el cúmulo de episodios de aparente carácter psicopatológico sería la del inicio de una
Psicosis, consecuencia directa de la ruptura con Freud y sobre todo teniendo en cuenta
los antecedentes familiares existentes incursionando en lo disociativo. Durante la
primavera y principios del verano de 1914 volverían a sucederse episodios similares de
carácter catastrofista, pero esta vez en forma de tres sueños sucesivos. El 1 de agosto
estallaría la primera guerra mundial y con ella la confirmación del carácter premonitorio
de su sintomatología.
Odín, dios principal de la mitología nórdica, como representación del arquetipo
del Viejo sabio. Filemón sería otra de sus representaciones.
Sería el 12 de septiembre de 1913 cuando «me decidí a realizar el primer paso».
Decidió por tanto confrontar los contenidos de lo inconsciente y con ello alumbrar un
proceso iniciático concomitante donde llegará a descubrir la existencia de algo más alto
que la voluntad del Yo y a lo cual había que someterse. Jung debía sacrificar su ideal y
su actitud consciente. Poco a poco irían surgiendo diversas representaciones
arquetípicas: el Héroe (Sigfrido, la serpiente negra), la Sombra, el propio Yo como
Complejo, el Viejo sabio (Elías, Filemón, el Ka egipcio), el Ánima (Salomé).
Tras una gradual transformación, en 1916 Jung sentiría la necesidad ineludible
de escribir, sintiéndose «impulsado desde dentro a formular y expresar lo que podría
haber dicho Filemón». Será por tanto desde dicho arquetipo desde donde surgirá la
imperiosa obligación a transcribir el manuscrito de los Septem Sermones ad Mortuos.
Será Filemón la imagen deseada por Jung en esos momentos de perturbación y
desorden, «una sabiduría y un poder supremos que me desenmarañasen las espontáneas
creaciones de mi fantasía». Quién, por un lado, representase la vía de expresión de los
Septem Sermones, y quien, por otro, diéra lugar a una recapitulación teórica y a una
validación de la existencia autónoma de los arquetipos, más allá de los complejos,
extendiendo a lo colectivo la adjetivación personal de lo inconsciente freudiano.
La explicación que da Jung a la fenomenología acaecida es la de una
«constelación inconsciente», es decir, la activación de un complejo psicológico debido a
una reacción de naturaleza emocional, siendo dicha constelación de carácter Numinoso.
El desencadenante y antecedente fue lo que él denominó pérdida del alma, o estado