RESUMEN: LA HISTORIA DEL TIEMPO
CAPÍTULO 1: Nuestra imagen del universo
¿Qué es el universo? ¿Cuál es su origen? ¿Y el tiempo? ¿Tendrá un inicio, y si es así,
qué pasaba antes de él? Estas y muchas más son preguntas que la humanidad se ha
planteado pero que nunca ha conseguido responder.
Ya desde los inicios de nuestra especie hemos creado varios modelos o teorías de
nuestra visión del universo. Aristóteles, Ptolomeo, Copérnico, Galileo, Kepler, Newton
y otros han creado varios modelos que, a pesar de sus diferencias, comparten el
hecho de que no consiguen explicar todos lo que ocurre. Con el paso del tiempo la
tecnología mejora y muchos modelos se quedan anticuados debido a que los nuevos
pueden explicar hechos que anteriores no. No obstante, en muchas ocasiones esos
modelos o teorías nuevas suelen cojear en aspectos que las antiguas sí habían
respondido. Por ello, en el siglo XX se ha intentado unificar la teoría de la relatividad
general y la mecánica cuántica en una sola teoría unificadora: la teoría cuántica de la
gravedad, que aunque aún no dispongamos de ella, ya se han logrado avances en
saber qué propiedades debe tener para que pueda resolver esos misterios mediante el
método científico.
CAPÍTULO 2: Espacio y tiempo
No ha cambiado únicamente nuestra visión del universo sino también la del espacio y
del tiempo. Gracias a las leyes de Newton, se pudo comprobar la inexistencia de un
reposo estándar absoluto, ya que cada cuerpo se ve afectado por la fuerza gravitatoria
de otros. Pero, ¿si no existe un espacio absoluto, existirá un tiempo absoluto
independiente del espacio?
Albert Einstein demostró con su teoría de la relatividad que la velocidad de la luz es la
mayor de todo el universo y siempre es la misma, mediante su famosa ecuación
E=mc
2
. Por lo que se acabó el tiempo absoluto, el único dato invariable es la velocidad
de la luz, el espacio y el tiempo dependen del observador. Debido a estos hechos,
actualmente se usa el tiempo para determinar las distancias (segundo-luz) en vez del
espacio ya que es más exacto. Además se demostró que el espacio-tiempo (con
cuatro coordenadas) es curvado y al viajar la luz, esta crea olas o conos más grandes
con el paso del tiempo. Esto significa que podemos conocer los sucesos cuando
estamos en su cono de luz, es decir, si el Sol se apagase, no observaríamos su efecto
de inmediato sino cuando su cono de luz nos alcanzase. Por ello, podemos afirmar
que vemos el universo tal y como fue en el pasado.
Sin embargo, aunque el espacio-tiempo y el universo sean curvos, la luz y los astros
se desplazan en líneas rectas llamadas geodésicas y estas se pueden ver desviadas
por los campos gravitatorios.
Por lo tanto, no existe ni espacio ni tiempo absoluto, ambos alteran, son alterados y se
conciben como uno solo, afirmando así la existencia de un universo dinámico en
expansión, con un inicio y posiblemente un final. Einstein denominó a esto la teoría de
la relatividad general.