Sacramento de Sacramento de
la confirmaciónla confirmación
Colegio Regiomontano Contry, 17 de noviembre -2010Colegio Regiomontano Contry, 17 de noviembre -2010
Presencia real
del Espíritu de
Dios y de su
amado Hijo.
Amor del Padre
y del Hijo.
Sacramento de la Sacramento de la
confirmaciónconfirmación
Consagración: sacerdocio real, reyes y profetas.
“los ungirás, los investirás y los consagrarás para
que ejerzan mi sacerdocio.”
(Ex. 28, 41)
“¡Levántate y
úngelo porque
éste es!
Tomó Samuel el
aceite y lo ungió
ante sus
hermanos y
desde entonces
el espíritu de
Yavé vino sobre
él.”
(1o. de Sam.
16,13)
“Ahora conozco que Yavé
dará la salvación a su ungido,
desde su santo cielo le
responderá con las proezas
victoriosas de su diestra.”
(Sal.
20,7)
“ Antes de haberte
formado yo en el seno
materno, te conocía. Y
antes de que nacieses, te
tenía consagrado: yo
profeta de las naciones te
constituí.”
(Jer. 1, 5)
En el AT:
Viento, soplo vital, aliento de Dios (ruah de los
hebreos, pneuma de los griegos y spiritus de los
latinos). Bajo la forma impalpable del viento el
hebreo imagina lo divino.
Fuente de agua viva. El soplo del viento se
relaciona para los habitantes del desierto con la
lluvia fecundante. Por lo tanto se identifican con la
esperanza del retorno de la vida.
En el NT:
Cristo promete “otro paráclito”, otro divino asesor
que asistirá a los apóstoles durante el tiempo de
ausencia, que permanecerá con los discípulos
hasta el fin de los tiempos. Él mantendrá la
presencia de Cristo y mantendrá su acción a través
del testimonio de cada uno de ellos.
Desde el día de Pentecostés, el Espíritu: “Santifica
indefinidamente a la Iglesia, para que de ese modo
los fieles tengan acceso al Padre por medio de
Cristo en un mismo Espíritu”. (Ef 2, 18) (LG No. 4)
“...recibiréis la fuerza del Espíritu
Santo, que vendrá sobre vosotros, y
seréis mis testigos en Jerusalén, en toda
Samaria, y hasta los confines de la tierra.”
(Hech. 1,
8)
“Más vosotros no estáis en la carne, sino en el
espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en
vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no le
pertenece; más si Cristo está en vosotros, aunque el
cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el
espíritu es vida a causa de la justicia, y si el Espíritu
de Aquel resucitó a Jesús está entre vosotros. Aquel
que resuscitó a Jesús de entre los muertos les dará
vida a sus cuerpos mortales por el Espíritu que vive
en vosotros.”
(Rom.8,9-11)