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grupo 1, los que cumplen en mayo, junio, julio y agosto el grupo 2 y los que
cumplen en septiembre, octubre, noviembre y diciembre conformarán el grupo
3.
● Luego de formar los grupos y pedirles que se agrupen con el mismo, se le hará
entrega, a cada grupo, de una fotocopia relacionada a una propiedad del
sonido:
GRUPO 1: Tono.
GRUPO 2: Intensidad.
GRUPO 3: Timbre.
TONO DE LOS SONIDOS
Nuestros oídos distinguen el tono de los sonidos, es decir, si son más graves
o más agudos. Sonidos graves son, por ejemplo, el de un bombo grande, un
trueno o un derrumbe de un edificio. Sonidos agudos son, por su parte, el
canto de un canario, el sonido de un violín o el zumbido de un mosquito.
Cuanto más rápido es el ritmo de una vibración, más agudo es el sonido que
produce, por el contrario, los sonidos graves son causados por vibraciones
de ritmo lento.
En lugar de utilizar la palabra ritmo, los científicos usan el término frecuencia.
La frecuencia de un sonido se puede medir, ésta es el número de vibraciones
que se producen en un segundo. El sonido más grave que puede escuchar
el sonido humano tiene una frecuencia de 20 veces por segundo. Si el aire
es nuestros oídos vibra con ritmo más lento, no escuchamos nada, a esas
vibraciones se las llama infrasonidos
El sonido más agudo que puede escuchar el oído humano tiene una
frecuencia de unas 20.000 veces por segundo. Las vibraciones de ritmo
mayor que ese se llaman ultrasonidos y no las podemos escuchar.
INTENSIDAD DEL SONIDO
Hay sonidos muy intensos, como el del motor de un avión, y sonidos poco
intensos, como el de los pasos de un gato. La intensidad de un sonido es lo
que habitualmente se conoce como volumen. Cuando subimos el volumen
del televisor, aumentamos la intensidad de los sonidos que emite. Una
persona que murmura, en cambio, genera un sonido de poca intensidad.
Nuestras sensaciones sonoras parten de diferenciar lo apenas audible de lo
que nos causa molestia auditiva.
En el primer caso, se habla de sonidos débiles, en el segundo, de sonidos
fuertes. Hay sonidos que no podemos captar porque están por debajo de
nuestra capacidad de audición, y otros tan intensos que pueden provocarnos
daños irreversibles, como la pérdida de la audición. Por esto, las personas
que trabajan en ambientes ruidosos deben utilizar elementos de protección
auditiva.