, va
trocando sus actitudes violentas por cooperación y servicio. Ahora, la pregunta
es, siendo que el hombre primitivo era muy violento, y todavía lo somos, siendo
que violamos al orden natural tan frecuentemente y tan profundamente, ¿cómo

es qué aún así la civilización progresa? La razón de esto es que,
metafísicamente, ya lo dije, el mal, en cuanto tal, no existe, de modo que, en
rigor de verdad, cuando actuamos contra los mandados del orden natural, en
realidad, no lo estamos violando (nunca podríamos violar algo que nos supera
tan grandemente). Lo que estamos haciendo es "nada", es perder nuestro
tiempo en acciones que no ayudan a desarrollar la vida. De aquí que, cuanto
más avanza una sociedad en cuanto al respeto a la naturaleza de las cosas,
menos esfuerzos pierde y, entonces, el progreso se auto acelera.
En otras palabras, el accionar (individual) de la persona, en una sociedad, con
ausencia de coerción institucional, en donde impera el orden natural, terminará
necesariamente produciendo un resultado positivo para la sociedad. Por lo que
hemos visto, en la medida en que la acción del individuo sea mala, el orden
natural social se encargará de que no quede 'registrada' (7). Y, en cambio, si
'registrará' aquello de bueno que pudiera tener. Es decir, como el orden natural
es el modo de acercarse al bien, si lo seguimos necesariamente obtendremos
bien, si no lo seguimos, obtendremos "nada". Si mi acción consiste en fundar
una empresa y esta es buena, es decir, está dedicada al servicio de la gente, o
sea que encuadra dentro del orden natural, será exitosa y continuará adelante.
Si mi acción es mala, es decir, que la empresa no está dedicada al servicio de
la gente, el mercado natural se encargará de que quiebre y mi acción,
desaparecerá rápidamente sin que quede rastro alguno. Como consecuencia
directa de esto, el hombre necesariamente progresará, porque lo malo
desaparecerá y lo bueno irá 'quedando y sumando' (8). Esto, en rigor, no tiene
nada de extraño, dado que este es el proceso normal de la Creación:
recordemos que el Creador, finalmente, es el Absoluto, y el hombre 'es sólo la
causa secundaria'. Así, cuanto más respetemos al orden natural, una 'mayor
cantidad' de bien produciremos y, consecuentemente, más rápidamente
progresaremos. De aquí, pues, el principio del progreso humano que se dará
aún con nuestros defectos, errores y pecados: puesto que, para no progresar
en absoluto, deberíamos no respetar en absoluto al orden natural, lo que es un
absurdo metafísico porque el absoluto es extraño (por superior) al hombre (es
decir que, en alguna medida, aunque sea por 'error', respetaremos a la
naturaleza de las cosas).
Pero en fin, volviendo atrás, cuando digo que lo normal (lo natural), en la
sociedad, es la cooperación y el servicio, no se me escapa que existen muchas
personas altamente violentas. Ni se me escapa que todos somos violentos en
alguna medida (de otro modo seríamos perfectos). Lo que estoy diciendo es
que, el orden natural, sólo 'registrará' las relaciones sanas. El resto, las
violentas, 'más tarde o más temprano', quedarán en nada, básicamente, por
autodestrucción del agente. En otras palabras, el orden natural tiene previsto
'controlar' las situaciones violentas, de modo que, un control coercitivo de la
violencia (!?), no sólo es un contrasentido sino que, al renegar de las reglas
preexistentes de convivencia social, interfiere en este proceso de 'autocontrol',
prolongando la duración del mal y ahondando su efecto (de hecho, en sí mismo
es un mal).
Así es que, por caso, cuando Usted pasa frente a un local de venta,
normalmente, no sale el comerciante y, haciendo uso de la fuerza, lo obliga a

comprarle. Ni llama a la policía para que ésta, arma en mano, lo obligue a
pagarle sin que Usted tenga interés en los productos que vende. Lo que hace
el comerciante es tratar de incentivarlo, ofreciéndole aquello que Usted
prefiere, de modo de poder venderle. Lo que hace el comerciante es servirlo.
El gobierno, en cambio, cuando está basado en la coerción, y en la medida en
que lo está , le dice, por ejemplo (en los países en que existe el sistema
previsional obligatorio), que Usted tiene que tener una jubilación. Y, sin que le
importe su opinión, lo obliga a pagar todos los meses la cuota correspondiente.
Y, si no la paga, lo envía al juez para que éste, a su vez, le envíe a la policía de
modo que, por la fuerza, Usted pague. Y esto, claramente, es lo contrario a
servir, implica negar, contrariar a la vida. Porque, dicho en términos
metafísicos, ésta es un proceso positivo exclusivo del sujeto en evolución. De
donde, la acción del sujeto resulta fundamental y, entonces, cualquier coacción
violenta que impida o modifique su acción es ir contra la vida.
Todo lo que hemos venido estudiando implica que, la eficiencia (que significa
que se está brindando lo más efectivo para la persona que quiere mejorar su
situación), necesariamente, conlleva que las relaciones sean voluntarias. Por
dos motivos. Primero, porque nadie descarta sin más ningún valor (ni aun por
altruismo, cuando se da por caridad se lo hace en la presunción de que será
utilizado eficientemente). En consecuencia, la gente, ante la posibilidad de
elección seleccionará al mejor obligando de este modo a la eficiencia.
Segundo, porque lo mejor para una persona es algo subjetivo, de dos modos,
en cuanto a su subjetividad interior y en cuanto a su subjetividad 'ambiental' (es
decir, en cuanto a las cuestiones particulares que rodean a esa persona y que
sólo ella conoce con exactitud).
Se podrá decir que, la persona en cuestión, podría preferir,
egoístamente, cosas que la dañen a ella y a terceros. Efectivamente, puede
suceder y de hecho sucede mucho. Pero (más allá de que resulta un tanto
temerario el que un tercero juzgue el egoísmo o no de otra persona), como su
mala acción violará al orden natural, será fuertemente impelido a corregirla (si
se me ocurre no dormir durante tres días seguidos, me sentiré tan cansado
que, finalmente, me dormiré sin pretenderlo). Pero, si aún así, persiste en su
mala acción, como el orden natural es lo que dirige hacia la vida, de algún
modo, se auto eliminará y sus malas acciones, con él, desaparecerán (si
continúo sin dormir, finalmente, moriré).
En cualquier caso, y éste es el colorario que debe quedar claro, en tanto la
persona actúe voluntariamente, finalmente, prevalecerá el bien, el orden
natural. En realidad, ya sabíamos esto, sabíamos que lo violento es contrario a
lo voluntario y a lo natural, de donde, lo violento necesariamente destruye la
naturaleza de las cosas. En tanto que lo 'voluntario' puede o no destruir lo
natural. Si no lo destruye, seguirá hacia el bien. Si lo 'voluntario' destruye lo
natural, como éste es intrínseco, destruirá a la naturaleza intrínseca haciendo
desaparecer el 'voluntario' (por cuanto al ser ambos intrínsecos) que existirá en
tanto exista esta naturaleza que le da existencia.

Ahora, se dirá que esto es suponer que el mal desaparecerá de la faz de la
tierra: el estado perfecto del hombre en este mundo. Pues no estoy afirmando
eso sino, simplemente, que éste es el modo en que opera el orden natural. Y
que, en consecuencia, la violencia interrumpe este proceso evolutivo,
retrasando el progreso humano. Pero, de aquí a que los hombres seamos
perfectamente no violentos, de modo que no interfiramos en absoluto el orden
natural y, consecuentemente, éste se desarrolle en plenitud, y consigamos la
perfección, esto supone, como dije, que somos perfectos de inicio
(perfectamente no violentos) lo que, obviamente, no es cierto.
De modo que nunca llegaremos a la perfección, porque estamos metidos en un
círculo vicioso (ahora sí, en función del pecado original, diría la teología
Católica) que nos impide, ontológicamente, alcanzar la perfección en esta
tierra. Pero insisto, este es el modo en que funciona el orden natural. De modo
que, pretender, que, porque nunca seremos perfectamente no violentos,
debemos ser coercionados (violentados) para intentar inhibir nuestros impulsos
violentos, es el mejor modo de interrumpir el proceso evolutivo del orden
natural que describí.
Dice Juan XXIII, el "Papa bueno": "!Como contrasta en cambio con este orden
maravilloso del universo el desorden que reina no solo entre los individuos, sino
también entre los pueblos! Parece que sus relaciones no pueden regirse sino
por la fuerza. Sin embargo, el Creador ha impreso el orden aun en lo más
íntimo de la naturaleza del hombre: orden que la conciencia descubre y manda
perentoriamente seguir. Los hombres muestran escrita en sus corazones la
obra de la ley, y de ello da testimonio su propia conciencia (Rom 2, 15). ¿Como
podría por lo demás ser de otro modo? Todas las obras de Dios son un reflejo
de su sabiduría infinita y un reflejo tanto más luminoso cuanto más altas están
en la escala de las perfecciones (Sal 18, 8-11). Un error en el que se incurre
con bastante frecuencia está en el hecho de que muchos piensan que las
relaciones entre los hombres y sus respectivas Comunidades políticas se
puedan regular con las mismas leyes que rigen las fuerzas y los seres
irracionales que constituyen el universo, siendo así que las leyes que regulan
las relaciones humanas son de otro género y hay que buscarlas donde Dios las
ha dejado escritas, esto es, en la naturaleza del hombre" (9).
El orden natural social ha sido, en alguna medida, descrito por muchos autores.
Así, con su famosa 'mano invisible', Adam Smith había encontrado que algo
'natural', producía que la sociedad se condujera, de suyo, hacia el bien y el
progreso. Había hallado, en alguna medida, que existía un orden social que se
manifestaría, espontáneamente, dirigiendo hacia el progreso. Aunque resulta
claro que, el escocés, no lo entendió en toda su plenitud (10).
Para terminar, quiero hacer una rápida referencia a la justicia social porque no
necesita más. Tan mal entendida, según adelanté en el Prefacio, por los que
niegan su existencia, por los que la ignoran o por los que abusan de su
nombre. Si el orden natural existe, si el hombre es, por naturaleza, social, y si
la justicia existe, va de suyo que la justicia social existe y que implica de suyo el
respeto al orden natural social. Me parece que el tema queda lo
suficientemente aclarado a partir de las definiciones de santo Tomás en cuanto

a la justicia, por un lado, y al hecho de que, la imperancia del orden natural,
supone la más justa distribución de las riquezas. La justicia distributiva, dice el
Doctor de Aquino (11), es, esencialmente, la justicia de Dios, y quedará
garantizada por el gobierno del orden por El establecido, es decir, por el orden
que excluye a la violencia coercitiva.
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
Alejandro A. Tagliavini
http://www.eumed.net/cursecon/libreria/at-espe/15.htm
(RAVISADO EN AGOSTO DE 2009)

Naturaleza y ser humano
Hoy es un buen día —como cualquier otro— para reflexionar sobre la relación
que existe entre el ser humano y la naturaleza. Empezaré diciendo que el
hombre depende de la naturaleza, no sólo para su supervivencia física sino que
también la necesita para que le enseñe el camino a casa, el camino de salida de
la prisión de nuestras mentes. El hombre está perdido en el pensar, en el
recordar, en el anticipar. Está perdido en un complejo laberinto, en un mundo
de problemas. Ha olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben.
Se ha olvidado de ser: de sí mismo, de estar en silencio, de estar donde está la
vida. Aquí y ahora.

Prestar atención a una piedra, a un árbol o a un animal, no significa «pensar en
ellos», sino simplemente percibirlos, pero no darnos cuenta de que ellos nos
transmiten algo de su esencia. Es preciso sentir profundamente que cada objeto
de la naturaleza descansa en el ser, completamente unificado con lo que es y
donde está. Para captarlo, hay que entrar en un lugar de profundo reposo de
nuestro interior.

Cuando se camina o se descansa en la naturaleza, hay que hacerlo honrando ese
reino, permaneciendo allí plenamente, serenamente, mirando y escuchando,
observando cómo cada planta y cada animal son ellos mismos. A diferencia de
los humanos, no están divididos en dos; no viven a través de imágenes mentales
de sí mismos, y por eso no tienen que preocuparse de proteger y potenciar esas
imágenes. Todas las cosas naturales, además de estar unificadas consigo
mismas, están unificadas con la totalidad. No se han apartado del entramado de
la totalidad reclamando una existencia separada: «yo», el gran creador de
conflictos.

Nadie crea su cuerpo, ni es capaz de controlar las funciones corporales En todo
cuerpo opera una inteligencia mayor que la de la propia mente humana. Es la
misma inteligencia que lo sustenta todo en la naturaleza. Para acercarnos al
máximo a esa inteligencia, hay que ser consciente de nuestro campo energético
interno, hay que sentir la vida, la presencia que anima nuestro
organismo. Cuando percibimos la naturaleza tan sólo a través de la mente, a
través del pensamiento, no podemos sentir su plenitud de vida, su ser.
Únicamente vemos la forma y no somos conscientes de la vida que la anima, del
misterio sagrado. El pensamiento reduce la naturaleza a un bien de consumo, a

un medio de conseguir beneficios, conocimiento, o algún otro propósito
práctico.

Observa un animal, una flor, un árbol y mira cómo descansan en el ser. Cada
uno de ellos es él mismo. Tienen una enorme dignidad, inocencia, santidad. En
el momento que miras más allá de las etiquetas mentales, sientes la dimensión
inefable de la naturaleza, que no puede ser comprendida por el pensamiento. Es
una armonía, una sacralidad, que además de compenetrar la totalidad de la
naturaleza, también está dentro de ti.

El aire que respiramos es natural, como el propio proceso de respirar. Dirígete a
tu respiración y date cuenta de que no eres tú quien respira. La respiración es
natural. Conecta con la Naturaleza del modo más íntimo e interno, permitiendo
tu propia respiración y aprendiendo a mantener tu atención en ella. Esta es una
buena práctica muy curativa y energetizante. Produce un cambio de conciencia
que permite pasar del mundo conceptual del pensamiento al de la conciencia
incondicionada.

Necesitamos que la naturaleza nos enseñe y ayude a reconectar con nuestro Ser.
No estamos separados de la naturaleza. Formamos parte de la Vida Única que se
manifiesta en incontables formas en todo el universo, formas que están, todas
ellas, completamente interconectadas. Cuando reconocemos la santidad, la
belleza, la increíble quietud y dignidad en las que una flor o un árbol existen,
añadimos algo a esa flor o a ese árbol.

Pensar es una etapa de la evolución de la vida. La naturaleza existe en una
quietud inocente que es anterior a la aparición del pensamiento. Cuando los
seres humanos se aquietan van más allá del pensamiento. La quietud que está
más allá del pensamiento contiene una dimensión añadida de conocimiento, de
conciencia. La naturaleza puede llevarnos a la quietud. Ese es su regalo. Cuando
percibimos la naturaleza y nos unimos a ella en el campo de quietud, se llena
nuestra conciencia. Ese es nuestro regalo a la naturaleza.

A través de cada uno de nosotros, la naturaleza toma conciencia de sí misma. Es
como si la naturaleza nos hubiera estado esperando durante millones de años
para hacerlo.
Naturaleza y ser humano
Miguel Torres Galera
http://cuentayrazon.blogcindario.com/2009/07/00217-naturaleza-y-ser-humano.html
(RAVISADO EN AGOSTO DE 2009)

El realismo

La mayorías de las veces la defensa del realismo viene sugerida por cierta forma de
naturalismo, pero para todas las corrientes que comparten la gnoselogía idealista la naturaleza
tiene interés como término o producto de una actividad intelectual o espiritual. Igualmente el
neocriticismo, que toma como punto de partida la ciencia de la naturaleza, no está interesado
en la naturaleza misma, sino como objeto del conocimiento científico, por lo que comparte la
reducción idealista con el dato de conciencia. En cambio el realismo tiende a tomar como
punto de partida la existencia o el modo de ser de la naturaleza.Por ello la naturaleza es la
realidad única o fundamental de la que forma parte el ser humano y sus actividades
espirituales. Por tanto el naturalismo tiende a formular una cosmología o cosmogonía, pero su
primer objetivo es criticar la tesis idealista. Y sus tesis fundamentales son: 1)el objeto del
conocimiento no es parte del signo que conoce, 2)el objeto tiene un modo propio de
ser,independiente del conocimiento, pero reconocible y capaz de ser descrito. Estas dos tesis
son propias de todas las formas de realismo, aunque el realismo naturalista se distinga por una
tercera tesis: el modo de ser de todos los objetos cognoscibles se modela sobre el de los
objetos naturales. Por supuesto a esta tesis se oponen las formas no naturalistas del realismo,
como el neotomismo, que recurren a la metafísica tradicional para definir el modo de ser de
los objetos.
La llamada filosofía de la inmanencia se puede incluir en el realismo, y se propone defender el
realismo ingenuo, el del sentido o la experiencia común. Guillermo Schuppe (1836-1913) fue el
fundador de la filosofía de la inmanencia, que escribió Ensayo de gnoseología y lógica (1894),
El pensamiento humano (1870), Lógica gnoseológica (1978), El concepto del derecho subjetivo
(1887) y El problema de la responsabilidad (1913). Sus tesis: 1)la realidad sobre la que versa el
pensamiento es independiente del sujeto pensante y el mundo de los objetos perceptibles;
2)el pensamiento sólo puede existir en los sujetos individuales; 3)el pensamiento confirmado
por la apariencia sensible concuerda con la realidad. El sujeto independiente del objeto y el
objeto independiente del sujeto son puras abstracciones. El yo no es nada fuera de sus
condiciones y determinaciones concretas, y toda su individualidad depende de su contenido
objetivo,cambiando con este contenido. El yo no se puede conocer sin conocer un contenido
distinto. El yo no se identifica con su contenido objetivo. No es espacial y se convierte en
espacial,en cuanto que tiene cuerpo. La realidad del pensamiento es el contenido espacio-
temporal de la percepción, y la conciencia condiciona la parte de la experiencia que constituye
el contenido común de las conciencias individuales. El mundo está en el yo como objeto de
conciencia. El elemento subjetivo es conciencia de la identidad, de las distinciones y de las
conexiones causales del dato objetivo. El objeto del pensamiento es un contenido de
conciencia, por lo que no se puede admitir trascendencia de la realidad respecto a la
conciencia, y recurre a la conciencia para explicar la identidad o concordancia de los
contenidos de las conciencias individuales.
Oswaldo Külpe (1862-1915), psicólogo, autor de Principios de psicología (1893), Psicología y
medicina (1912), Introducción a la filosofía (1896), Teoría del conocimiento y ciencias naturales
(1910) y La realización (1912) critica y rechaza todo tipo y forma de conciencialismo, toda
doctrina que reduzca la realidad a objeto de conciencia. Pensar algo y tenerlo pensado no son
lo mismo. El objeto pensado es independiente del pensamiento, y por eso el principio de
identidad admite la identidad del objeto independientemente de la multiplicidad de las

operaciones lógicas (juicios, razonamientos, demostraciones, etc). La conciencia no puede ser
concebida como influjo del pensamiento o del saber sobre el objeto. No es potencia creadora
ni determinante,por lo que el realismo es posible, pero sólo son válidos los argumentos
mixtos:lo externo existe, pero es axioma para las ciencias naturales,teorema para la
gnoseología, que puede fundarlo en supuestos empíricos y racionales, e hipótesis como
realidad existente.
George Edward Moore (1873-1958), profesor de Cambridge y autor de La naturaleza del juicio
(1901), Principia Ethica (1903), Etica (1912), Estudios filosóficos (1922), Algunos problemas
principales de filosofía (1953) y La refutación del idealismo (1903) afirma que la bondad es una
entidad última existente y perceptible, pero no analizable; la verdad es indefinible, y conocer,
ser consciente de y tener experiencia de constituyen tipos de relación sui generis. Su filosofía
enlaza con la tradición de la escuela escocesa, cuyo último representante fue Hamilton. Las
creencias del sentido común para Moore son sustancialmente: 1)la que cree en la existencia
de objetos materiales, y 2)la que admite multiplicidad de sujetos humanos dotados de cuerpo
y conciencia. Objeto de la ética es determinar la naturaleza del bien, pero la noción de lo
bueno es intuitiva, por lo que viene a ser lo que todos admiten como bueno. La noción del
deber se funda sobre la del bien,por lo que la ética es objetiva: amor a lo bueno. Existe
también ejercicio del mal, pero debemos entender por ética apetencia del bien.

Charlie Dunbar Broad (1887-1971), autor de Percepción física y realidad (1914), Pensamiento
científico (1923), El espíritu y su puesto en la naturaleza (1925), Cinco tipos de teoría ética
(1930), Examen de la filosofía de Mc Taggart (1933), La ética y la historia de la filosofía (1952) y
Religión, filosofía e investigación psíquica (1953) se ocupa del valor cognoscitivo de la ciencia,
la percepción y la relación entre alma y cuerpo. Concedió gran importancia a la psicofísica, y
afirma que la ciencia es válida porque sus objetos son reducibles a relaciones perceptibles. Lo
últimos desarrollos científicos tienden a aproximar los conceptos científicos a la sensación y la
percepción. Objeto inmediato de la percepción son las cualidades o datos sensibles, aunque su
realismo es intelectivo. Todos los eventos mentales son productos causales de
acontecimientos fisiológicos, pero la conciencia es un epifenómeno, producto secundario de la
actividad fisiológica. Las cualidades éticas son empíricas a priori, y constituyen el objeto de una
intuición racional. La libertad exige independencia del sujeto de toda determinación causal, y
capacidad del sujeto para ser causa única de su esfuerzo.
En 1912, siguiendo las huellas de Moore, Edwin B. Holt, Walter T. Marwin, William Pepperell
Montague, Ralph Barton Perry, Walter B. Pitkin y Edmond Geason Spaulding preconizaron el
retorno al realismo en un ensayo titulado El nuevo realismo (1912), negando la interioridad de
las relaciones, que deber ser consideradas extrínsecas a la naturaleza de los términos relativos.
La relación cognoscitiva no modifica los objetos conocidos, y el principio idealista del esse est
percipi se transforma en percipi esse est. Todos los objetos posibles del pensamiento son
entidades simples que subsisten por su cuenta, independientemente de toda actividad o
función subjetiva. Este nuevo idealismo niega el dualismo sujeto-objeto, y afirma un monismo
radical. Pensamiento y realidad son agrupaciones diversas de las entidades simples, pero las
entidades simples son sensaciones y entes coceptuales. La diferencia entre lo físico y mental es
de relación. La conciencia es determinada por el sistema nervioso,que con su acción produce
clarividencia mental. El error es distorsión fisiológica.La mayoría de estos seis neorrealistas
regresaron al pragmatismo o instrumentalismo. Guillermo Pepperell Montague (1873-1953),

profesor de la universidad de Columbia de Nueva York, intentó conciliar las tendencias de la
gnoseología y de la metafísica contemporáneas en el seno del realismo, en sus escritos Los
caminos del conocer (1925) y Los caminos de las cosas (1940). Distinguió en la gnoseología un
problema lógico sobre el criterio de verdad, y otro epistemiológico sobre la dependencia o
independencia de los objetos respecto al sujeto cognoscente. Como problema lógico el
autoritarismo domina los objetos o hechos que no pueden ser experimentados y para cuyo
conocimiento hay que confiarse al testimonio de otros;el misticismo queda asignado al
dominio de los valores últimos, no instrumentales y las supuestas verdades inefables; el
racionalismo se aplica a las relaciones abstractas y a las relaciones conmensurables que
admiten los hechos particulares; el empirismo es el método que se refiere a los hechos y a las
relaciones particulares; el pragmatismo es verdadero en el caso de los intereses prácticos; y el
escepticismo ejerce una útil función negativa y limitadora, mostrando que ningún
conocimiento es absolutamente verdadero. Respecto al problema de si y en qué medida los
objetos conocidos tienen existencias y caracteres independientes de su relación con el sujeto
cognoscente Montagne distingue tres posiciones: 1)la del objetivismo, que atribuye la
existencia tanto a los objetos de la experiencia verdadera como de la falsa, y anula toda
distinción entre lo real y lo irreal; 2)la del dualismo,que separa los datos sensibles de los
objetos externos,que son tenidos como sus causas; y 3)la del subjetivismo, que afirma que los
objetos no pueden existir independientemente de la conciencia. El realismo constituye la
reinterpretación y conciliación de estas tres posiciones. 1)el objetivismo es falso en cuanto
afirma que todos los objetos percibidos tienen existencia física actual, pero verdadero en el
sentido de que tienen significado o esencia independiente; el objeto experimentado es una
especie de entidad lógica independiente, más que un simple estado del sujeto percipiente:su
carácter o esencia es independiente de su ser percibido, y de su existencia fáctica; 2)El
subjetivismo es verdadero en el sentido de que todos los objetos son selectivamente relativos
a un yo y objetos posibles de su experiencia, pero falso en el sentido de que sean
constitutivamente relativos al yo, y existan como objetos actuales de la experiencia; 3)el
dualismo es verdadero cuando afirma que el sistema de los objetos experimentados y el de los
objetos externos varían independientemente uno del otro, y falso cuando afirma que esos dos
sistemas están constituidos por entidades metafísicas diversas y que mutuamente se excluyen.
Montagne se niega a admitir como realidades las entidades abstractas: para él la realidad está
constituida por objetos espacial y temporalmente localizados, y todo suceso es una serie de
hechos, cada uno de los cuales tiene una posición absoluta en el continuum espacio-temporal.
Y en metafísica sostiene un espiritualismo cosmológico que puede ser expresado con
conceptos físicos: el mundo es un flujo de energía espiritual y física. La unidad de energía física
y psíquica se revela en la sensación, que es el punto en que la energía del estímulo externo
deja de ser observable como movimiento, y se transforma en una nueva especie de energía,
observada interiormente como sensación. La unidad de espíritu y materia se realiza en el
conocimiento, que es selectivo, un flujo energético que se vuelve al pasado, escogiendo los
hechos a conocer, para encararse con el futuro. Un flujo energético que se acumula e
incrementa a través de la herencia es la vida; y el mundo es un pleon, cuya alma está
suspendida en el tiempo y cuya existencia es una sección transversal del todo. El mundo es
espíritu, somos espíritus, y quizás compartimos la inmortalidad de la vida que nos sostiene.
Está más relacionado con la fenomenología y la teoría de los objetos la orientación que inspira
los Ensayos de realismo crítico (1920) publicados por Durant Drake, Arthur O. Lovejoy, James

Bissett Pratt, Arthur K. Rogers, Jorge Santayana, Roy Wood Sellars y C. A. Strong.Según estos
realistas críticos el objeto inmediato del conocimiento es un conjunto de cualidades o
caracteres, una esencia, que en el acto del conocimiento son considerados como las cualidades
y los caracteres, la esencia de un objeto externo. La existencia efectiva de un objeto no se
experimenta nunca directamente:mientras intuimos las esencias solamente conocemos
indirectamente la existencia, Conocer un objeto es asignarle una esencia determinada. El
conocimiento es mediato, porque no podemos tener de sus objetos la experiencia inmediata
que tenemos de nuestros contenidos mentales. Verdad es la identidad de la esencia con el
carácter actual de la realidad a que se refiere; error la falta de esa identidad,o atribuir esencia
a un objeto tenido por real,pero que no lo es. La esencia no tiene existencia propia,porque
puede ser multitud de existencias;la existencia pensada es una esencia. La esencia se intuye,no
se conoce; la existencia se conoce, no se intuye. Este punto de vista hace imposible que
realidad e idea sean existencias independientes, y también todo idealismo, porque niega que
los estados mentales sean la única realidad conocida inmediatamente. En el acto de la
percepción sólo es dada la esencia de un objeto reconocido como independiente, cuando con
la introspección ese mismo estado mental se convierte en objeto del conocer, y se intuye de él
sólo su esencia. La existencia de los estados mentales puede ser conocida o afirmada, nunca
alcanzada de manera directa. En las realidades físicas o psíquicas sólo podemos experimentar
esencias ideales o lógicas.Durant Drake, en El espíritu y su lugar en la naturaleza (1925), insiste
en la introspección, que le parece revelar la naturaleza de la sustancia física; y en La nueva
moralidad (1928) insiste en una moral de fondo religioso. Arturo Kenyon Royers se orienta a la
defensa de la personalidad y del teísmo en Teoría de la ética (1922) y Ensayos de filosofía
(1929). Carlso Augusto Strong se inclina por un naturalismo pampsiquista en La sabiduría de las
bestias (1921) y Teoría del conocimiento (1923). Roy Wood Sellars defiende un naturalismo
materialista en Naturalismo evolutivo (1921), Principios y problemas de la filosofía (1926) y La
mayoría de edad de la religión (1928). Arturo O. Lovejoy niega la temporalidad del mundo en
La rebelión contra el dualismo (1935), y los intentos de concebir el universo como desarrollo
continuo o gradual en La gran cadena del ser (1936).
La figura más notable del realismo crítico es Jorge Santayana (1863-1952), nacido en
España,profesor de filosofía en la universidad de Harvard, y residente muchos años en
Roma.donde murió. Sus principales escritos filosóficos son El sentido de la belleza
(1896),Interpretación de la poesía y la religión (1900), La vida de la razón (1905-1906),Tres
pruebas del realismo (1920), Escepticismo y fe animal (1923), Diálogo en el limbo (1925), El
platonismo y la vida espiritual (1927), El reino de la esencia (1927), El reino de la materia
(1930), El reino de la verdad (1938) y El reino del espíritu (1940). Su tema fundamental es la
continuidad y contraste entre naturaleza y religión,ocupándose también de la relación
naturaleza-razón y razón-vida. Veía en el mecanicismo la explicación racional del devenir, en la
materia el único agente causal, y en la conciencia una simple referencia de lo que sucede en el
organismo, y una especie de eco de los intereses del cuerpo; pero la considera fuente única de
valores. La existencia es sensible, material; la esenca es el mundo del ser, la teoricidad. El
espíritu es encarnado y finito. Casi siempre afirma que la evolución está dirigida a posibilitar la
vida espiritual, pero también afirma que la evolución física nos revela los fundamentos de los
seres.
Samuel Alexander (1859-1938) es un australiano que estudió en Oxford, y fue profesor en
Manchester. Escribió Orden moral y progreso (1889), Espacio, tiempo y deidad (1920), Locke

(1908) y Spinoza y su tiempo (1921). La gnoseología es un capítulo de la metafísica, que es
ciencia empírica, que estudia los caracteres estables y universales de los entes. Mientras
contemplamos el objeto de la conciencia gozamos la conciencia.Los entes son determinaciones
o diferenciaciones del espacio-tiempo. Las relaciones entre los entes son modos o formas de la
relación espacio-temporal. El espíritu y el cuerpo no son entidades diversas, sino proceso
consciente o nervioso. La realidad es un proceso de evolución emergente; de la materia
emerge la vida, y de la vida el espíritu. La deidad es la emergencia superior. El universo tiende
a la deidad. Reduce la vida mental a actos de voluntad. asignando lo cognoscible al objeto. La
existencia es la ocupación de una porción del espacio-tiempo; la sustancia el espacio limitado
por un perímetro en el que se suceden los acontecimientos; los seres están hechos de
combinaciones de movimientos; las relaciones son conexiones espacio-temporales de los
objetos; la causalidad es transición de un acontecimiento continuo a otro.
Alfredo North Whitehead (1861-1947), profesor de matemáticas en Londres y de filosofía en
Harvard, es coautor de los Principia matematica (1910-1913) y autor de Investigación sobre los
principios del conocimiento natural (1919), Concepto de la naturaleza (1920), Principio de
relatividad (1922), La ciencia y el mundo moderno (1926), Proceso y realidad (1929), La ciencia
en el mundo moderno (1930), Aventuras de ideas (1933), El devenir de la religión (1926) y
Simbolismo (1927). Misión de la filosofía es desafiar las medioverdades de la ciencia.La
naturaleza es el objeto de la percepción sensible, en la que tenemos conciencia de algo que no
es pensamiento y es extraño al pensamiento. El ser es entidad actual. Los hechos últimos de la
experiencia son entidades, prehensiones y nexos. El proceso es el devenir de la experiencia.A
la razón se debe el progreso y orden del mundo.
Frederick J. E. Woodbridge (1867-1940), profesor de la universidad de Columbia,escribió El
objeto de la historia (1916), El reino del espíritu (1926),Naturaleza y espíritu (1937) y Ensayo
sobre la naturaleza (1940). Sus temas:conexión entre naturaleza y hombre y dualidad de
naturaleza y sobrenaturaleza.
John Hermann Randall (1899-1980), profesor también en la universidad de Columbia, escribió
La naturaleza y la experiencia histórica (1958).
Morris R. Cohen (1880-1947), profesor en el City College de Nueva York, escribió Razón y
naturaleza, ensayo sobre el significado del método (1911), El derecho y el orden social (1933),
Prólogo a la lógica (1944), La fe de un liberal (1946), El significado de la historia humana
(1948), El viaje de un soñador (1949), Estudios de filosofía y ciencia (1949) y El pensamiento
americano:una mirada crítica (1954). Función de la razón en el campo de la filosofía, y las
ciencias morales y naturales. Carácter metafísico de la filosofía. Relación entre la sustancia
racional y sus elementos irracionales. El alma no es distinta del cuerpo, pero la conciencia no
es comportamiento. La inducción es un razonamiento disyuntivo que, entre varias
hipótesis,determina la verdadera; la probabilidad consiste en la frecuencia relativa de un
acontecimiento. La ciencia invita a la duda.
Realismo materialista es también el materialismo dialéctico, uno de cuyos documentos es
Materialismo y empiriocriticismo (1909) de Nicolás Lenin (1870-1924). Las tesis fundamentales
del materialismo dialéctico son: 1)hay acontecimientos que existen independientemente de
nuestra conciencia; 2)no hay diferencia entre el fenómeno y la cosa en sí; sí entre lo conocido y
lo desconocido; 3)en teoría del conocimiento se debe razonar dialécticamente: no suponer
invariable nuestro conocimiento. Lógica objetiva es la necesidad dialéctica de la historia. El
Estado es el resultado del antagonismo entre las clases y el instrumento de dominio de una

clase sobre otra. En el tránsito del capitalismo al comunismo el Estado se hace instrumento de
la clase proletaria; pero, una vez instaurado el comunismo, el Estado tiende a ser inútil y a
desaparecer, ya que el comunismo elimina la ocasión de los delitos, y los crímenes que
pudieran verificarse serían reprimidos por los ciudadanos. La doctrina del socialismo ha nacido
de las teorías filosóficas, históricas y económicas de los intelectuales. La polémica filosófica va
dirigida a cerrar la entrada al idealismo y defender una verdad objetiva que constituya una
base sólida para la acción del partido.El concepto de la historia de Stalin es idéntico al de
Lenin, pero Trotsky dio importancia a las fuerzas inconscientes.
El neotomismo contemporáneo, interesado en sostener la realidad independiente de los
objetos materiales y espirituales, coincide con la metafísica clásica y los conceptos de sustancia
y causa. Es un realismo metafísico en el que la polémica antiidealista es sugerida por la
exigencia de emplear los conceptos tradicionales para las necesidades de la apologética
religiosa. Comenzó con la encíclica Aeterni Patris de León XIII (4.8.1870), y una de sus figuras
más representativas fue la del cardenal belga Desiré Mercier (1851-1925), autor de Psicología
(1883), Metafísica general y ontología (1996), Introducción a la filosofía y curso de lógica
(1891) y Criteriología general (1899). Pero su figura principal es Jacobo Maritain (1882-1973),
que inició su carrera de escritor con una áspera crítica de Bergson, La filosofía bersoniana
(1914), y después escribió Tres reformadores: Lutero, Descartes y Rousseau (1925),
Reflexiones sobre la inteligencia y sobre su propia vida (1924) y Distinguir para unir, o los
grados del saber (1932). Definió su doctrina como realismo crítico, pero es una especie de
espiritualismo ontológico, que trata de restaurar un realismo fundado en la dualidad sujeto-
objeto, y dar el mayor relieve posible a la abstracción, que es la que permite entender cómo el
alma puede abarcar la esencia de las sustancias sin identificarlas consigo, ni identificarse con
ellas.Otro aspecto en el que insiste el neotomismo es el principio de la analogía del ser, que
permite establecer la diversidad entre el ser finito y el divino, garantizando la trascendencia
divina y justificando la validez del conocimiento humano del ser divino, garantizando también
las vías demostrativas que conducen a Dios. Revalorizó igualmente la filosofía medieval, y a
esta revalorización contribuyó el alemán Martín Grabmann (1875-1949), autor de Historia del
mundo escolástico (1919 y 1911), que ha ilustrado con objetividad histórica los problemas
fundamentales de la escolástica medieval,en la que continúan colaborando escolásticos como
el francés Etienne Gilson (1884-1978) cuyos estudios sobre Dante,Santo Tomás, San
Buenaventura y Duns Scoto son de los más importantes, y que investigó también sobre las
fuentes escolásticas de la filosofía cartesiana.

El realismo
RODRIGO JIMENEZ
http://www.ciudadesvirtuales.com/rgjimenez/blog
(REVISADO EN AGOSTO DE 2009)
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