PARA PREGUNTARNOS Y REFLEXIONAR EN FORMA PERSONAL:
-Ante nuestros alumnos y los contenidos que estoy impartiendo ¿tengo en
cuenta en qué medida le serán favorables, para incorporarlos en su
personalidad y utilizarlos en el día a día?
-¿Considero el grado de responsabilidad que implica educar para una vida
sana y plena?, ¿Sé cómo hacerlo?.
-¿Mi actitud frente a mis alumnos es de seguridad, tolerancia, perseverancia,
relaciones interpersonales emotivas?¿ Y con mis pares?.
Del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas. (19,1-9ª)
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico
llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quien era Jesús,
pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se
adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al
llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo:"Zaqueo, baja pronto,
porque hoy tengo que alojarme en tu casa". Zaqueo bajó rápidamente y lo
recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: "Se ha ido a alojar
en casa de un pecador". Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor:"Señor voy a
dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré
cuatro veces más". Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa..."
-Son muchos los obstáculos que se interponen entre Jesús y Zaqueo, la gente,
la baja estatura de este, las hojas del árbol... pero fundamentalmente un
obstáculo interior "la riqueza", quien todo lo tiene parece no necesitar nada, su
mundo es el mundo de su fortuna, sin embargo hay en Zaqueo una inquietud,
una vida no satisfecha totalmente... ¿será por eso que quiere ver a Jesús?, o
podemos pensar, ¿ qué sólo es curiosidad?, él aprendió a sacarle provecho a
la vida saciándose con bienes materiales, aprendió su trabajo, aprendió a
acumular a costa de los demás... pero no aprendió a vivir. Su emoción y su
mundo interior estaban vacíos, es por esto que quería algo más.
-Jesús es el gran Maestro, que educa la emoción del hombre... no es con
grandes ejemplos ni con palabras sabias en este caso como llega al interior de
Zaqueo, sino con un gesto: su mirada. Una mirada que cala el corazón de
quien se siente mirado, siempre llama la atención cómo esa mirada del Señor
que atraviesa las hojas del árbol y se detienen en aquel hombrecito, que era
pequeño no sólo por su altura, sino fundamentalmente por su falta de apertura
a los demás – recordemos que era jefe de los publicanos, se enriquecía con los
impuestos que cobraba a su pueblo a favor del imperio romano, era una
especie de traidor, no sólo eso, sino jefe de los traidores- su interior estaba
lleno de egoísmos, de ambiciones, y traiciones, pero vacío de sí mismo. Jesús
ve en esa mirada fría y especuladora la oportunidad de educar, de conducir a la
salvación, de transformar en HOMBRE PLENO, a quien lo necesita.
-Zaqueo se transforma desde lo más profundo de sus sentimientos, es
protagonista de una nueva historia para su vida, sólo le basta recibir a Jesús en
su casa para sentirse con la libertad que da el despojarse de un mundo externo
que aprisiona, para abrirse a la solidaridad, a la reparación... Es conmovedor